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Actualizado: 29 diciembre, 2023

Estaba leyendo un artículo de Current Archaeology sobre castros en lo que actualmente es el País de Gales y a medida que iba avanzando me iba dando cuenta de las similitudes entre este territorio y el noroeste de la península ibérica. Lo cierto es que ambos habían desarrollado una cultura de poblados fortificados en el primer milenio a.C. que se vio truncada por la llegada de Roma. Pero los parecidos no se quedan sólo ahí. Vamos a verlo.

Tiempos parecidos

La Edad del Hierro comienza en Gales hacia mediados del siglo IX a.C. aproximadamente en el mismo momento que en el noroeste se produce la transición del Bronce Final a la Edad del Hierro. En ambos lugares es cuando se cree que comienza el tiempo de los poblados fortificados.

En Hispania, Roma completa la conquista en el 19 a.C. sometiendo a cántabros y Astures, y en Britania, la conquista se completa en el 70 d.C. Las legiones permanecen en la isla hasta el 410 d.C. En Hispania la autoridad romana aún persiste a lo largo del siglo V difuminándose con el control territorial de Suevos, Vándalos y alanos, a los que posteriormente se unen los Godos.

Tras la caída del poder estatal imperial en ambos territorios se detecta una reocupación de los poblados fortificados, consecuencia directa del periodo de inestabilidad que se genera y que será el germen del futuro mundo medieval tras el periodo tardoantiguo. En Gales este momento tiene una especial intensidad en los castros costeros.

Gales y el noroeste de Iberia en la Edad del Hierro ¿Mundos paralelos?
Castros / Hillforts de Gales. Revista Current Archaeology

Un territorio apenas excavado

Se estima que existen un total de 764 castros en Gales, de los que se han excavado un porcentaje mínimo. A estos asentamientos hay que sumar pequeñas fortificaciones sobre promontorios, que suman 1191 y se han identificado 1332 granjas, o conjuntos de cabañas en campo abierto.

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Es interesante porque en algunas parte de Gales, como Montgomeryshire y Pembrokeshire hay aproximadamente una granja o fuerte prehistórico de la primera Edad del Hierro por cada granja moderna actual, lo que da una idea de la densidad de población del territorio.

En Galicia se han identificado más de 3000 castros. Me pregunto si habría que hacer esta distinción ya que muchos de ellos son apenas pequeñas fortificaciones en colinas. Algo muy similar a lo que ocurre en Asturias, donde se han identificado menos de 300 castros, de los que la mayoría tienen un tamaño mínimo, que posiblemente se incrementaría si se excavaran muchas de las pequeñas fortalezas medievales y romanas que jalonaron el territorio. Aquí se ha identificado al menos una granja prerromana, la de Las Vallinas en Teverga.

De todos ellos también se ha excavado un número muy reducido.

Gales y el noroeste de Iberia en la Edad del Hierro ¿Mundos paralelos?
Mapa de castros de Asturias. Relacionado con altitud y relieve. Basado en Fanjul Peraza, 2005

El castro como elemento simbólico y comunitario

En Gales se ha identificado una relación entre túmulos de la Edad del Bronce y castros, situándose unos cerca de otros en muchos casos. Posiblemente esos túmulos tienen un significado simbólico también durante la Edad del Hierro. Es un hecho que tiene lugar en todas partes donde existen este tipo de monumentos funerarios. En numerosos casos se produce incluso en época medieval esa identificación. Por ejemplo en Asturias tenemos el caso de la iglesia de la Santa Cruz en Cangas de Onís, lugar donde se enterraron los restos del rey Fruela, hijo de Pelayo, y su esposa. La iglesia fue construida sobre un túmulo.

El artículo que os comentaba al comienzo, sigue con esta interesantísima hipótesis sobre cómo surgen los poblados fortificados entre el Bronce y el Hierro:

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«¿Por qué las comunidades de finales de la Edad del Bronce y principios de la Edad del Hierro empezaron a cercar estos lugares de antiguos rituales y enterramientos? El comienzo del primer milenio a.C. fue una época de cambio en Gales, y en Gran Bretaña en general, hacia un clima más frío y húmedo. Es probable que la competencia resultante por los recursos, especialmente en las regiones altas, creara la necesidad de defensa. El desarrollo y la rápida difusión de las herramientas y armas de hierro a todos los niveles de la sociedad debieron de tener un profundo efecto en la forma en que los miembros de la élite de cualquier comunidad estaban acostumbrados a establecer su estatus mediante la posesión y exhibición de objetos de bronce elaboradamente ornamentados. No es casualidad que el acaparamiento y la deposición de objetos de bronce cesen repentinamente en el sur de Gales en torno al 600 a.C.: el bronce había dejado de considerarse un regalo suficientemente especial para las divinidades ctónicas o un material precioso que debía ocultarse a la vista y asegurarse contra posibles robos hasta que fuera necesario.

Quizás sea en este contexto, de cambio de valores de estatus y nuevas presiones sobre la propiedad territorial, donde podemos encontrar las razones del surgimiento de un nuevo tipo de monumento muy visible. El lugar de la metalistería fue subsumido por una nueva forma de poder: el «poder del lugar».

Más o menos viene a decir lo mismo que se está diciendo desde hace décadas en nuestro territorio, que el castro no tiene sólo un valor funcional, sino también simbólico. Es la manifestación material del poder en el paisaje. Se ha dicho en muchas ocasiones que el territorio del castro es el que queda controlado visualmente por él. El castro está hecho para ser visto, igual que en su momento lo fue el túmulo.

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La reflexión va más allá y especula con la importancia de la comunidad en la toma de decisión de erigir ese castro. Si tu utilizas un lugar sagrado para construir algo es evidente que la comunidad te tiene que dar permiso para ello, o al menos debes contar con su favor. Volvemos a la decisión de construir una iglesia sobre un túmulo. No se hace teniendo en contra a los que te rodean. Además la construcción de un castro es una tarea comunitaria y exige además de fuerza de trabajo, poder para gestionarlo. Por tanto un castro es un «símbolo de poder regional» independientemente de quien ostente el poder en él.

Os dejo link al fragmento del artículo en Current Archaeology. Tiene un par de párrafos de intervisibilidad que son súper interesantes.

Si os interesa este tema os invito a leer estos otros dos posts, donde se pone de manifiesto la relación entre estos territorios a lo largo de la historia:
¿Quién era Magno Clemente Máximo?.
El obispado de Britonia

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