Entre castros y molinos por el Naranco

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Actualizado: 31 diciembre, 2024

Lo que os voy a enseñar hoy en este post es algo que pone de manifiesto lo poco o nada que conocemos los carbayones (habitantes de Oviedo) de nuestro Naranco. Un lugar que tendemos a ver como patio de recreo que la capital del Principado, pero cuyo uso intensivo por parte de la ciudadanía para la vida, la cultura, el ocio y el deporte, no va parejo al nivel de protección que necesita un lugar así. Este post es, en cierta medida, una llamada de auxilio para proteger un lugar único.

Vamos a seguir una ruta que nos adentra en el pasado de un territorio que, hasta no hace tanto, era una zona rural viva, con sus sendas y sus molinos, también de sus antiguos restos arqueológicos que hablaban de un Oviedo de otro tiempo, y donde el paisaje era de campos de cultivo y prados para ganadería. Hoy apenas queda nada de eso. Todo ello a escasos centenares de metros de las primeras calles de la ciudad.

Bosque del entorno del arroyo

Cuando me invitaron a conocer esta zona, no me hacía una idea clara de lo que me iban a enseñar. Son un pequeño grupo de personas en el que vive todavía ese espíritu de hacer las cosas, con buena voluntad y esfuerzo, para mantener cosas que «deben ser mantenidas y protegidas». Un ejemplo es Víctor Monte, que lleva 20 años trabajando duro y abriendo senderos del Naranco donde nadie llega. A ellos les debo el poder enseñaros esta pequeña maravilla.

Un castro en la ciudad de Oviedo

Pongamos un principio a la ruta. El acceso norte del parque Purificación Tomás. El parque se hizo con el objetivo de mantener zonas verdes en un monte que poco a poco iba sucumbiendo a la presión de la ciudad. Que la parte alta del parque era un castro ya os lo conté hace tiempo. Se le llama de Monte Alto, y controlaba la ruta que pasaba desde Lucus asturum hacia la montaña central asturiana.

En el centro la zona del castro de Montealto. Mapa LiDAR de elaboración propia con ficheros del IGN

Probablemente un asentamiento modesto, aunque con un buen espacio protegido para la vida, ya que entre el promontorio y la ladera del Naranco se forma un pequeño valle por el que corre un arroyo, el de Claudio, del que el rumor de sus aguas nos va a adentrar este viaje al pasado. Un lugar apto para cultivos y cría de ganado desde la Antigüedad.

Entrada norte al parque Purificación Tomás en Oviedo. Bajo esos árboles había un castro.

El parque en realidad es más que lo que suele conocer la gente que pasea por allí. Hay una estrecha franja de bosque en dirección al oeste, cuyo verdor se debe a la abundancia de agua y manantiales de la zona. Nos dirigimos hacia allí por uno de los caminos rurales que todavía quedan abiertos y la primera parada es espectacular.

Las cuevas y el agua

La mole de piedra caliza que forma el Naranco propicia la existencia de varias cuevas y depósitos naturales que filtran las abundantes aguas de lluvia que riegan sus laderas. En esta zona hay una pared de caliza que corta la pendiente de la ladera, y por ella brota el manantial del que os hablo ahora. La llaman la cueva del agua, y lo es, aunque en otra parte del monte, hacia el oeste, hay una cavidad más grande a la que se accede de pie y que es la más conocida por ese nombre. Esta es la que se conoce como la Cuevona.

Fuente de la cueva de los molinos. Naranco

Las cuevas del agua del parque Purificación Tomás, tienen dimensiones más modestas. Eran conocidas de sobra desde antiguo, ya que los chavales de la zona iban incluso a bañarse allí en los días de calor del verano. Es un sistema doble del que manan dos vías de agua y que los vecinos han acondicionado para mantenerla limpia y accesible. Me cuentan que hace apenas un par de años esta zona no se podía transitar y que hubo que abrirla a machete.

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Escasos metros más arriba se abre otra boca al interior del Naranco. Esta es conocida sobre todo por los grupos de espeleología. Creo que en los años 70 el Polifemo se adentró por ella y recorrieron unos cuantos kilómetros desde este punto por galerías que oscilan entre los 3 metros de altura y los lugares donde hay que pasar arrastrándose. Creo que conecta con la Cueva del agua a varios kilómetros. Ojo, son extremadamente peligrosas en este momento, mejor no entrar.

Cueva de los molinos

Creo que hay que estudiar el pasado de estas cuevas, como su posible uso durante la Guerra Civil, o la relación entre los diversos asentamientos antiguos de la zona (castro y villas romanas) y este sistema de cuevas. Bien es cierto que el propio castro cuenta con agua rodeando la colina en la que se encuentra por dos arroyos, pero esta cavidad, más accesible en tiempos antiguos, no debió pasar desapercibida a la población local. Me pongo a estudiarlos, pero sigamos la ruta.

Un conjunto de molinos

Arroyo abajo, y disfrutando del sonido (aquí no se oyen coches ni nada parecido) del cauce del Claudio saltando aquí y allá, vamos acerándonos a la primera estructura hidráulica de su cauce.

El caudal se incrementa mucho con las lluvias. Fijaros en la frondosidad del sitio.

Se trata de presas hechas en piedra con un sistema de canalizaciones para el agua. Me dicen que son molinos, y a mi me queda la duda de que lo fueran en algún momento, pero que se transformaran en otro tipo de infraestructuras para retener el agua del arroyo. Me contaban que cuando llueve mucho el agua del Claudio baja con mucha fuerza. El chorro de las cuevas también se activa con fuerza y sale a presión llevándose por delante lo que pilla. Estas presas pueden haber servido para controlar el ímpetu del agua y a la vez actuar como depósitos, que aprovecharían esa fuerza, bien como molinos o bien como otro tipo de infraestructuras.

Primera estructura. Tiene varias piedras de molino reaprovechadas

Todavía se puede ver la «charca», una de esas pequeñas presas que retenían el agua, así como el sistema de aliviaderos, para cuando baja mucho caudal.

La charca de la presa de la estructura nº1

Un sendero entre lirios de río y otra vegetación ribereña de los arroyos, nos lleva a la siguiente parada. Otra de esas presas que se sitúan cauce abajo. Es difícil, por la vegetación, entender el sistema de canalizaciones y conducciones del agua a las construcciones. En este segundo hay un pequeño puente que me parece precioso.

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Una de las estructuras, molinos, del arroyo de Claudio

Además, parece de factura antigua. Este entorno, limpio y cuidado es un gran ejemplo de arquitectura tradicional que estaba perdido en la maleza de no ser por esta gente.

Entre este punto y el siguiente se cuenta que han aparecido algunos restos cerámicos antiguos que pueden dar pistas sobre la ubicación de alguna de las villas romanas del Naranco, creo que hay que investigar esta zona.

El molino nº3 es claramente una construcción de este tipo y además es antiguo. Conserva parte de la infraestructura y la base de las piedras. Igual que en el nº 1 y 2 parecía que había muelas reutilizadas, en esta claramente vemos que están in situ.

Molino 3. El más antiguo.

Además tiene este curioso reaprovechamiento, un fragmento de friso con decoración de triglifos y rosetones, cuyo parecido formal más cercano en la ciudad lo tenemos en el edificio de la Universidad vieja, o en los edificios del entorno de la catedral. ¿Cómo llegó aquí?. Como dato, esos edificios son del siglo XVI.

Piedras del molino 3

El camino que serpentea al lado del arroyo es un remanso de paz. Parece mentira que a menos de 1km se desenvuelva la vida urbana diaria de la capital del Principado.

Pequeña cascada de arroyo de Claudio. Naranco, Oviedo

La ruta se suaviza un poco, y llegamos a la presa más grande del recorrido. La estructura erigida bajo ella para aprovechar la potencia del agua es más moderna, pero la infraestructura está ahí para algo.

No llego a comprender el uso de algunos de los edificios que vimos, no me parecen molinos al uso, de los que vi muchos, por ejemplo los del río Profundu, y otros en Asturias y Galicia.

Estructura 4 más moderna.

Y llegamos al siguiente, en una zona más amplia, abierta, con vestigios de un camino más ancho, incluso para carros. Aquí parece verse una estructura de molino claramente. Me llaman mucho la atención algunas de las tejas del edificio que parecen muy antiguas. Es probable que se trate de reaprovechamiento de materiales antiguos. En el mundo rural se aprovecha todo.

Es aquí donde dejamos el arroyo y volvemos. Su cauce se acaba adentrando en el sistema de canalizaciones urbano. Subimos por el camino que utilizaron durante siglos los que venían a moler aquí. El último molino de la zona estuvo en uso hasta los años 60, hace dos días.

Nos salimos del camino para subir de nuevo al castro (parque) por un lugar de pendiente que nos conecta en menos de 5 minutos con la senda principal. ¿Por qué no se pone un panel en el lugar donde estaba el castro? Seguimos una vaguada que parte de la propia colina donde se asentaba el castro desde el que partimos. Esa vaguada corresponde a un manantial que nace en el propio perímetro del asentamiento y que bajaba hacia el Claudio. Como veis, agua no falta.

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Colina donde se ubicaba el castro de Montealto. Oviedo

Una ruta con mucho potencial y en peligro

Este post es sólo una primera toma de contacto sobre el terreno con una zona para la que ya ha sido reclamada atención en otras ocasiones. Seguiré investigándola en conjunto y quiero conocer mejor, aparte, cada uno de sus elementos, porque, como veis tiene mucho que contar. Habrá más posts sobre ella.

No soy experto en el tema, pero creo que con poco mantenimiento se conseguiría mantener una ruta cuya relación coste, relevancia añadiría un valor de riqueza cultural y natural al Naranco. La recuperación del monte es algo que el Ayuntamiento de Oviedo lleva realizando en las distintas legislaturas, con la apertura de las sendas, vestigios de la Guerra Civil y otros valores para los que ya hay visitas guiadas, que os recomiendo, por cierto.

Esta es incluso más sencilla que otras y tendría el plus de servir para preservar los valores etnográficos de un Oviedo que ya no existe, los valores naturales y ecológicos de un sistema hídrico que es un superviviente de otra época. En un entorno natural castigado, como pudimos ver en los últimos incendios de hace semanas. Un cauce de un arroyo que es más que eso, es un río de la memoria. Historia viva en cada fuente y cascada que aporta belleza al mismo, y una manera de reconectarnos con lo que fuimos.

Y os explico por qué me decido a hacerla pública. Está en peligro, según me dijeron, porque el trazado de la ronda del Naranco tiene previsto pasar por esta zona y llevársela por delante. Desconozco el trazado del proyecto, pero con que pase cerca ya supone un problema. Acordaros que aquí hay restos arqueológicos que sería necesario estudiar antes de abrir una autopista por un entorno natural. El propio parque quedaría afectado por este trazado, y aunque se soterre la vía, el sistema hídrico va a resultar perjudicado.

No quiero hablar sin saber, por lo tanto me voy a informar mejor. Además el objetivo de este post era enseñaros que el Naranco no es sólo un monte destrozado por las plantaciones de eucaliptos o el abandono del mundo rural. Es un lugar que todavía tiene cosas interesantes en cuanto a patrimonio y naturaleza que pueden ser un motor económico para fijar población.

Creo que conocer es querer, y uno de los objetivos de esta página es descubriros sitios como este, del que podemos quedarnos mirando como desaparece o tomar cartas en el asunto. Esta gente ya ha empezado a movilizarse.

Fon S.P.
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Me apasiona la historia de Asturias y los astures en todas sus facetas. Pateando museos y yacimientos. Excavando cuando puedo y divulgando como mejor sé.

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