Como os comenté la semana pasada, se presentó en el Museo Arqueológico de Asturias una donación que hizo la familia del arqueólogo J.M. González consistente en su archivo personal, biblioteca y una colección de piezas arqueológicas.
Con motivo de esa donación el museo montó una pequeña muestra con una selección de objetos en la sala de exposiciones temporales, situada en la planta baja del edificio.
Las sensaciones son encontradas cuando contemplas las fichas escritas de puño y letra del arqueólogo, así como algunos efectos personales relacionados con la investigación. Si os soy sincero una de las cosas que más me gustó es un plano topográfico hecho a mano alzada de una de las innumerables localizaciones que recorrió en busca de castros, (tenéis una vista parcial en una de las fotografías). También poder contemplar el tesorillo de Foxó del que escribiré un post más adelante.
Es acercarse un poco a la figura del gran impulsor del estudio de los poblados astures de la Edad del Hierro y época romana de Asturias. Sin duda merece un espacio en nuestro museo Arqueológico.
Por otro lado, sentí una pequeña decepción, y me explico. Entiendo que los materiales que se presentaron el pasado jueves tienen la importancia suficiente como para hacer una muestra mayor. Parece que hubo demasiada prisa en montar esta vitrina, (estas dos vitrinas para ser preciso), y publicitar la donación. Desconozco los plazos de entrega de los materiales, y si aún están en fase de catalogación, pero lo correcto creo que hubiera sido montar una exposición en condiciones (la sala de exposiciones temporales tiene espacio suficiente), con los materiales, exposición de fotografías (al menos una selección), y el conjunto de piezas arqueológicas que formaban parte de su colección.
Serviría para caracterizar la arqueología de una época, distinta a la actual, en la que la investigación corría por cuenta de personas como José Manuel González que dedicaron su tiempo a esclarecer una parte de nuestro pasado que permanecía ignorada y mal estudiada en gran parte. (Ahora está mejor estudiada, pero sigue ignorada). Sería una oportunidad única de poner el foco, por parte del museo Arqueológico de Asturias, en nuestro pasado de época castreña, y llamar la atención sobre la necesidad de seguir investigando, incansablemente, como lo hizo «piedrina».
