Castro Ventosa
Castro Ventosa

La cultura castreña se denomina así por los característicos poblados fortificados de este periodo histórico. El castro es el elemento en torno al cual se ha estructurado la formulación historiográfica de la Edad del Hierro en el noroeste de la península ibérica. Sin embargo, cuando echamos un vistazo al resto del territorio, nos damos cuenta de que los poblados fortificados no son, para nada, exclusivos del noroeste, por tanto surge la pregunta de ¿Qué hace a los castros del noroeste distintos a los demás?

El origen de los poblados fortificados

Cuando escribí sobre la etnogénesis de los astures os conté cómo al final del periodo conocido como Bronce Final, las gentes que habitaban esta zona de la Península comienzan a erigir poblados en zonas de fácil defensa, frente a los supuestos poblados en campo abierto del periodo anterior.

Hay varias razones para este proceso. Por ejemplo se consideran sociedades nómadas, o seminómadas a las de la Edad del Bronce. Probablemente pastores y ganaderos que mueven sus rebaños por un extenso territorio. Durante este periodo se produce un auge de la extracción de mineral de cobre y estaño que ya cuenta con una larga tradición en el territorio asturiano y del norte de León en ese momento. Pero debemos tener en cuenta que la actividad minera no asegura la subsistencia de por sí, como la agricultura y la ganadería. Es una actividad complementaria a estas últimas, y seguramente hace necesario un sobreesfuerzo a la comunidad para mantener a los mineros que no están produciendo o buscando alimentos. Actividad que, cada vez más, queda claro que implica la participación de sectores diversos de la población, niños incluidos.

Castros astures tipología, dispersión y datación
Mapa de castros de Asturias. Relacionado con altitud y relieve. Basado en Fanjul Peraza, 2005

Otros autores consideran que el establecimiento de los poblados en lugares fijos implica que se ha producido una dependencia mayor de la agricultura, por lo que la población se ve obligada en cierta manera a permanecer en torno a sus campos de cultivo.

La expansión de los poblados fortificados, en mi opinión, debe verse como un proceso de «colonización» por parte de unas sociedades que ya estaban allí y conocían el terreno, pero que ahora, con la construcción de estos poblados, manifiesta claramente el dominio territorial del valle. Recordad que suele considerarse que el terreno abarcable a la vista desde un castro suele ser la frontera del territorio que domina esta población.

Espada de Sobrefoz. Museo arqueológico de Asturias
Espada de Sobrefoz. Museo arqueológico de Asturias

Por tanto, los poblados castreños surgen en ese momento en el que se pasa de una sociedad en la que el ganado tiene una preponderancia en cuanto a la subsistencia y la agricultura parece subordinada, a una en la que la agricultura toma el protagonismo, y prevalece el control territorial de los recursos que rodean al castro.

Este proceso comienza en torno a los siglos IX y VIII a.C. y continúa a lo largo de un periodo largo de tiempo durante el primer milenio a.C.

Los castros del noroeste

Tradicionalmente se denominó cultura castreña del noroeste a la que se encuentra en un territorio que abarca desde la costa cantábrica por el norte hasta el Duero por el sur y desde la costa atlántica por el oeste hasta la cuenca del Navia por el este.

El avance de la investigación desplazó, a finales del siglo pasado, ese límite al territorio situado aproximadamente entre los cauces del Sella y los del Esla hasta su confluencia con el Duero, al observarse que los poblados mantenían un parecido considerable con los del área tradicional de esta cultura.

Sin embargo, las diferencias son evidentes. En el primitivo territorio castreño, correspondiente al mundo galaico básicamente, la arquitectura tiene una serie de particularidades que la definen. Una de ellas es un proceso tardío de «petrificación» en torno al siglo III a.C. de las cabañas castreñas, que antes de ese momento se construyen con paredes de estacones y entramado de varas. La forma no varía, y la característica cabaña circular, oval, o cuadrada con esquinas redondeadas, prevalece durante todo este periodo hasta la llegada de Roma al territorio.

Castros astures tipología, dispersión y datación
Conventus Asturum. Fanjul Peraza 2009

Entre el Navia y el Sella, y a orillas del Esla, este tipo de arquitectura permanece con un carácter más arcaico, o con el empleo de otros materiales, como el adobe para las construcciones.

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Por tanto se ha considerado que no hay una sola cultura castreña sino varias. En realidad, lo que parece es que a medida que los pueblos prerromanos del noroeste, básicamente galaicos y astures se van conformando en el primer milenio a.C. su arquitectura se va adaptando y afinando a los recursos disponibles en cada entorno, surgiendo ciertas particularidades lógicas en cada uno de ellos, como las murallas de módulos1 entre los astures y otros aspectos de la cultura material.

Castros astures tipología, dispersión y datación
Creo que esta imagen define perfectamente lo que es una muralla de módulos.

A grandes rasgos, vamos a fijarnos en estos castros, los que comprenden el territorio que posteriormente quedó constituido en época romana como conventus asturum.

Tipologías de poblados: El descenso de las montañas a los valles agrícolas

En este proceso de formación de los castros, parece detectarse un patrón. En un primer momento los poblados se levantan a más altura que los que se construyen en periodos posteriores. Se ha querido ver en ello una fortificación de posiciones que se controlaban anteriormente en relación con los pastos de las montañas de Asturias y León. Esta explicación sería satisfactoria para los poblados del norte, cuya construcción está ofreciendo dataciones muy antiguas como los castros galaicos del occidente de Asturias, con fechas en torno a los siglos VIII y VII a.C. Cien años después tenemos la fundación de castros por el resto del territorio transmontano.

En el sur el proceso es distinto, ya que sobre la base de una población del bronce relacionada con los complejos culturales de Cogotas y sobre todo del Soto de Medinilla, se levantan poblados cuya dedicación a la agricultura cerealística y al ganado parecen ser el motor principal de desarrollo.

Castros astures tipología, dispersión y datación
Modelo LiDAR, sobre datos del plan PNOA IGN. 2023. Elaboración propia

Volviendo al norte, a medida que las fechas se aproximan al cambio de era se percibe una «bajada» de la cota a la que se construyen estos poblados, seguramente debido a la diversificación de los medios de subsistencia y al papel de elementos como el comercio y sobre todo la agricultura o incluso la minería prerromana. Además se produce una jerarquización de los asentamientos, muy evidente en el caso de las grandes citanias del sur del territorio galaico y los oppida del territorio astur cismontano, como Lancia y otras.

Tipos de castros por tamaño

En general, tanto en territorio astur transmontano como cismontano el castro tiene pequeñas dimensiones. En el norte son muy característicos los pequeños asentamientos de 1 ha o menos que se encuentran aprovechando pequeños accidentes del terreno como colinas, espolones, etc. Estos poblados sólo pueden albergar a una pequeña población por lo que se ha supuesto que son familias o clanes donde el parentesco es fuerte, quienes promueven su construcción, desgajándose de otros castros y avanzando en la colonización del territorio.

Debido a esto se ha supuesto que son asentamientos autárquicos y donde el número de habitantes no favorece la existencia de unas jerarquías, sino que se organizan en un sistema de base comunal.

Castros astures tipología, dispersión y datación
Castro de los Garabetales. Podes.

Quizá la clave de todo esto es suponer que son castros «incomunicados», pero lo cierto es que esta no parece la realidad del mundo castreño prerromano. Existe una comunicación comercial, a veces a grandes distancias, evidenciada por las mercancías que se detectan en los castros, de la que participan incluso los pequeños asentamientos. Las vías ganaderas antiguas son vías comerciales y de ideas, como sucede en todos los periodos de la Historia. La cultura material de los castros del centro de Asturias, por ejemplo, tiene elementos que los conectan con el ámbito de los galaicos del atlántico y con los de la Meseta. Por tanto es evidente que no son asentamientos aislados.

Entre los siglos IV y II a.C. asistimos a una progresiva jerarquización de los asentamientos que tiene lugar de sur a norte en general. Las citanias del norte de Portugal como Briteiros o Sanfins, junto a otras como Lansbrica en Orense y progresivamente más al norte como Santa Tecla, en A Guarda constituyen el germen de este proceso en el sur del ámbito galaico, que tiene su paralelismo en el territorio astur con poblados como Las Labradas, Lancia o algunos castros del Bierzo como Castro Ventosa.

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Muralla oriental. Castro de Las Labradas

Son grandes «ciudades» en el sentido de urbs romana, es decir, constituidas en barrios, con áreas funcionales, y sobre todo con una dependencia de otros poblados menores periféricos para su abastecimiento de alimentos, etc.

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El origen de esta congregación de gentes en el ámbito castreño ha sido puesto en relación con la presencia en el territorio de cartagineses y romanos. Es sugerente pensar que se constituyen en este tipo de ciudades para hacer frente a los nuevos desafíos que genera esta presencia hostil. No creo que debamos dejar de lado la propia evolución de lo castreño en este sentido. Ya vimos cómo desde el siglo VI a.C. en el ámbito indoeuropeo de la Península se produce un fenómeno similar. En el mundo vacceo y celtíbero asistimos a la evolución desde los pequeños poblados (de vivienda circular incluso en el caso de los primeros) a la aparición de los oppida celtibéricos como Numancia, Segeda, etc… o vacceos, como Pintia o Cauca.

Parece más bien que Roma corta en seco este proceso de aglutinamiento de población, que quizá estaba teniendo lugar por la propia inercia de estas sociedades hacia una mayor jerarquización o incluso la futura formación de protoestados. Nunca lo sabremos, ya que la conquista terminó con esta evolución y aunque las grandes citanias y los oppida incluso crecen en época romana, ya lo hacen bajo la tutela de un estado extranjero que controla estas dinámicas y las favorece o anula según sus propias necesidades. En cuanto a los pequeños castros, es evidente la intervención en muchos de ellos de Roma, tanto para su abandono, como constatan las fuentes, como para su creación en base a las necesidades mineras en determinadas partes del territorio.

Tipos de castros según su morfología y ubicación

Quizá la clasificación más interesante respecto a los castros sea la formal, que nos permite identificar una serie de patrones según el tamaño o la posición que ocupan en el territorio dentro del ámbito astur. Debemos tener en cuenta un factor importante. Un mismo castro puede sufrir diversas transformaciones a lo largo de su historia. De hecho casi todos las experimentan, por lo que utilizar el criterio del tamaño es subjetivo. Un castro puede ser pequeño en el siglo VI a.C. y haber crecido en el III a.C.

Podemos hacer una clasificación de norte a sur en ambos territorios. En el transmontano 2 encontramos:

-Castros marítimos: Aquellos que se encuentran en cabos, promontorios, tómbolos, etc… en la costa. Son pequeños asentamientos en general, a excepción del caso de la Campa Torres, quizá el único oppidum del norte astur. Aprovechan las defensas naturales de acantilados fortificando su acceso desde tierra firme con potentes fosos y otros sistemas. Dependen del medio costero para su subsistencia pero también de la agricultura y probablemente del comercio.

Castros astures tipología, dispersión y datación
Castiellu de Podes. 2022

-Castros costeros: Situados en las inmediaciones de la costa, pero no en cabos y demás. Tenemos abundantes ejemplos en Asturias, por ejemplo los pequeños castros de la ría de Villaviciosa3 o algunos del Cabo Peñas, Cudillero, etc… Suelen ser castros pequeños, situados en una corona o alto, y van desde un centenar de metros de la costa a uno o dos kilómetros. Posiblemente su subsistencia dependa más de la agricultura y de las rutas viarias, minería, etc… que los castros costeros, aunque son generalizaciones, siendo los sistemas de subsistencia muy similares en todos estos grupos.

Castros astures tipología, dispersión y datación
Modelo LiDAR del Cantu la Figal. Datos PNOA IGN

-Castros interiores: Entendidos como aquellos que ya no podemos vincular directamente con la costa, pero que aún mantienen una relación con ella, seguramente a través de vías comerciales. Su medio principal de subsistencia está basado en la agricultura. Se ubican en torno a los cauces de los abundantes ríos del territorio aprovechando lugares elevados que están fortificados naturalmente por meandros de éstos o por otros accidentes geográficos. Hay coronas, castros elevados generalmente de forma oval o circular, y no suelen tener grandes dimensiones; una ha o en algunos casos varias.

Castros astures tipología, dispersión y datación
El castro de Picu Llanza desde el castro de Peñales. Respondería a un patrón similar de asentamiento

-Castro de montaña: Poblados situados en espolones, alturas, etc. de los valles de montaña, también cerca de los ríos, que generalmente constituyen vías de comunicación hacia la montaña y desde ella, donde se situan las escasas vegas fértiles del territorio de montaña transmontano y los prados para el pasto de ganados. Tanto estos como los anteriores, y excepcionalmente los costeros aparecen vinculados a la minería en algunos casos. Su base de subsistencia es la ganadería, sin olvidarnos de la agricultura y los intercambios.

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Castros astures tipología, dispersión y datación
Modelo LiDAR de El Colléu. Elaboración propia con datos del PNOA.

En el territorio cismontano4, de norte a sur nos encontramos con estos tipos.

-Castros de montaña: Esencialmente similares a los transmontanos del mismo tipo. La montaña5 es el terreno donde se desarrolla la vida y probablemnete la ganadería tiene un papel predominante. Son pequeños castros que no se diferencian demasiado ni de los castros astures al norte ni de los castros galaicos al oeste, experimentando la «petrificación» que comentábamos arriba en asentamientos de esta zona como Chano, o los de Zamora, etc… Por eso os decía que este fenómeno es más bien un proceso de adaptación a los materiales propios de cada zona dentro de la cultura castreña, no un factor de diferenciación. En estos castros se da un fenómeno de adaptación a las actividades mineras, probablemente de origen prerromano, acentuado en los tiempos de la conquista.

Castros astures tipología, dispersión y datación
Castro de Chano. Peranzanes

Castros de las llanuras sedimentarias: Situados cerca de los grandes cauces como el Esla, el Órbigo, etc… que presentan rasgos intermedios entre los castros de montaña y los de la meseta. Situados en los escasos lugares elevados para facilitar su defensa suelen tener una forma alargada sobre cerros amesetados en las proximidades de los ríos.

Castros astures tipología, dispersión y datación
Entorno de Vidriales, Zamora, Julio 2022

Oppida: Son castros de grandes dimensiones, pero no hay que pensar que todos los grandes castros son oppida. El factor que define a un asentamiento de este tipo es la especialización. En ellos encontramos barrios dedicados a una actividad comercial, metalurgia, alfarería, cerealística, etc… al que se dedica gran parte de su población, por eso en el norte podemos considerar la Campa como uno de ellos, por su posible especialización metalúrgica. Por eso probablemente crecen estos poblados por encima de lo normal, por un progresivo incremento de la demanda de los productos que fabrican más que por el aglutinamiento para la defensa frente a un supuesto enemigo que no llega hasta el 29 a.C.

Castros astures tipología, dispersión y datación
Asentamiento de Lancia. Imagen LiDAR sobre datos del PNOAA. Elaboración propia 2021. En el centro a la izquierda veis el área excavada. El yacimiento ocupa casi todo el sector occidental de la imagen (norte arriba)

Controlan amplios territorios en su entorno, donde la arqueología habló de vacíos, pero que quizá debamos imaginar con pequeños asentamientos tipo granjas y otras infraestructuras que articulen sobre el terreno la explotación de estos medios.

Conclusiones

He querido hacer una caracterización didáctica y quizá menos académica, de los distintos tipos de hábitat castreño del noroeste. Sobre todo quiero dejar claro que no es un tipo de asentamiento exclusivo, pero que presenta ciertas características propias que os he enunciado.

Hay castros en el mundo vacceo, cántabro, vetton, etc… no es un fenómeno aislado, y además tienen las mismas características. Las diferencias vienen por otros factores, como por ejemplo las ciudades de casas adosadas en adobe en torno a vías principales, como en el caso celtíbero o vacceo, similares a las iberas. En el noroeste, la casa circular se mantiene, incluso después de la petrificación, durante todo el proceso llegando a época romana, y manteniéndose incluso en ese periodo en algunos castros de montaña, lo que permitió que se mantuviera esta técnica constructiva hasta la actualidad. Las murallas astures transmontanas de módulos son otra diferencia respecto a las galaicas, e incluso a las de los castros de las llanuras sedimentarias cismontanas. Hay murallas lineales en ambos lados de la cordillera, pero parece que el proceso de «modularización» se estaba extendiendo en toda la zona astur.

Conocer el castro y sus tipologías permite también atisbar un proceso de «evolución» de esta cultura, y por tanto de los pueblos astures. Comprenderlo es una de las tareas de la arqueología contemporánea y que nos va a permitir mirar desde una óptica «indígena» estos asentamientos y a las gentes que los poblaron, superando el filtro de la «romanidad» que nos imponen las fuentes.

Notas al pie y bibliografía

  1. Mayor, J. C. (2000). Las murallas compartimentadas en los castros de Asturias: bases para un debate. Archivo español de arqueología73(181-182), 27-42.
  2. Fanjul, A. (2004). Los castros de Asturias. Una revisión territorial y funcional.
  3. Mayor, J. C. (2003). Los castros de la ría de Villaviciosa: contribución a la interpretación de la Edad del Hierro en Asturias. Trabajos de prehistoria60(1), 159-171.
  4. Álvarez, J. L. A. (1986). Panorama arqueológico de los astures cismontanos en la actual provincia de León. Memorias de historia antigua, (7), 7-24.
  5. Encinas, J. M. V. (2018). Los castros tipo» Sierra de la Culebra» en la provincia de León. In Arqueología en el Valle del Duero: del Paleolítico a la Edad Media (pp. 275-296). Glyphos.

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