Esta mañana se presentó a los medios la nueva incorporación a la colección permanente del museo en cuanto a epigrafía romana. Se trata de la estela funeraria que veis en esta imagen. Fue dedicada a Bodocena, una niña de 12 años, proveniente del castellum (castro) Agubrigense (presumiblemente) por su padre, Aravo.
Es una pieza singular, ya que en ella vemos cosas nuevas hasta ahora. Por ejemplo desconocíamos el antropónimo «agubrigense», por lo que se trataría de una nueva identificación de un poblado pésico. En el castellum agubrigense vivía gente que utilizaba nombres astures en el siglo I d.C. (algo lógico por otra parte) como Bodocena o su padre Aravo. También vemos el símbolo C invertido del que hay pocos ejemplos en Asturias, pero que hace referencia al poblado y que fue objeto de un intenso debate en los 90.
La información que daba Margarita Mier poco tiempo después de su descubrimiento 1 es la siguiente:

Dimensiones (en cm): Altura 100 1 107 (esta diferencia de cm responde a un
corte que tiene en el lado superior izquierdo).
Ancho: 35 1 29 1 32 (en el centro el retoque que la piedra tiene por su lado izquierdo conlleva esta reducción de su ancho).
Grosor: 15.
Campo epigráfico: Alto: 69.
Ancho: 35.
Letras: Todas ellas miden 9 cm. de alto.
Espacios interlineáles: Líneas 1-2: 1 cm.
Líneas 2-3: 13.
Líneas 3-4: 15.
Líneas 4-5: 2.
Líneas 5-6: 5.
Texto: B O D O C
ENA.AR
AV1 . F .3.
AGVBRI
A N.X.11
H. S.E
Desarrollo: Bodoc/ena Ar/avi f(ilia) C(astellum) / Agubrikensi) / an(orum) XII /
h(ic) s(ita) e(st)
Traducción: Bodocena, hija de Aravo, del castellum Agubrigense, de doce años;
aquí está enterrada.

La arqueóloga descubrió la pieza en 1993 en Villaverde, cuando realizaba trabajos en Belmonte de Miranda. Según la catedrática de la Universidad de Oviedo, le informaron de la aparición de la pieza cuando se procedió al derrumbe de una cuadra. La historia de la estela es conocida en la zona. La Consejería de Cultura, Política Lingüística y Turismo la adquirió en 2020 por 7500€ y fue trasladada al museo en 2021. Allí se restauró y ya podéis verla en la planta dedicada al periodo de los castros. Al lado de la recreación de una estructura minera.
Y es que la pieza es del primer siglo de la era cristiana, como digo. Además se puede poner en contexto con el periodo de la explotación de las minas de oro de Begega. Estos yacimientos auríferos se explotaron ya desde época indígena hasta época romana. Quizá os suene más Boinás, como lugar de este complejo de castros y minas.
Mañana habrá una mesa redonda en torno a la estela de Bodocena en la que intervendrán Margarita Fernández Mier, catedrática de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo; Almudena Orejas, investigadora del Instituto Historia del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y Ángel Villa, arqueólogo del Museo Arqueológico de Asturias.
