Llevan un mes y medio de campaña, de los 9 meses previstos para ella, y ya hay información interesante que sale a la luz gracias a los trabajos de drenaje de La Llanada. Se está interviniendo en el interior del poblado. Allí se han descubierto dos nuevos pozos, lo que unido a los cuatro anteriores supone un número anómalo para un área tan reducida. Los investigadores empiezan a especular con que se trate de una zona de producción metalúrgica que necesite esta cantidad de agua.
Jose Luis Maya1 ya apuntó en sus excavaciones de hace 30 años que la Campa era un centro de producción de metales desde época prerromana. Los nuevos pozos probablemente pertenecen a este periodo y siguen, probablemente, el acuífero que recoge las aguas en el subsuelo del asentamiento.
Hay más estructuras que llaman la atención, como fosos internos, trazado del asentamiento, etc. cuya aparición plantea la posibilidad de modificar el trazado del drenaje, algo que era de esperar antes de tocar un palmo de tierra, porque es una zona en la que es previsible encontrar este tipo de estructuras. La pregunta es si están en el suficiente buen estado como para conservarlas y modificar el trazado o se van a estudiar y documentar a fondo y luego se meterá el necesario drenaje para evitar futuras inundaciones de todo el yacimiento. Por otro lado las nuevas excavaciones, que se rumorea que pueden ampliarse a uno o dos años más, descubrirán sin duda nueva información sobre el trazado antiguo del asentamiento y sobre nuevas estructuras tanto productivas como habitacionales.
En la prensa regional se mencionan algunos descubrimientos de materiales, como Terra sigillata subgálica y una fíbula de torrecilla. Son materiales bien documentados en la Campa. Todo el material que se extrae va pasando al laboratorio del parque arqueológico para su estudio y llevará varios meses tratarlos, clasificarlos etc.
Quizá no seamos conscientes de la trascendencia de lo que está pasando en la Campa Torres en los últimos dos años. En primer lugar se ha procedido a estudiar los materiales de antiguas investigaciones, incluyendo los que habían quedado depositados en el famoso búnker y que no habían sido estudiados como se merecen. Más de un año de investigación y conservación en el Museo Arqueológico de Asturias que es previsible que de lugar a una nueva serie de publicaciones científicas sobre los mismos que espero con verdadero interés.
A ellos hay que sumar ahora los materiales «frescos» extraídos en esta campaña que, previsiblemente, vengan a completar lo que conocemos de los distintos periodos de ocupación de la misma. Quizá tengamos la suerte de ver expuestas nuevas piezas en el museo de la Campa Torres (que ya cuenta con una interesante muestra). Sería lógico.
