Este viernes pasado se presentó en el Museo Arqueológico de Asturias el balance, hasta la actualidad, de las excavaciones realizadas en 2020 en la sima de la Cerrosa-Lagaña. La encargada de llevar a cabo esta presentación fue la conservadora del Museo Arqueológico Nacional, y co-directora de las excavaciones, Susana de Luis Mariño.
Para ponernos en contexto recordamos que en 2018 se encontraron de forma casual varios bronces en una sima de Peñamellera Baja. Concretamente se trataba de una punta de lanza, dos discos pertenecientes a un bocado de caballo y una placa de un cinturón.
Por diversos avatares administrativos los restos quedaron en la cueva hasta que en 2020 se organizó un equipo de trabajo, que procedimos a excavar un sondeo en la zona en la que se habían encontrado los restos.
De ese sondeo y de la prospección de la cueva en toda su extensión se documentaron varias piezas metálicas más, entre ellas una preciosa vaina de puñal de filos curvos y otra serie de objetos, así como restos humanos que fueron investigados posteriormente.
Esas investigaciones son las que se presentaron el viernes, y que vienen a complementar la publicación en la revista Complutum1 a principios de este año.
Por ejemplo, ahora sabemos que los restos craneales pertenecen a dos chicas jóvenes y que están datados en torno al siglo V a.C. Otros restos óseos, como un fémur y otros huesos largos pertenecen a un varón que vivió en torno al cambio de era. Inicialmente, como se publicó en el artículo citado, se pensó que había restos de un adolescente, pero el análisis óseo demostró que se trataba de una pieza dental animal.
Los objetos metálicos, por su tipología pueden asociarse a los restos óseos del cambio de era, sin embargo, los discos de freno del caballo pueden ser posteriores, probablemente de la antigüedad tardía en torno al siglo IV y V d.C.
Por tanto, puede que estemos ante un verdadero nemeton de los orgenomescos, la tribu cántabra, celta, o fuertemente celtizada, como indica su nombre («borrachos de victoria» si traducimos su nombre desde el céltico antiguo) que poblaba esta zona.
Un lugar sagrado, ritual (no funerario), que pudo haber sido usado como lugar de sacrificio durante un larguísimo periodo de tiempo. Es un lugar excepcional por muchos motivos. Por ejemplo, como nos explicaba Susana, en la tumba de Numancia que más lanzas han aparecido juntas, contamos con tres, de entre mil y pico tumbas. Aquí encontramos cuatro sólo en una sima, algo inaudito hasta ahora.
El conjunto faunístico está también en consonancia con las fechas ofrecidas. Se trata de vacuno, ovicáprido, caballos y perro doméstico. Este tema es muy complejo ya que las cuevas, tradicionalmente se han usado como vertedero de animales moribundos o muertos. Por lo que es posible que entre la fauna haya una parte que sea contemporánea, sin embargo, de las dataciones realizadas a distintos huesos sabemos que algunos son de la época de los restos humanos.
Qué pasará a partir de ahora
Las excavaciones de 2021 ya han comenzado. Durante dos semanas el equipo se ha trasladado a Suarías a realizar una segunda intervención. Esta vez centrados en otro sector de la cueva, como nos dijo Alis Serna, donde se encontraron los huesos craneales el año pasado. La idea según Susana de Luis es realizar también una topografía más detallada de la cueva, utilizando técnicas 3D.
Como ya viene siendo habitual, os seguiré informando de primera mano sobre este lugar espectacular.
