
Ya está online el esperado artículo de Alfonso Fanjul Peraza sobre los materiales de castillo de San Martín 1 en la desembocadura del Nalón, Asturias. Un asentamiento que tiene una larga ocupación comprendida entre finales de la Primera Edad del Hierro (siglo VI a.C. aproximadamente) y la época medieval.
Los materiales extraídos durante las campañas arqueológicas de 1990, 1993 y 1994 quedaron depositados recientemente en el Museo Arqueológico de Asturias, donde pudieron ser consultados y estudiados en primicia por el arqueólogo. Fruto de esta investigación es el completo artículo que sale en el último número de la revista Sautuola.

Contenidos
El castro del castillo de San Martín
Se trata de un asentamiento sobre la pequeña elevación de unos 40 metros de alturaque domina la desembocadura de la ría del Nalón en su orilla oriental. Se confirmaron diversas fases de ocupación:
-Primera Edad del Hierro (VI al IV a.C.): Con seguridad es el momento de fundación del mismo. Las evidencias que confirman la existencia del castro en este periodo son de una serie de cerámicas «finas, de cocción reductora y acabado bruñido, de tamaño medio y grande», que el autor considera de entre los siglos V y IV a.C. Son materiales toscos.
A estos restos hay que añadir diversos restos de cabañas circulares, perimetradas en piedra (zócalo para sostener una pared de materia vegetal y barro). Fanjul Peraza considera que estas cabañas apuntan a la Primera Edad del Hierro por algunas características. Por ejemplo un tamaño mayor al que vemos en las de siglos posteriores.

-Segunda Edad del Hierro (III al I a.C.): Las cerámicas ya tienen una factura diferente. Más finas, más decoradas. Hay un fragmento que presenta una decoración en espiga que relaciona este estilo con los castros de la ría de Villaviciosa, lo que nos daría un área de dispersión que alcanza las dos rías. También hay restos de metalurgia del bronce. Otros objetos son un colgante de pizarra y mangos de asta de venado, de los que encontramos elementos similares en otros castros asturianos, como el de Llagú.

Lo más interesante quizá, la presencia de materiales mediterráneos que se corresponden a la época del cambio de era, como una boca de ánfora Haltern 70, de época inmediatamente anterior al cambio de era, y que concuerda con el periodo de Augusto. Este hecho podría interpretarse como que el castro fue utilizado por la escuadra romana en el momento de las guerras de conquista de los astures.

El vestigio constructivo más significativo de este momento es la muralla de módulos, que va a pervivir desde este momento hasta época altoimperial. Este tipo de murallas, del que os hablé en otros posts, es un sistema característico de los castros astures transmontanos. La del castillo de San Martín no se ha conservado bien, quizá por la propia construcción con bloques irregulares sin argamasa, pero sobre todo porque sobre ella se construye la muralla medieval.

-Época romana (II al III d.C. hasta V d.C.): Fanjul considera que el castro fue arrasado en la contienda y que fue reocupado posiblemente por su importancia estratégica en la desembocadura del río más importante de los astures transmontanos. Se reconstruye incluso parte de la muralla de módulos. No es una reocupación muy intensa, lo que queda manifestado por la escasez de materiales. Se documentan fragmentos de Terra Sigillata tardía. Posiblemente este resurgimiento relativo del castro en época romana tiene lugar en un momento avanzado de la época imperial. Tendría un carácter rural, quizá a tenor de un momento de inestabilidad como es el paso del alto al bajo Imperio. Otros restos de este periodo son tegulae típicas del modelo de cubierta de las viviendas de época romana

El castro pervive en época tardoantigua y llega al mundo medieval, transformado en castillo.

El castro del castillo de San Martín fue un enclave estratégico en época prerromana. Excavado casi en toda su extensión en los años 90 del siglo XX, aporta una serie de datos a la época castreña que concuerda con un periodo de ocupación de los castros del centro oriente de la región, con unas cronologías similares así como restos arqueológicos que lo relacionan más con lugares como Llagú, o la Campa Torres o Moriyón, que con los castros más al occidente de Asturias. Quizá es un castro de frontera del territorio entre las dos etnias astures transmontanas que nos llegan desde las fuentes, luggones y pésicos, formando parte de la esfera arqueológica de los primeros.
Os recomiendo la lectura del artículo para completar la información de la vida de este castro así como de su pervivencia en época medieval y posterior ocupación hasta la época actual.