La estela de San Vicente de Serrapio, Aller. Un culto al dios supremo en el territorio de los Luggones

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Actualizado: 27 febrero, 2025

Hoy os hablo de un monumento epigráfico muy especial por varios motivos. Se trata de una estela dedicada a la divinidad principal romana que se encontró formando parte del altar de la iglesia románica dedicada a San Vicente. Todo en esta estela tiene un sentido que trasciende el hecho de que sea una simple piedra reaprovechada, como tantas otras, en un templo cristiano altomedieval.

Descripción de la estela

La estela sigue estando en la iglesia donde fue hallada, pero ahora está encastrada en una pared de la sacristía. Tiene una altura de 81×36 cm y su campo epigráfico dice:

IOVI OPTIMO /ET MAXSVMO / SACRVM ARRO / NIDAECI ET COL / IAVINI PRO SAL / VTE SIBI ET SV / IS POSVERUNT1

La transcripción podría leerse como «Consagrado Júpiter Óptimo y Mácximo. Los arronidaecos y los coliacinos lo erigieron por su salvación para sí y los suyos (para sus descendientes)2. Además de esta inscripción tiene una decoración sumamente interesante. En la parte superior presenta dos ruedas simbólicas (quizá dos hexapétalas representadas de forma muy esquemática) de seis radios. Entre ellos un dibujo que ha sido calificado como «extraño» por autores como Diego Santos o Narciso Santos Yanguas, quien apunta a que puede ser algo decorativo sin más. Posiblemente en su parte superior habría un foculi o pequeño receptáculo donde se quemarían las ofrendas dedicadas a la divinidad.

Estela de Serrapio. Foto: (Archivofotográfico. Museos Arqueológicos de Gijón
Estela de Serrapio. Foto: (Archivo fotográfico. Museos Arqueológicos de Gijón

Forma parte de un grupo de estelas dedicadas por tribus completas a divinidades3, de las que tenemos otro ejemplo notable en el territorio con la dedicada por los Luggoni Arganticaeni. Por cierto los Arronidaeci y los Colliacini también son clanes luggones, al igual que los anteriores. Las estelas dedicadas por comunidades a Júpiter son especialmente abundantes en la Galia.

Interpretación

La estela de Serrapio, tiene unas características que la convierte en uno de los objetos religiosos de época astur romana más interesantes de la Asturia transmontana. La primera es que forma parte de un conjunto de estelas votivas dedicadas a Júpiter en este territorio, y este hecho es interesante porque entre pueblos como los cántabros y los astures hay una concentración de monumentos dedicados al dios supremo del panteón romano, excepcionalmente abundante.

Este hecho se ha interpretado como una sustitución de un culto local a una divinidad del mismo rango por una divinidad romana. Es algo habitual que, más allá de la interpretatio de divinidades indígenas por romanas que encontramos en las fuentes, tiene una explicación en la pacificación de un territorio en la que el hecho religioso tiene mucho que ver con la conflictividad de los conquistados. Eso nos da pistas sobre qué funciones cumpliría ese dios entre los astures transmontanos.

Estatua de Júpiter procedente de Aquitania. Foto Collection Musée d'Aquitaine, Bordeaux, inv.: 2001.17.1
Estatua de Júpiter procedente de Aquitania. Foto Collection Musée d’Aquitaine, Bordeaux, inv.: 2001.17.1

Júpiter es un dios plurifuncional cuyo significado permite su adaptación a diversas realidades indígenas. Por ejemplo, es un dios asimilable al que protege a un pueblo. Entre los celtas sería un Teutates (cuya etimología hace referencia a teuta, es decir pueblo, precisamente). También es un dios tronante, un dios de la tormenta con el rayo como fenómeno representativo tal y como aparece recogido en la iconografía latina. Es un dios de las montañas, como hemos visto en varias ocasiones con otras estelas, un dios asociado a las alturas, como es la zona en la que fue encontrada la pieza, en los valles de las montañas centrales asturianas.

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Por tanto si aceptamos que las estelas dedicadas a Júpiter culminan el proceso de sincretismo religioso entre un dios antiguo y uno romano de la misma escala, podemos decir que el dios que se esconde tras esta estela es un alto dios de los astures, un dios que tiene una consideración de protector del pueblo, un dios del trueno y del rayo, y un dios de las montañas. Es decir, uno de los dioses principales de los astures.

Desgraciadamente no tenemos información sobre los nombres reales de los dioses astures más allá de las pocas estelas que nos han llegado, pero la toponimia nos deja varios teónimos interesantes, entre ellos varios que parecen hacer referencia a Taranis como ya vimos en otros posts. Precisamente la iconografía asociada a esta divinidad nos da algunas pistas interesantes.

¿Taranis suplantado?

En el siglo X, las Glosas de Berna incluyen una serie de notas al margen de una copia de la Farsalia de Lucano, donde aún se conservaba la explicación sobre la tríada divina mencionada por el poeta nueve siglos antes.

«A Taranis, Dis Pater, le sacrifican quemando hombres en una hoguera… Creen que Taranis Júpiter es el más grande de los dioses celestes y que preside las guerras. Antes solían aplacarlo con cabezas humanas, pero ahora se conforma con ganado […]».

La identificación de Taranis con Júpiter no responde únicamente a la similitud en sus atributos —el rayo y la rueda—, sino también a su posición como dios supremo en el panteón celta. Las fuentes lo presentan como la principal divinidad de este mundo, un poderoso vestigio de la tradición indoeuropea que adoptó formas similares en las distintas culturas que de ella surgieron.

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Júpiter/Zeus fue la deidad suprema de romanos y griegos, al igual que Wotan/Donar lo fue para los pueblos germánicos. Todos ellos comparten el rayo como símbolo de su poder y una fuerte conexión con el sol. Además, guardan una estrecha relación con las aguas, lo que se refleja en la frecuente asociación entre santuarios acuáticos y templos dedicados a Júpiter. No es casualidad que los romanos identificaran a los dioses principales de los pueblos conquistados con su propia divinidad suprema.

Taranis Galo-romano representado con el rayo y la rueda. Musée d’Archéologie nationale, París
Taranis Galo-romano representado con el rayo y la rueda. Musée d’Archéologie nationale, París

Otro aspecto relevante de las glosas es la referencia a Dís Pater, al que los celtas realizaban sacrificios humanos en la hoguera. Este es el mismo Dis Pater mencionado por César en Los Comentarios sobre la guerra de las Galias, cuando afirmaba que todos los galos decían descender de él.

La representación más común de Taranis lo muestra acompañado de una rueda de seis u ocho radios. Curiosamente, este símbolo no se ha consolidado como el emblema más representativo del mundo celta, quedando eclipsado por el omnipresente trisquel. Sin embargo, es posible que la rueda esté relacionada con la flor del agua o rosa hexapétala, un motivo ampliamente difundido en el mundo antiguo. En cualquier caso, todo apunta a que se trata de un símbolo solar, con una presencia documentada en depósitos votivos desde la Edad del Bronce y, posteriormente, en la Edad del Hierro, especialmente entre los galos.

Dentro de este mismo contexto, destacan las rouelles, pequeñas ruedas metálicas de ocho radios que aparecen en gran número entre los belgas y que se asocian al culto a Taranis. Estos amuletos, hallados frecuentemente en entornos religiosos, tienen registros arqueológicos que se remontan a la Edad del Bronce.

Rouelles de la Galia. Un símbolo asociado a Taranis.
Rouelles de la Galia. Un símbolo asociado a Taranis.

En la Campa Torres se encontró una pieza que podría corresponder a una de estas rouelles4. Se trata de una ruedecilla de bronce de ocho radios, cuyas interpretaciones según Maya son probablemente dos. Una, que se tratara de un colgante, que él compara con otros del ámbito hispano, pero que no dispone de un añadido en su parte superior para ser colgado. Otra explicación es que se trate de una rueda de un carro votivo como los de Baioes, en Portugal. Creo que sería interesante añadir a esa interpretación que fuera una representación de ese culto a una divinidad como el Taranis galo en el territorio astur, en un espacio en el que la toponimia nos habla de este mismo dios con insistencia. Aquí entra en juego la estela de Serrapio.

En una estela que destaca por el trabajo esmerado que se hizo para su fabricación, es llamativo que se represente de forma tan tosca un símbolo tan frecuentemente utilizado como la hexapétala. Tenemos bastantes ejemplos de esa representación en muchas otras piezas, en el territorio, por no mencionar que es un símbolo universal que los astures transmontanos plasmaron en su iconografía mucho antes de la llegada de los romanos. ¿Por qué esa dejadez en representarlo en una estela dedicada, además, al dios supremo del panteón religioso imperante?

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Me pregunto si se realizó una representación ambigua de este viejo símbolo. Se siguió la morfología de las estelas romanas al uso, con el empleo de hexapétalas, o ruedas simbólicas, en la parte superior de la estela, como en tantas otras, pero en este caso se representaron dos ruedas de seis radios, en vez de los típicos «pétalos» de la flor. La estela de Serrapio es una muestra de ese sincretismo religioso de astures y romanos tras la conquista, quizá en su factura tenemos una prueba más de este proceso.

Pintura mural en San Vicente de Serrapio. Siglo XII con ruedas de ocho radios representadas como símbolos solares.
Pintura mural en San Vicente de Serrapio. Siglo XII con ruedas de ocho radios representadas como símbolos solares. Foto Jesús Tellería Armendáriz.


Bibliografía

  1. (CIL II 2697= ERA n.º 1) ↩︎
  2. Lectura de Santos Yanguas en Santos Yanguas, N. (2013). Muerte y ultratumba en las inscripciones romanas de Asturias. Tiempo y sociedad. ↩︎
  3. Orejas Saco del Valle, A., & Fernández Ochoa, C. (2019). Civitates y comunidades de la Asturia transmontana. A propósito de los Luggoni Arganticaeni. ↩︎
  4. Maya González, J.L.; Cuesta Toribio, F.(eds.) (2001). El Castro de La Campa Torres. Período Prerromano . Gijón: VTP Editorial/Ayuntamiento de Gijón. ↩︎

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Fon S.P.https://astures.es/proyecto/
Me apasiona la historia de Asturias y los astures en todas sus facetas. Pateando museos y yacimientos. Excavando cuando puedo y divulgando como mejor sé.

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