No sé si habéis leído algo estos días sobre los descubrimientos realizados en el castro de Rueta, en la costa de Lugo. Seguro que os suena enseguida cuando veáis la fotografía del castro ya que fue explorado por técnicas no invasivas hace relativamente poco tiempo y su prospección ha servido para documentar una gran cantidad de estructuras sin excavar un palmo de tierra.
Es un proyecto muy ilusionante, del que os hablé aquí hace tiempo cuando charlé con David González, del CSIC. El trabajo sigue en marcha y me alegro de constatar que lo que decía era cierto, se van a hacer cosas muy interesantes en este sentido.
Uno de los descubrimientos en Rueta es el de un edificio que apunta a que se trata de una sauna castreña, aunque ahora sí que sería necesario excavar para confirmar este punto. De serlo, se trataría de la octava en Galicia y confirmaría lo que ya se viene diciendo desde hace décadas, que es un fenómeno mucho más frecuente de lo que se creía en los castros de un extenso territorio que tiene su núcleo entre el oriente de la actual Galicia y el occidente de Asturias pero que también aparecen en el Atlántico galaico.
Sin embargo me vino a la memoria la magnífica monografía sobre el Castro de Llagú, que os recuerdo que es el único excavado totalmente en Asturias por el momento, debido a la urgencia ante su fatal desenlace, ya que en ella se habla de un edificio que parece reunir las características de una sauna de este tipo, aunque estaba en un estado tal de arrasamiento que siempre quedó la duda en el aire.
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¿Qué son las saunas castreñas?
Se trata de unos edificios de un tipo muy concreto y con una finalidad claramente definida. Están compuestos en su forma más sencilla por una cámara de combustión y una antesala, y en los más complejos por vestíbulos, antesala y cámara de combustión.
Sus características son muy definidas. Se trata de edificios a los que se les aplica una cubierta por aproximación de hileras de piedras, similar a la de los corros actuales y otras estructuras. Es muy significativo ya que daros cuenta que la techumbre de los edificios de los castros es vegetal, pero en un edificio que contiene un horno es poco recomendable, lo que explica esta diferencia. Además están diseñados para mantener el calor, con gruesos muros que favorecen este aspecto.
Otra característica, además de su cámara de combustión, es que siempre tienen agua. Hay depósitos y canales para que el agua esté presente en el edificio. Una característica que junto a la del calor, ha hecho suponer a los arqueólogos que se trata de saunas.
Por último está el carácter simbólico de estos edificios. Por un lado están las llamadas pedras formosas, documentadas por primera vez en el norte de Portugal. Son losas de piedra con una forma que se adapta al corte transversal del edificio y que están profusamente decoradas en algunos casos. En otros o la han perdido o no están tan decoradas. En los castros asturianos no se encuentran de la misma manera que en las del ámbito galaico más occidental. Son dos territorios con características distintas.
En estas piedras se practica un corte en su parte inferior, la que apoya en el suelo, que constituye una entrada a la antesala. Este factor ha supuesto la consideración de que el uso de estos edificios tiene un componente ritual1. No podemos dejar de mencionar que no todo el mundo estaba de acuerdo con estas tesis del ritualismo termal castreño 2
Si a este hecho le unimos que suelen tener una orientación clara y que se ubican en un lugar destacado del castros3, cerca de las entradas principales, por ejemplo, acabamos de caracterizar a uno de los edificios más singulares de los pueblos prerromanos del noroeste.
¿Es un fenómeno exclusivo del mundo galaico?
Es un fenómeno que, dentro del ámbito castreño, si no se confirma en el territorio de los astures, podríamos decir que es galaico exclusivamente. Las saunas aparecidas en castros asturianos están en poblados de etnias galaicas como Coaña, Pendia, etc, lo que vendría a ser lo mismo.
La sauna más oriental de todas es la posible del castro de Llagú4. En otros castros, como San Chuis, o la Campa Torres no se han documentado, aunque también es cierto que no se han excavado al mismo nivel que Coaña, o los otros castros del occidente, y es llamativo que para uno que se excava completo en territorio astur aparezca uno de estos edificios.
De todas formas, en las últimas décadas se ha abierto el debate de si es un fenómeno exclusivamente galaico o incluso castreño si añadimos a los astures a la ecuación. El descubrimiento de saunas termales en oppida cántabros 5 y vettones6 apuntan a un fenómeno que podríamos asignar a los pueblos indoeuropeos de la península como poco7.
La sauna del castro de Llagú
En uno de los sectores de excavación de este castro luggon se documentó un rebaje en el suelo de caliza cuya forma recordaba al de estas estructuras. Es decir, una sala cuadrangular de unos 4x 4metros seguida de un espacio absidiado. Este ábside de medio punto, correspondería a la sala de combustión, idéntica a las que se han documentado en castros del occidente asturiano 8.
Además de la estructura se describe en la monografía la existencia de una canalización que tenía salida desde el edificio, lo que añadiría el factor del agua a la funcionalidad del mismo.
Las otras evidencias que apuntan a la existencia de una sauna en Llagú son la aparición de piedras destinadas a ser calentadas para producir vapor en contacto con el agua solo que en esta ocasión no están donde deberían, es decir al lado de la sauna sino amortizadas en el piso de una cabaña próxima.
Como dicen los autores de la monografía, se trata más que otra cosa de indicios razonables, pero nunca de una afirmación definitiva, que además ya no va a poder comprobarse nunca porque el castro ha desaparecido. Por tanto seguimos buscando saunas en castros astures tanto transmontanos como cismontanos, porque que yo sepa en los de León o Zamora no hay evidencias de este tipo de edificaciones.
Notas al pie y bibliografía
- Almagro-Gorbea, M., & Moltó, L. (1992). Saunas en la Hispania prerromana. Espacio Tiempo y Forma. Serie II, Historia Antigua, (5).
- González, S. R. (2017). Un nuevo espejismo historiográfico: el termalismo castreño prerromano. Nailos: Estudios Interdisciplinares de Arqueología, (4), 87-127.
- Valdés, Á. V. (2011). Santuarios» urbanos» en la Protohistoria cantábrica: algunas consideraciones sobre el significado y función de las saunas castreñas. Boletín de Letras del Real Instituto de Estudios Asturianos, 65(177), 9-46.
- Seco, P. M., Rangel, L. B., & Triviño, C. R. (1999). El proyecto» Llagú»: la excavación integral de un castro en la cuenca de Oviedo. Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid (CuPAUAM), (25), 55-74.
- Fernández Vega, P. Á., Mantecón Callejo, L., Callejo Gómez, J., & Bolado del Castillo, R. (2014). la sauna de la Segunda edad del Hierro del oppidum de monte ornedo (Cantabria, españa).
- Almagro-Gorbea, M., & Álvarez-Sanchís, JR (1993). La’sauna’de Ulaca: saunas y baños de iniciación en el mundo celta. Cuadernos de Arqueología , 1 , 177-253.
- Quintela, MVG (2016). Sobre las saunas de la Edad del Hierro en la Península Ibérica: actualidad, tipologías e interpretaciones. Complutum , 27 (1), 109-130.
- Berrocal-Rangel, L., Ruiz Triviño, C., & Martínez Seco, P. (2002). La arquitectura: murallas, sauna y cabañas. La arquitectura: murallas, sauna y cabañas, 99-137.
