La intervención que se está llevando a cabo en la sima de Peñamellera Baja, Asturias, ha llegado a su ecuador. Este año el área intervenida es considerablemente mayor que el año pasado, y para despejarla se ha hecho necesario desplazar un gran volumen de piedra suelta que cubría la zona a excavar. Además las abundantes lluvias de la semana pasada han complicado en parte el trabajo ya que por la sima sigue circulando el agua que cae sobre la ladera caliza en la que se ubica.
El equipo de arqueólogos, compuesto por seis personas in situ, más el resto de investigadores de varios países que colaboran en el proyecto, ha realizado una prospección por toda la sima, detallando mejor, respecto al año pasado la topografía de la cueva, además ha permitido documentar restos óseos incluso en el fondo de la sima, previsiblemente fruto del arrastre del agua, como os comenté más arriba.
Entre los restos documentados hasta el momento se encuentran cerámicas, con fragmentos decorados, restos óseos y metálicos, que serán detallados en la respectiva memoria y publicación una vez finalizada la intervención y que no mencionaremos a la espera de las investigaciones correspondientes.
En 2020 se descubrió en la sima de la Cerrosa-Lagaña una panoplia de un guerrero (aún está por determinar si cántabro o romano) así como varios restos óseos que indican que la cueva fue utilizada con una finalidad ritual desde al menos el siglo VI a.C.
Se documentó además un ingente volumen de fauna, alguna contemporánea a los restos óseos, así como cerámicas y otros objetos, que llegan hasta la actualidad, al haber sido utilizada la sima en la Guerra Civil.
Estad atentos porque la Cerrosa nunca defrauda. Os sigo informando 😉
