Castro Ventosa
Castro Ventosa

Hoy os traigo uno de los pueblos que parecen mejor documentados gracias a las fuentes epigráficas. Asentados en la parte centro-occidental del conventus asturum su nombre está escrito en el famoso edicto escrito por el propio Augusto (si es que la fuente es verídica) en el siglo I a.C.

Situados en una zona de paso que da acceso tanto a los territorios mineros como a los conventus galaicos ya que hacen frontera con el lucense, tu territorio formaría parte de alguno de los lugares más conocidos de El Bierzo actual para la arqueología, junto con los Gigurros.

Poblaron una zona montañosa y rica en metales lo que provocaría una fuerte presencia militar romana en su territorio ligada a las explotaciones mineras. Vamos a conocerlos.

Las fuentes

Una de las fuentes epigráficas más antiguas que se conservan sobre un pueblo astur es el Edicto de El Bierzo. Se trata de un documento del 15 a.C.1 que le da a una gentilitas de los Susarros, los Paemeobrigenses, una serie de prebendas en compensación por su fidelidad a Roma en el periodo del Bellum Asturum. Creo que es la primera vez que se menciona a los Susarros en la Historia.

Los Susarros
Bronce de Bembibre o Edicto de El Bierzo. Museo de León.

Más allá de que se trate de una fuente polémica, o de que nos demos cuenta de que no sólo los Brigaecinos tomaron partido por el invasor, lo cierto es que la importancia del Bronce de Bembibre (también se le conoce así), es darnos información sobre la organización social de las tribus del occidente del conventus asturum.

Otra de las fuentes que los mencionan es el pacto de hospitalidad de O Courel. Un documento más tardío, del 28 d.C. donde aparece nombrado «Tillegus hijo de Ambato. Susarro del castellum de Alobrigaeco».

En cuanto a las fuentes escritas, aunque no los mencionan directamente sí que nos hablan de algunos de sus asentamientos. Floro en el siglo I d.C. nos habla de Bergida en el contexto de las Guerras contra cántabros y astures. Ptolomeo en el siglo II d.C. nos habla de Bergidum Flavium, y el anónimo de Rávena, en el siglo VII d.C. menciona Bergidon.

Fijaros qué interesante el ver cómo en las fuentes nos mencionan a los Susarros como bastión de resistencia durante el Bellum Asturum y cómo la epigrafía nos dice que la gentilitas de los Paemeobrigenses colaboraron con las tropas romanas. Es lo fascinante de investigar las fuentes.

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El territorio de los Susarros

Como en otras ocasiones trataremos de identificarlo en base a los límites con otros pueblos vecinos. Parece que por la ubicación del bronce de Bembibre se les coloca en torno a la cabecera del Sil. No se conoce la ubicación de Paemeobriga, aunque se propone San Román de Bembibre, o incluso lo cierto es que al menos todos los investigadores que han estudiado a este pueblo los sitúan en esa zona, lo que pone dentro de su territorio asentamientos como Interamnium Flavium, Ponferrada, o Castro Murielas, con una extensión más o menos de la parte oriental de El Bierzo. Limitan al oeste con los Gigurros, al norte con los Tiburos y los Lougei al este con los Lancienses y al sur con los Amacos probablemente.

Los Susarros
Mapa del suroeste de la provincia de León en la época de la conquista. (de Paz 2001)

Sabemos por la epigrafía que se organizan en «castella»2, o que hacen referencia a su castro de origen en su origo. Gracias a eso conocemos los de Paemeobriga que mencioné antes, Queledum y Aliobriga si consideramos que tras el edicto pasa a ser de los Susarros. Sus castros son los que hoy se recogen dentro de los del «alto sil» y que hemos comentado algunas veces en varias ocasiones.

Actualmente podemos considerar castros susarros los de La Muela, La Zamora, La laguna, Orallo o Castro Mariel, así como otros muy conocidos como Chano, o el propio Castro Ventosa

Qué sabemos de este pueblo

A poco que nos fijemos en los nombres de estos asentamientos veremos que terminan en -briga, un rasgo que nos habla de un territorio céltico según la lingüística. Sabemos que durante el Bellum Asturum las gentilitas de los Susarros corrieron distinta suerte y que tras la conquista su territorio pasó a estar controlado por Roma con el objetivo de explotar la riqueza minera de la zona.

Dejando de lado la epigrafía podemos obtener datos de este pueblo a través de la arqueología y en concreto de las campañas de excavaciones que se han hecho en castros como el de La Muela, o La Zamora en Laciana.

Los castros de esta zona tienen un origen en torno al siglo VIII a.C. Generalmente se trata de asentamientos en altura y fortificados. Las excavaciones arqueológicas hablan de una sociedad agroganadera donde el cultivo de cereales tenía cierto protagonismo. Se han recuperado semillas de trigo en La Zamora, de una notable antigüedad, y se ha documentado la apertura de pastos para alimentar al ganado.

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Los Susarros
Vista aérea de Castro Ventosa. Google Earth

Tras la llegada de Roma al territorio3 se percibe un desarrollo de las actividades mineras que va a trastocar la subsistencia de estos lugares, que sufren un proceso de abandono temprano, no relacionado directamente con tropas romanas en el territorio, aunque se sospecha que sí por la creciente presencia en zonas vecinas. Y una transformación total a partir del cambio de era.

Se organizaban en pequeños castros4, de no más de 100 a 200 personas. Este hecho ha sido interpretado como un límite que no permite la creación de jerarquías dentro de estos asentamientos. Es evidente que habría algún tipo de jefatura, como es lógico.

Quizá el problema es que interpretamos el castro como un elemento aislado en el paisaje y deberíamos relacionarlo con otros asentamientos, como parece más lógico. La propia arqueología de la zona pone de manifiesto la dependencia de unos castros y otros, y una cierta jerarquía en el paisaje. Si sumamos el total de individuos, el argumento basado en la inexistencia de jerarquías por núcleos demasiado pequeños se desvanece. No es ilógico pensar en un hábitat disperso, donde las relaciones de parentesco y relación entre los distintos grupos humanos es además de lógica, necesaria para la subsistencia.

El castro sería el lugar donde se agrupan las familias5, en el primer nivel, pero seguro que esos castros se relacionan entre ellos con vínculos de parentesco, lo que conformaría la población de una gentilitas, y es probable que ahí comiencen las jerarquías tal y como las conocemos en otros pueblos de la Edad del Hierro.

Los Susarros
Maqueta del castro de Chano. Museo de León

Parece que en la Edad del hierro hay continuidad entre la primera y segunda fase de este periodo pero antes de la llegada de Roma ya son abandonados algunos de los poblados, probablemente dentro de un proceso de sinecismo que favorecería el ascenso de algunos de esos asentamientos y la caída del resto, de menor tamaño.

Lo que está claro es que los Susarros sufren una transformación muy potente cuando llega Roma a explotar los metales de su territorio. Una actividad que probablemente ya desarrollaran previamente los propios indígenas, pero que no alcanza la escala a la que la somete un estado organizado del calibre de Roma.

Cultura material

Del grupo de castros mencionados arriba sabemos que por ejemplo en La Muela se documenta una muralla de módulos, probablemente la más al sur del territorio donde se encuentran este tipo de defensas. En Orallo las cerámicas de la Edad del Hierro, similares a las de La Muela tienen paralelos con modelos meseteños de la cultura del Soto de Medinilla, pero son piezas llegadas a esta zona a través de una cadena de intercambios que tiene origen en el mundo vacceo. Priman las cerámicas de tipo indígena propias del mundo astur.

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Los Susarros
Fíbulas de distintos yacimientos del occidente de León. Museo de León

Viviendas circulares, en un territorio donde la pizarra abunda y que constituye la materia prima para la construcción de viviendas y defensas. Los castros de la zona se parecen mucho a los de los asentamientos del occidente de Asturias, con los que mantendrían un vínculo evidente a través de la cordillera, lo que favorece el intercambio de ideas como queda atestiguado por las murallas de módulos que os comentaba arriba.

En el ámbito metalúrgico destacan por su trabajo del bronce, muy abundante en el registro arqueológico de lugares como Chano, por ejemplo, donde abundan los restos de fundición de sítulas de bronce, o fíbulas de torrecilla y de tipo lateniense.

Los Susarros
Moldes cerámicos para la fabricación de este tipo de objetos. Castro de Chano. Museo de León

En definitiva, nos hallamos ante uno de los pueblos más poderosos de los astures cismontanos. En su territorio podemos percibir ese proceso de aglutinamiento de poblaciones a finales de la II Edad del Hierro que da lugar a la aparición de oppida, como Castro Ventosa, que ya tienen unas dimensiones muy considerables.

La situación como límite con los transmontanos, su ubicación en las grandes vías de comunicación antiguas hacia los galaicos, así como la riqueza minera de su territorio los convierten en una de las tribus más interesantes de estudio de la cultura astur.

Notas al pie y bibliografía

  1. de Paz, J. A. B. (2001). El Bronce de Bembibre: algunos problemas que suscita. Argutorio: revista de la Asociación Cultural» Monte Irago»3(7), 20-24.
  2. Encinas, J. M. V. (2014). Nuevos castros en la Comarca del Bierzo (Folgoso de la Ribera, Torre del Bierzo y Molinaseca). Argutorio: revista de la Asociación Cultural» Monte Irago»17(32), 16-22.
  3. Mañanes, T. (2018). Protohistoria y romanización en la provincia de León: habitat y cronologias. Portugalia: Revista de Arqueologia do Departamento de Ciências e Técnicas do Património da FLUP4.
  4. García, L. M. (1999). POPULI Y CASTELLA en el» edicto de Bembibre» Bierzo-León. Anuario brigantino, (22), 71-82.
  5. Díez, R. R., & López, J. Q. (2015). El paisaje protohistórico en el Alto Valle del Sil (León). In Fortificaciones en la Edad del Hierro: control de los recursos y el territorio (pp. 97-108). Glyphos.

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