Asturias
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Un aspecto que ya es imprescindible en el estudio de la Historia es el estudio del clima en los momentos que estamos intentando describir y conocer. Clima y relieve son dos de los factores que más impacto tienen sobre el desarrollo, auge y caída de cualquier cultura, incluida la actual por cierto, y en el pasado no ha sido diferente. Estudiando las variaciones del clima podemos encontrar explicación a desencadenantes de ciertos hechos históricos

Cómo conocemos el clima del pasado

A un nivel planetario se pueden conocer las variaciones del clima a través de diversas técnicas. Por ejemplo el estudio de isótopos de oxígeno. Conocemos la diferente reacción de dos de ellos, 16 y 18, a la variación de la temperatura. En las conchas de unos organismos llamados foraminíferos, cuanto menor es la temperatura mayor cantidad contienen de isótopos O18. En el hielo, cuanto mayor es la temperatura, mayor cantidad de isótopos O16 se acumulan en las distintas capas de los glaciares.

Cómo era el clima en la época de los astures
¿Cómo podemos conocer el clima del pasado? analizando la presencia de isótopos en el hielo y del estudio de las conchas de foraminíferos depositadas en estratos en el lecho oceánico a lo largo de milenios. Gráfico: Javier Pérez Tarruella.

Por tanto, a grandes rasgos, analizando muestras de hielo de miles de años en Groenlandia o la Antártida, así como los lechos oceánicos, se puede conocer cómo ha variado el clima desde hace cientos de miles de años hasta la actualidad.

Sin embargo la información que nos proporciona este registro es a una escala que puede no ser precisa para lugares concretos que necesitemos estudiar. Para afinar la precisión de este estudio se analizan otros elementos, sobre todo relacionados con la flora. Sabemos que predominan distintas especies dependiendo de las condiciones climáticas e incluso que hay especies muy sensibles a estos cambios. Las plantas dejan su huella biológica en el entorno a través de pólenes que quedan depositados en turberas1, lagos, etc… Semillas, maderas y pólenes son una manera muy útil de conocer cómo era el clima en el pasado.

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Turbera de las Dueñas. Asturgeographic
Turbera de las Dueñas. Asturgeografic

El clima de la Edad del Hierro en el norte de la Península ibérica

A un nivel global, este periodo se caracteriza por una temperaturas más bajas que las actuales (siempre que leáis esto se refiere a la media del siglo XX). También por lluvias más abundantes. Es un periodo relativamente bien conocido llamado «glaciación de la Edad del Hierro». Un periodo entre el siglo IX y el IV a.C.

Esquema del clima en el cantábrico en el primer milenio a.C.  según J. Torres.
Esquema del clima en el cantábrico en el primer milenio a.C. según J. Torres.

Pero como os dije arriba, estos datos a un nivel global deben ser matizados dependiendo de las zonas geográficas donde nos encontremos. Por ejemplo, las condiciones climáticas al lado del mar son distintas, o más atenuadas. Las de montaña también influyen mucho. En el caso del territorio astur transmontano se dan las dos en conjunto, por lo que se han hecho estudios locales que permiten una mejor apreciación del clima de este periodo2.

El primer milenio a.C. según estos estudios e caracteriza por unas variaciones climáticas que podemos resumir en cuatro grandes momentos3:

Siglos XIII al VIII a.C. Enfriamiento

Momento en el que el clima de esta zona peninsular cambia del Subboreal precedente, más seco, al subatlántico. A lo largo de este periodo se produce un enfriamiento progresivo que culminará en el siglo VIII con las temperaturas más bajas. No es un periodo uniforme. Por ejemplo entre los siglos X y VIII a.C. se produce un periodo más suave, pero la tendencia es al frío, que como digo alcanza su mayor intensidad al final de este momento. El clima se caracteriza por temperaturas más bajas (casi 2ºC por debajo de las actuales) y un régimen de lluvias más intenso.

Asturias
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Afectó sobre todo a las zonas de montaña donde el tiempo de aprovechamiento de pastos se reduce y por ejemplo los pasos de montaña son transitables durante menos tiempo del habitual dificultando las comunicaciones. Curiosamente una de las actividades que más altera este clima es la navegación marítima, y vemos que en este momento se producirá el colapso del mercado atlántico del Bronce final.

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Siglos VII al V a.C. Recuperación

Se produce un aumento de las temperaturas. No debemos interpretarlo como un ascenso sobre la media sino que quedan en medio grado por debajo de las actuales. Significa más nieves y lluvias que en el siglo XX pero de media son mejores que el largo periodo precedente. En el Cantábrico se produce la verdadera transición entre el Bronce y el Hierro, y aparecen los primeros castros pero se mantienen entre los astures las características culturales del periodo anterior.

Excavaciones Campa Torres 2023
Excavaciones Campa Torres 2023

Siglos V a.C. a 1ª mitad del IV a.C. Enfriamiento repentino

Este breve periodo alcanzó un descenso de las temperaturas muy acusado y repentino. El nivel de las nieves perpetuas descendió unos 200 metros aproximadamente mientras que aumentó el caudal de los ríos, el régimen de lluvias y de nuevo se dificultaron las comunicaciones tanto terrestres como marítimas. En el Cantábrico asistimos al paso de la primera a segunda Edad del Hierro y los pueblos prerromanos del norte de la Península trabajan el hierro de forma cotidiana frente al momento anterior.

Helada
Helada

Siglo III a.C. hasta cambio y de era y alto imperio. Calentamiento.

La fase final de este proceso comienza en el siglo III a.C. Las condiciones progresivamente más benignas favorecen un desarrollo de la agricultura y la ganadería. El transporte terrestre y marítimo es más sencillo y durante un periodo de tiempo más prolongado. Culturalmente asistimos a la plenitud del desarrollo de los pueblos prerromanos del norte de la Península y son los que se encuentra Roma cuando llega al territorio en el siglo I a.C. Esta fase climática se prolongará hasta el siglo IV d.C. aproximadamente, cuando nuevos cambios asoman por el horizonte.

Conclusiones

Como veis, los momentos de cambio climático coinciden con momentos histórico culturales que percibimos a través de la arqueología, y en fases más cercanas a nosotros, a través incluso de las fuentes. No es cuestión de decir que el clima provoca estos cambios, pero influye mucho en el desarrollo de las sociedades, sobre todo porque dependen para su subsistencia diaria de estas condiciones. Un periodo de malas cosechas en sociedades que viven en niveles bajos agrarios de producción, como la que se supone para los pueblos del norte, provoca hambrunas y la necesidad de obtener recursos por otras vías, la guerra, etc…

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Torques nº1 de Cavandi. Foto, museo Arqueológico de Asturias
Torques nº1 de Cavandi. Foto, museo Arqueológico de Asturias

A cambio, momentos benignos del clima favorecen las comunicaciones, contactos, etc… y podemos ver en ellos influencias de otras zonas de la península, como técnicas metalúrgicas procedentes del Mediterráneo en la orfebrería local.

El clima parece determinante en las comunicaciones marítimas. No sólo por la frecuencia o no de temporales en momentos más fríos, sino por cambios en el régimen de vientos y corrientes que simplemente imposibilitan la navegación o hacen que no sea rentable si sumamos este factor a los otros mencionados arriba.

Es sin duda un dato imprescindible en cualquier estudio sobre la Edad del Hierro. El conocimiento que tenemos sobre el clima en este periodo es cada vez mayor, pero es imprescindible que contemos con contextos arqueológicos no alterados para poder estudiar los pólenes y semillas de las muestras de tierra que están en contacto con los objetos. Vuelvo a repetir que en arqueología el contexto es todo prácticamente.

Bibliografía de referencia

  1. Cortizas, A. M., Pombal, X. P., Muñoz, J. N., García-Rodeja, E., & Estudiada, C. G. D. Á. (2000). Turberas de montaña del noroeste de la Península Ibérica. Edafología7, 1-29. ↩︎
  2. Torres‑Martínez, J. F. (2014). Arqueología de la Edad del Hierro y variaciones climático‑ambientales en el norte de la Península Ibérica. Kobie33, 31-58. ↩︎
  3. Un trabajo fundamental para este tema es este: Martínez, J. F. T. (2011). El Cantábrico en la Edad del Hierro: medioambiente, economía, territorio y sociedad (Vol. 35). Real Academia de la Historia. ↩︎

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