Más allá de la villa más conocida del centro de Asturias, la de Veranes, en la parroquia de Cenero, a relativamente poca distancia de la anterior, se encuentra la de Murias de Beloño. Aunque tiene menos entidad en cuanto a los restos conservados, lo cierto es que su importancia no es menor.
Fue descubierta en 1917 por el párroco D. Manuel García Valdés, auténtico entusiasta de la historia y de la arqueología como podéis ver en la abadía de Cenero. Desde entonces hasta 1982 ha sido excavada en al menos cuatro ocasiones1, de las que procede toda la información sobre este asentamiento que no aparece mencionado en las fuentes. Actualmente es un bien incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias mediante Resolución de 23 de diciembre de 2013 (BOPA de 23-01-2014) con el número 17.
Se trata de un complejo que consta de cuatro sectores independientes en los que se detectan varias construcciones exentas que corresponden a diversas funcionalidades; una villa señorial, un complejo termal, una villa rústica y un edificio asociado a trabajos agrícolas2.
La villa señorial
Constituía la residencia principal de los propietarios del asentamiento. Aunque una parte significativa de la construcción fue destruida, los restos excavados permiten identificar una estructura con 12 estancias, dispuestas en dirección noroeste-sureste. Se trata de un modelo arquitectónico único en la península ibérica, vinculado a las «villas de corredor con torres en la fachada», un diseño común en las provincias romanas del norte, como Galia y Britannia. Se ha planteado la hipótesis de que su presencia en Asturias se deba a la influencia de veteranos de aquellas regiones.
Lo que hace aún más especial a este edificio es su disposición en forma de U, con un patio central ante la fachada, delimitado por cuerpos laterales salientes. Durante las excavaciones, se descubrió un enterramiento singular en la estancia número 11. Se trataba de un joven inhumado con un cuenco junto al cráneo, además de fragmentos de vidrio y una vasija globular a sus pies. Este hallazgo sugiere que el enterramiento tuvo lugar después del periodo de ocupación principal de la villa. El cuenco se ha datado entre finales del siglo IV y el siglo V d.C.
Termas
Asociadas a este complejo señorial, las termas de la villa conformaban un edificio rectangular de 13,5 metros de largo y entre 6,5 y 6,85 metros de ancho. Su orientación este-norte y la adaptación al terreno permitieron aprovechar la pendiente natural para la construcción del sistema de calefacción por hipocausto. En su interior se identificaron varias salas típicas de los baños romanos, como el apodyterium (vestuario), el caldarium (baño caliente), la fornax (horno), el frigidarium (baño frío), las letrinae , una piscina y el tepidarium (baño templado).
A diferencia de otros complejos termales que formaban parte de la residencia principal, en Beloño las termas fueron concebidas como un edificio independiente. Esta separación tenía una razón práctica: evitar que un posible incendio en las salas calefactadas se propagara a otras construcciones del asentamiento.
Una villa rústica
Este sector corresponde a una construcción rectangular de 35 metros de largo por 12 metros de ancho3. Se compone de ocho estancias y una galería en la fachada sur. En su extremo oriental se encuentra una estructura cuadrada, identificada como torreón, que mide 8,55 metros por 7,10 metros, con muros de hasta 1,60 metros de grosor. Esta villa se considera un ejemplo del tipo «Villa de galería o de corredor», combinando funciones residenciales y utilitarias.
Hay un edificio que está próximo a las termas y que sin embargo parece estar asociado a tareas agrícolas. Francisco Jordá4 lo identificó como un almacén o un establo. Su función exacta no está clara, pero sin duda estaba relacionado con la economía doméstica y las actividades agrícolas de la villa. La presencia de este tipo de estructuras es habitual en las villas romanas, ya que garantizaban el almacenamiento de productos y la gestión de los recursos necesarios para el sustento del asentamiento.
En conjunto, la villa de Murias de Beloño representa un ejemplo excepcional de asentamiento rural romano en Asturias, con una combinación de funciones residenciales, productivas y termales que reflejan la vida cotidiana en estos complejos durante la Antigüedad. Estas villas ejercieron el poder en la periferia del Imperio a la sombra del poder estatal que en una primera fase era su principal cliente. A través del sistema socioeconómico que se impuso a la población astur se transformó completamente su sociedad y sus medios de subsistencia dando paso a eso que conocemos como romanización.
Bibliografía
- Fernández, C. (1984). La villa romana de Murias de Beloño Cenero. Gijón Romano, Ayuntamiento de Gijón, 25-28. ↩︎
- Vázquez, M. G., & Gomez, M. D. (1996). Murias de Beloño: un yacimiento arqueológico como soporte didáctico para la comprensión de los cambios económicos y culturales acaecidos en época romana en el concejo de Gijón (Asturias). Treballs d’Arqueologia, 83-101. ↩︎
- Piay Augusto, D. y Argüelles Álvarez, P. (eds.). Villae romanas en Asturias. Studia Archaeologica 249. Roma-Bristol: «L’Erma» di Bretschneider, 2021 ↩︎
- Jordá Cerdá, F. (1957). Las murias de Beloño (Cenero, Gijón). Una villa romana en Asturias. ↩︎
