
Las recreaciones de viviendas de la Campa Torres son de sobra conocidas por todo el mundo que accede al parque arqueológico y natural. Se trata de dos edificaciones, una de época astur, circular, y otra de época romana, cuadrangular que son un ejemplo de uno de los cambios que experimenta la arquitectura astur bajo el control de Roma.
Hay varias cosas interesantes que comentar en este aspecto, y quizá pasen inadvertidas al visitante cuando accede a ellas. El primero es el cambio en la construcción. Los materiales tradicionales de barro y ramas entrelazadas para construir las paredes de las cabañas son sustituidos en este periodo por la piedra.

La petrificación de las cabañas castreñas del ámbito galaico y del sector astur es un proceso que se generaliza aproximadamente en el siglo III a.C. excepto en un sector transmontano que podríamos llamar centro oriental y en el cismontano de las llanuras, donde el adobe parece ser la materia prima alternativa a la piedra del norte, siguiendo otra tradición constructiva diferente.
No es hasta el periodo romano cuando asistimos en este sector transmontano a la generalización del uso de la piedra como material constructivo de las paredes y para mí es uno de los cambios que marcan ese tránsito del final del mundo plenamente astur a un mundo romano-astur.

Digo romano-astur porque las cabañas, como la que veis en las fotos, no son más que una adaptación de la vieja cabaña indígena al nuevo urbanismo romano.
La edificación cuenta con un pequeño avance, o espacio exterior auxiliar, cubierto al igual que la cabaña principal con una techumbre de tegulae (otra de las grandes diferencias con el periodo anterior). Un lugar, que como vimos en fotos de otras recreaciones, como esta de Vigo, se utilizaría para dejar aperos y otros elementos necesarios de la vida cotidiana.

El interior, de mayor altura y amplitud, permitiría también la construcción de un entablamiento que soportaría una doble altura, ampliando el espacio disponible a nivel del suelo.
En la de la Campa Torres, igual que en la plenamente astur, no se han añadido elementos del posible mobiliario, lo que ayudaría muchísimo a comprender la funcionalidad y uso de estos espacios. Es algo que siempre genera polémica, por tratarse de objetos que se supone que existirían, pero que en muchos casos es imposible comprobar arqueológicamente. No obstante se podría intentar hacer algo más expositivo y didáctico que la simple edificación.

La apertura de espacios en el tejado, en el centro del mismo no sé si funcionaría bien en un entorno tan lluvioso como el cantábrico, no obstante, el humo debería salir por algún lado, y a diferencia de la cabaña de techumbre vegetal donde el humo se filtra por ella al exterior, como parece demostrarse por arqueología experimental, en la cabaña romano-astur es un tema que me gustaría saber cómo se resuelve.

Como ya comenté en alguna ocasión, los astures centro-orientales transmontanos no eligieron la petrificación de sus viviendas, ya que parece que disponían de materia prima (murallas, etc… son de este material, así como los propios zócalos de las cabañas circulares), no la usaron para este fin, aunque tuviera un mayor coste inicial, la pervivencia de la estructura siempre será mayor.

Me pregunto por qué sería así, y la única respuesta que me surge es porque funcionaba bien. Las sociedades de tipo rural son reacias a los cambios, más que las urbanas. Si algo funciona no lo toques, es una máxima que se puede aplicar tanto a viviendas como herramientas, etc… Eso nos ha permitido conocer estructuras como las cabanas de teito, pallozas, corros, etc… que son verdaderas reliquias de la Antigüedad precisamente porque su funcionalidad sigue vigente y su adaptación al medio ha sido exitosa hasta el extremo.

Por tanto, el cambio en época romana a la petrificación parece producido por otra razón. Quizá por la necesidad de adaptar viviendas cuadrangulares a un urbanismo en retícula planificado que con las cabañas castreñas es complicado, aunque no imposible, como se puede ver en las grandes citanias.
En realidad es una muestra más de un cambio de mentalidad más que de funcionalidad, y probablemente también que ver con cuestiones como prestigio que con una mejor adaptación a las necesidades de los astures de los castros.
Muy interesante, me ayuda mucho ya que estoy interesado en la arquitectura tradicional rural entre los Aymaras de la orilla del Lago Titicaca en Puno, Perú. Muchas gracias.