Actualizado: 13 febrero, 2024

Si los astures tenemos a nuestro Pelayo, como fundador del reino de Asturias frente a la invasión musulmana, los bretones tienen a su Nominoë, (Nevenoe en su idioma), fundador del estado de Bretaña frente al reino de Francia.

Cuando visitamos Dol-de-Bretagne nos encontramos frente a frente con la figura de su héroe nacional, literalmente, porque la estatua que da imagen a este post está en frente de la catedral de San Samson. Así que lógicamente quise saber más sobre quién era.

Pongámonos en antecedentes. En el siglo VI hubo un intento de unificación de los bretones armoricanos de Domnonée, los de Trégor y la costa de Morlaix y los de la región de Dol y la cuenca del Couesnon. Para que os hagais una idea, prácticamente todo el norte de Bretaña desde las puntas del Oeste hasta la frontera con Normandía. El artífice de aquella gesta fue un joven rey llamado Judwal.  Tras aquel intento Bretaña se volvió a dividir de nuevo en pequeños reinos que peleaban entre sí. La autoridad carolingia del país de los francos (aproximadamente la Francia actual) se puso como objetivo conquistar esta parte del país y someterla a su autoridad.

El hijo del emperador Carlomagno, Luis el Piadoso, no contaba con la autoridad y poder que había ostentado su padre, así que pronto vió su reinado envuelto en revueltas locales, gracias al poder que habían acumulado los nobles. En este contexto intenta dos ofensivas contra los bretones, una en 812 y otra en 822 pero fracasa en las dos ocasiones. Por ello, decide intentarlo de otra manera y para ello coloca a la cabeza de los bretones a un noble local, Nominoë.

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En las crónicas francas se recoge la noticia «Morman, rey de los bretones, murió y Numenoi fue creado duque de este pueblo por el emperador en Ingelheim» (Chronicon, Regino de Prüm).

Sabemos poco hasta entonces de este noble bretón. Se supone que nació entre el 790 y el 800, y era el segundo hijo del conde Erispoe I de Poher, rey de Browaroch (775-812). Tenía un hermano mayor, Riwallon III, conde de Poher. Además sabemos que tenía una hermana que era la madre del rey Salomón de Bretaña, como se desprende de un documento de Erispoë (hijo), en el que menciona tanto al padre, Nominoë, como a Salomón, definiéndolo como primo.

Leal al rey franco, gobernó durante quince años gracias a su prestigio y su inflexibilidad evitando las revueltas bretonas, no sólo eso, apoyó a Luis en las guerras civiles de la década del 830. Por aquel entonces la capital de sus dominios estaba en su región natal, Vannes, y se le conoce como Conde de Vannes.

A la muerte de Luis el Piadoso en el 840 sube al trono su hermano, Carlos el Calvo y las cosas se complican. Si bien es fiel al nuevo rey, pronto se ve envuelto entre las tensiones entre nobles por culpa de la política del monarca y la influencia de otros nobles. Por ejemplo se cree que Lambert II le había convencido para que abandonara su lealtad hacia el rey Carlos y pasara al servicio de Pipino II de Aquitania, quien también tenía intereses en contar con Bretaña como aliada. Esto le puso en contra del monarca.

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Carlos por su parte nombra a Reanud d’Herbauges conde de Nantes, frente a las pretensiones de Lambert II de Nantes, quien contaba como os decía con el apoyo del caudillo bretón. Cuando el ejército de Renaud ataca al de Nominoë la suerte ya está echada, y las viejas alianzas se rompen. En noviembre del 843 Carlos intenta de nuevo someter a los bretones desde Rennes, pero fracasa. En el 844 el bretón saquea Maine.

En ese mismo año, la iglesia interviene y los obispos ordenan a Lambert, Nominoë y Pipino que se sometan a Carlos. Sus aliados aceptan, pero el noble de Vannes se niega. Es entonces cuando Nominoë revela sus intenciones, crear una nación fuerte, unificada… y libre.

En el 844 se enfrenta por primera vez con los vikingos según la crónica recogida en los anales Bertianiani. Poco más tarde el rey Carlos envía un ejercito para aplastar a los bretones rebeldes, pero es vencido tras varios enfrentamientos en la batalla de Ballon el 22 de noviembre del 845. Para su deshonra, abandona el campo de batalla a la fuga dejando a su ejercito a la merced del enemigo. Nominoë proclama Bretaña como una nación independiente.

En el año 847, de nuevo se tiene que enfrentar a ataques vikingos y además parece que su autoridad podría estar debilitada tras sus constantes enfrentamientos con el monarca. El rey francés no iba a dejar escapar los puertos del oeste, asi que firmó un frágil acuerdo de paz que se rompería en el 849. Posiblemente reconociera la autoridad de Nominoë en Bretaña ya que aparece por primera vez en las crónicas como Dux (duque). En ese año se erige como sede eclesiástica del país Dol-de-Bretagne con su catedral de San Samson a la cabeza, sustituyendo a los obispos fieles a la sede episcopal de Tours por los suyos propios y convirtiendo su iglesia en un ente independiente, como el país. Además, en el 850 pasa de la defensa al ataque y somete por las armas la ciudad de Angers, y al año siguiente se adueña de Nantes y Rennes, dando forma a un estado que es hoy distinguible dentro de la administración francesa.

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El 7 de marzo del año 851  Nominoë moría en el campo de batalla en Vendôme en pleno asalto a Anjou. Se completaba así la historia del fundador de un estado unificado de Bretaña.

Le sucedió como gobernante su hijo Erispoe, hijo de Argentaela. Fue enterrado en la abadía de Redon, en Bretaña.