Uno de los grandes descubrimientos y quizá de los menos conocidos del gran castro transmontano es el relativo a los restos óseos de personas del primer milenio a.C.
Contenidos
Una mandíbula femenina en el nivel fundacional
El primero es un fragmento de mandíbula humana procedente de uno de los niveles antiguos del mismo. Se trata de un hemimaxilar superior izquierdo perteneciente a una persona adulta de entre 25 y 30 años. La pieza, que conservaba aún tres dientes apareció en el denominado segundo nivel de cenizas que básicamente contiene las evidencias del poblamiento de los siglos VI y V a.C. en la Primera Edad del Hierro.
Jose Luis Maya apuntó la posibilidad de que se tratara de un ritual o un sacrificio fundacional. El estudio de los restos apunta a que podría tratarse de una mujer1 lo que enlazaría este depósito con otros ejemplos rituales que tenemos en castros de la Edad del Hierro en Asturias, como la calota que apareció en una cista en el Chao Samartín, fechado en el momento fundacional del mismo en el siglo VIII a.C.
A estas evidencias habría que añadir Fontenegroso2 que pertenece al siglo VII a.C. y más recientemente el descubrimiento de restos óseos en la sima de la Cerrosa3, donde se recuperaron restos humanos que podrían conectarse con este fenómeno. Destaca la similitud de algunos de los individuos del siglo VI-V a.C. De uno de ellos, de quien se conservan una calota y fragmentos de un maxilar superior se averiguó que pertenecían a una persona de entre 20-25 años y también es femenino. Del mismo sexo es otro de los fechados entre los siglos VII y V a.C. de quien se conservaron varios fragmentos de calota.
En definitiva, el maxilar superior de la Campa Torres podría estar hablándonos del aspecto simbólico que, sin duda, tuvo que haber en las fundaciones de nuevos poblados, como sucede en otras culturas en las que se ven implicados sacrificios de animales o personas.
Dos tibias de un bebé
En este caso nos situamos en el siglo I a.C. en un momento de intensa actividad en el poblado. Los restos aparecen asociados a un entorno doméstico que tiene también paralelismos en gran parte de los pueblos prerromanos de la península. Lo sabemos porque en este nivel han aparecido tanto cerámicas indígenas como fíbulas de tipo lateniense que gozan de una gran popularidad en este periodo y también una sorprendente cerámica campaniense que nos habla de intercambios a larga distancia.
Se trata de dos fragmentos de tibia de un perinatal de una edad calculada entre 9-10 meses (lunares) de gestación4. Es bastante común que los niños pequeños reciban un tratamiento funerario particular, siendo enterrados fuera de las necrópolis de los adultos. En ocasiones, son sepultados bajo el suelo de las viviendas o incluso se les incluye en sacrificios junto con otros animales, como cabras. A veces aparecen acompañados de restos de comida, lo que sugiere que fueron desechados sin mayor consideración.
Bibliografía
- Maya, JL y Cuesta, F .(eds.) (2001). El Castro de La Campa Torres. Período Prerromano . Gijón. VTP. ↩︎
- Barroso, R., Ramírez, P. B., Mayor, J. C., & de Balbín Behrmann, R. (2007). Fuentenegroso (Asturias), un enterramiento del Bronce Final-Hierro en el marco de las comunidades atlánticas peninsulares. Pyrenae, 7-32. ↩︎
- de Luis Mariño, S., Gancedo, M. L. S., & Peraza, A. F. (2021). La panoplia de finales de la II Edad del Hierro de la sima de La Cerrosa-Lagaña (Suarías, Peñamellera Baja, Asturias).¿ Un conjunto asociado a las Guerras Cántabras?. Complutum, 32(1), 141. ↩︎
- Mercadal Fernández, Oriol.(2001) Estudio paleoantropológico de dos restos óseos procedentes del yacimiento arqueológico de la Campa Torres (Gijón, Asturias). El castro de la Campa Torres : período prerromano. Vtp. ↩︎