El viernes pasado acudí a las jornadas APIAA en el Museo Arqueológico de Asturias. La segunda conferencia de esta primera jornada corrió a cargo de Rubén Rubio, quien está haciendo su tesis doctoral sobre los asentamientos astures de la cuenca alta del Sil, en los alrededores del valle de Laciana.
La conferencia, super interesante, se centró en la descripción de los distintos yacimientos que están estudiando en esa zona, y que más o menos yo ya tenía controlados por la conferencia que nos dio hace un par de años en este curso de extensión universitaria.
Pero lo que me llamó la atención fue la hipótesis que plantea respecto a la ocupación de esos castros y las causas. Os lo expongo en este post.
Rubén nos dijo que la ocupación de una gran parte de los castros objeto de su estudio comienzan en torno al siglo VI a.C. Son varios de esos asentamientos, vamos a decir, de fundación temprana, los que viven un abandono en torno a los siglos III y II a.C. y no es por casualidad.
Si analizamos la morfología de esos castros veremos que, a pesar de no tener en común el lugar donde se ubican, ya que los hay en altura y en cotas bajas, lo que si suelen tener en común es un tamaño reducido.
Esto conlleva que tengan una población no demasiado numerosa, y por tanto que no se den las condiciones para que haya una estratificación social marcada como se puede apreciar en otras etnias de la edad del Hierro en la Península Ibérica.
Este tipo de sociedades, igualitarias y de poco tamaño, se asientan en los poblados en el comiendo de la primera Edad del Hierro, y subsisten sin demasiados cambios entre dos y tres siglos.
En ese momento sucede algo en ellos que motiva su abandono. A pesar de que las evidencias arqueológicas no son demasiado elocuentes, Rubén y su equipo plantean que puede deberse a las siguientes causas:
En esos siglos se detecta la presencia de Roma ya en la parte sur del territorio astur así como entre los pueblos celtibéricos, que entran en guerra con la República romana. Esa presencia genera una serie de incertidumbres en los asentamientos del noroeste, ya que además en una posición más próxima tiene lugar la expedición de Bruto contra los Galaicos.
Probablemente la presencia de tropas extranjeras en el territorio, y no se descarta que la exigencia de tributos de guerra para no ser agredidos, lleva a que la inseguridad de esos poblados pequeños haga necesaria la agrupación en otros asentamientos más grandes que ofrecerían refugio y protección a estos grupos. De ahí el abandono de estos pequeños poblados.
Les queda mucho por investigar y por concretar a través de las intervenciones arqueológicas que han realizado durante este tiempo, pero la posibilidad de que la presencia temprana de Roma en el territorio tenga que ver con el abandono de los poblados parece una vía interesante de estudio.
Habría que preguntarse qué pasa en lugares más alejados, como por ejemplo en los castros del alto Nalón, como el de Alava, que es abandonado más o menos en las mismas fechas, o los de la ría de Villaviciosa, abandonados en fechas parecidas. Es evidente que hay que contemplar distintas opciones según el territorio, pero la pregunta está ahi: ¿Se deberían a causas parecidas?, es evidente que la presión sobre galaicos y vacceos tuvo que influir en las tribus astures, pero ¿hasta el punto de hacerles abandonar un modelo de ocupación del territorio?.
Bibliografía relacionada:
Quintana López, J. y Rubio Díez, R. (2015). El paisaje protohistórico en el Alto Valle del Sil (León) en Fortificaciones en la Edad del HIerro: Control de los recursos y el territorio.
Las Jornadas APIAA continúan el próximo viernes. Os dejo el cartel.
