Una de las evidencias del control territorial de la Asturia transmontana por los visigodos son dos monedas, una de Sisebuto y otra de Gundemaro, que fueron emitidas en una ceca llamada PESICOS. Se trata de dos tremises (o trientes) emitidos a comienzos del siglo VII d.C.
La presencia de estas dos monedas de oro vienen a confirmar, según autores como Yanguas y Vera García1, las fuentes que dicen que en ese periodo los visigodos emprendieron campañas contra los roccones (Luggones) en época de Sisebuto. Las implicaciones de este hecho, ya comentamos que tuvieron que ser una evidencia del control precario del territorio del centro-oriente de la región por parte de los monarcas visigodos, mientras que la occidental, que había pertenecido al reino suevo, parece mejor integrada en su esquema administrativo y territorial.
Una moneda heredera del sistema romano
Los tremises fueron monedas que muestran una herencia romana en el mundo post romano. Suevos y visigodos acuñaron monedas, que en el caso de estos últimos significaron la adopción del sistema romano con el que habían interactuado a lo largo de los dos o tres últimos siglos antes de su dominio total de la península ibérica.
A diferencia del tremis romano, que se acuñaba en bronce, el visigodos sólo se hacía en oro y su finalidad no era el comercio sino el pago tributario, por lo que su presencia indica una situación de sumisión del territorio donde se acuña.
Aunque fueron acuñadas en la Galia desde el siglo V d.C. es en Gallaecia donde aparecen casi la mitad de cecas visigodas (se han localizado más de un centenar hasta hoy). Se especula con la posibilidad de que estas cecas del noroeste peninsular fueran unidades móviles que acompañaban al ejército en sus campañas, algo parecido con lo que ocurrió en las primeras campañas de Roma contra el norte astur y cántabro y que fueron el origen de acuñaciones como las monedas de «caetra» emitidas durante la conquista.
Una ceca en Pésicos
En cuanto a la ceca de PESICOS aún o ha sido localizado su lugar de emisión. Yanguas especulaba con que fuera Arganza, situando este castro como la principal población de esta tribu a raíz del descubrimiento de evidencias epigráficas. Otros autores apuntan a que el nombre se corresponde con una civitas, la Paesicorum, que menciona Ptolomeo y que no se trata de un lugar concreto, por ejemplo un castro o un nuevo asentamiento que fuera el principal entre los pésicos.
De nuevo debemos mencionar cómo las civitates que nos llegan del norte astur, realmente hacen referencia a los viejos territorios tribales que se han transformado en unidades administrativas y territoriales en época romana. Son las polis que nos mencionan Ptolomeo y Apiano, y corresponden con las citadas entre otras entidades territoriales por Plinio.
Se da la circunstancia, como mencioné antes, de que estas cecas de Gallaecia tienen muy poca emisión y además se concentra a comienzos del siglo VII, en el que las fuentes nos hablan de expediciones de castigo de los monarcas de Toledo hacia las poblaciones ya conquistadas, aunque parece que no terminadas de someter, por Leovigildo.
En este sentido Alberto González García2 apunta a que esta moneda de Pésicos se emite como muestra de sumisión de estos territorios tras un proceso de revueltas, y que fueran una consecuencia de la imposición del dominio visigodo en los distritos mineros occidentales que, por otra parte, fueron los que dominaron los Suevos y antes que ellos los romanos, prestándoles especial atención.
Por otro lado, la ausencia de estas emisiones en el sector centro-oriental refuerza la idea de que este territorio de los ruccones, aún no estaba bajo el mismo tipo de control que el centro-occidente.
