Os traigo este objeto, descubierto en el centro de Asturias, porque a pesar de su sencillez encierra una idea muy interesante. Situémonos en el periodo bajo imperial en la Asturia transmontana. El periodo del Principado ya ha pasado y ahora estamos en un nuevo tiempo que podría calificarse como el Dominado. Básicamente expresa un cambio radical en la concepción del poder en Roma.
Por definición, un princeps, es el «principal» entre el resto. El emperador, en sí mismo, es la expresión del poder. Incluso podría elevarse a la categoría de divinidad, algo que de hecho sucede, siendo el culto al emperador un instrumento político e ideológico eficaz.
Un dominus, de ahí el término de dominado, es algo diferente. Es un emperador, pero el poder le viene otorgado por Dios. En este periodo el cristianismo ya es la religión oficial del Imperio. Por otro lado, el sistema esclavista que posibilitó el ascenso de Roma, ahora se transforma en un colonato y una servidumbre, una figura mejor adaptada a las condiciones socioeconómicas del momento. Son conceptos que os sonarán a un periodo más tardío como es el de la Edad Media.
Diversas crisis durante el siglo III d.C. (más o menos intensas según qué parte del Imperio) transformaron su sociedad y su economía. Quizá en una región periférica de una provincia como Hispania, tampoco tuvo una repercusión demasiado fuerte. Aquí el poder lo ejercían desde hacía tiempo aquellos dominus que controlaban las villas y que se había erigido como articuladores del poder en el territorio.
En Paredes hubo una de estas villae y en su necrópolis y alrededores se descubrieron objetos de la vida cotidiana de ese periodo. Allí, por ejemplo, transcurrió la vida de Camulo Vigano y su familia, gente como nosotros con preocupaciones cotidianas y sus penas y alegrías. Alguno o alguna de ellos utilizó estas tijeras en su día a día y alguien pensó que le podrían hacer falta en la otra vida. Hoy podemos verla en una discreta vitrina del Museo Arqueológico de Asturias.
