Hoy os traigo un artículo super interesante sobre la actividad militar romana en la Carisa, verdadero eje del despliegue militar hacia la zona centro del territorio astur transmontano. El objetivo era, casi con toda seguridad, comunicar la costa con la base de operaciones en Legio, al sur de la cordillera. Con esta acción se conseguía partir el territorio transmontano en dos e impedía cualquier apoyo entre las dos grandes tribus del norte, Pésicos y Luggones. Además contra los primeros se había desencadenado una intensa campaña de operaciones a través de los campamentos localizados en los últimos años en el occidente de Asturias, por lo que, básicamente, tanto unos como otros no tenían demasiadas posibilidades frente a una acción organizada.
Los campamentos de los que habla Esperanza Martín en este reciente artículo son dos manifestaciones distintas de esa actividad militar. L.lagüezos es un campamento más estable, de mayores dimensiones y entidad que A Cuaña, que parece más una avanzada o un puesto de control. Situados a seis km. de distancia a lo largo de la Carisa, parece que muestran distintas fases de ese avance, o de la estrategia de sometimiento del centro de la Asturia transmontana.
El contexto geográfico
La Carisa es una vía de montaña que atraviesa la Cordillera Cantábrica y conecta la Meseta con la costa cantábrica. Ya os hablé de ella en varias ocasiones. Esta ruta, recuerda al nombre de Publio Carisio, el legado romano encargado de dirigir las tropas contra los astures entre 26 y 22 a.C., sirvió como corredor para el avance de las tropas romanas hacia el norte. Los campamentos ubicados a lo largo de este eje, Curriellos, Ḷḷagüezosy A Cuaña, tuvieron un papel central en las campañas asegurando el control de los pasos de montaña y el abastecimiento de recursos. La presencia militar romana en La Carisa fue identificada inicialmente en el siglo XIX, pero investigaciones más sistemáticas no comenzaron hasta principios del siglo XXI.
La ubicación de los campamentos y su distribución a lo largo de La Carisa refuerzan la hipótesis de una estrategia militar basada en el control de puntos clave del terreno para facilitar el abastecimiento y la movilidad de tropas. La proximidad entre los campamentos –caminatas de unos 40 minutos entre cada uno– permitía una comunicación rápida y el despliegue coordinado de unidades. Se ha especulado que la estructura de los campamentos obedecía a la división de las formaciones legionarias en unidades más pequeñas, lo que facilitaba las maniobras en el difícil terreno montañoso. Este tipo de despliegue fragmentado es característico de las tácticas romanas en conflictos de montaña, donde la flexibilidad y la movilidad eran esenciales.
Ḷḷagüezos
En situado a 1675 metros de altitud, las excavaciones han revelado un extenso campamento, que se estima abarcaba unas 8 hectáreas. Este campamento muestra indicios de haber sido ocupado en múltiples campañas, lo que sugiere su importancia como base operativa para controlar el acceso a la cordillera.
El análisis mediante LiDAR ha permitido mapear el área y distinguir al menos cuatro recintos superpuestos. Esto indica que el campamento fue utilizado y reforzado en diferentes etapas, lo que responde a la necesidad de una infraestructura defensiva adaptable en un entorno montañoso. Además, los restos de elementos defensivos como una muralla de piedra y un agger (muro de tierra) apuntan a un complejo sistema de fortificaciones.
Aunque la escasez de hallazgos monetarios dificulta precisar una cronología exacta, la presencia de ciertos objetos y su asociación con la vía Carisa permiten situar estos campamentos en la etapa final de la conquista astur entre 26 y 19 a.C. Las ocupaciones sucesivas en Ḷḷagüezos indican una reutilización periódica del campamento, probablemente para asegurar la estabilidad de la región una vez finalizadas las guerras. Además, el hallazgo de elementos arquitectónicos estables, como barracones de piedra, sugiere que la estancia de las tropas pudo haber sido prolongada y no exclusivamente estacional.
A Cuaña
A diferencia de Ḷḷagüezos, el campamento de A Cuaña es considerablemente más pequeño y ocupa menos de 0,6 hectáreas. Este campamento se ubica en una posición más baja y no cuenta con una conexión visual directa con otros asentamientos en La Carisa. Su tamaño y diseño sugieren que se trataba de un puesto de control para supervisar el tráfico en la vía principal. Las excavaciones han sacado a la luz restos de defensas rudimentarias, como un terraplén sin foso, que ofrecían una protección limitada.
El material recuperado en A Cuaña es menos abundante que en Ḷḷagüezos y su cronología es incierta. Sin embargo, las similitudes en el tipo de artefactos encontrados permiten inferir que ambos campamentos operaban de manera coordinada durante las campañas de la guerra y en los años posteriores.
Material militar, equipamiento y herramientas.
Las excavaciones en Ḷḷagüezos han permitido recuperar una variedad significativa de artefactos militares, que incluyen pilum (lanzas romanas), puntas de lanza, proyectiles y elementos defensivos como umbos de escudos. La presencia de proyectiles de artillería y diversos tipos de flechas también sugiere que los romanos enfrentaban una resistencia activa, que requería del uso de equipos de combate pesados y especializados.
Además de las armas, se han encontrado herramientas de uso común, como azadas, hachas y pequeños yunques portátiles, que habrían sido utilizados para realizar reparaciones de emergencia en el equipo. Estos hallazgos confirman la necesidad de un campamento autosuficiente que pudiera sostener operaciones prolongadas en un terreno hostil y aislado.
Entre los hallazgos más destacados en los campamentos de Ḷḷagüezos y A Cuaña, encontramos una variada colección de objetos militares y de uso cotidiano que reflejan la vida y la logística de las tropas romanas en un entorno de campaña prolongada. A continuación, se enumeran algunos de los objetos más significativos:
Armas: Se han hallado varias puntas de lanza y pilum (lanzas romanas), así como puntas de flechas y proyectiles de artillería. Estos incluyen puntas de flecha de tipo sirio, lo cual sugiere un arsenal diverso y bien equipado. También se encontraron lanzas con cabeza lanceolada y puntas reforzadas, que se empleaban para romper armaduras y penetrar escudos enemigos.
Escudos: Fragmentos de umbos (puntas metálicas centrales de escudos) de tipo republicano oval han sido recuperados. Este tipo de umbo reforzaba los escudos de madera y permitía a los soldados usar el escudo como una defensa activa en combate.
Pugio: Un pugio o daga romana fue hallado en el campamento de Ḷḷagüezos. Este objeto es significativo por su conservación, que incluye la hoja y la funda, así como restos del mango decorado. Los pugio eran dagas cortas y anchas que los soldados llevaban como arma de respaldo.
Herramientas utilitarias: Se encontraron varios instrumentos prácticos, como azadas, hachas, una dolabra (herramienta multifuncional usada en la construcción y el combate) y un pequeño yunque portátil. Este yunque, de dimensiones reducidas, era utilizado para realizar reparaciones menores en el equipo. La presencia de estas herramientas indica que el campamento estaba preparado para mantener y reparar su equipamiento en el sitio, sin depender de suministros externos.
Clavos y estacas de tiendas: Se recuperaron gran cantidad de clavos y estacas, algunos aún en su posición original, que fueron utilizados para montar tiendas de campaña. Las estacas y clavos de diferentes tamaños sugieren que los romanos usaban diversos tipos de tiendas y estructuras temporales adaptadas al terreno.
Objetos personales y adornos: Entre los objetos más pequeños, se hallaron llaves de diferentes tamaños, hebillas, un pendiente tipo bulla (posiblemente un amuleto protector) y una fíbula en forma de anillo. Estos elementos dan cuenta de la vida cotidiana de los soldados y sus objetos personales, que les permitían llevar consigo amuletos y elementos decorativos, además de cerraduras y mecanismos de seguridad.
Proyectiles de artillería y dardos: Se encontraron piezas de catapultas y proyectiles en forma de pirámide truncada, indicativos de un despliegue de artillería ligera en los campamentos. Estos proyectiles, junto con las flechas y puntas de lanza, reflejan la diversidad de armas utilizadas en el conflicto.
Instrumento de ignición: En A Cuaña se halló un igniarium, una especie de encendedor de hierro con asas que los soldados habrían utilizado para encender fuego de forma controlada, esencial en un campamento militar para cocinar y calentar.
El hallazgo de un pugio
El pugio encontrado en el campamento de Ḷḷagüezos es, sin duda, uno de los hallazgos más fascinantes y mejor conservados de este yacimiento. Esta daga era común en el armamento romano, no solo como arma secundaria, sino también como símbolo de estatus y parte de la identidad del soldado. No eran solo armas de combate cuerpo a cuerpo, sino que también simbolizaban el estatus del soldado y su lealtad a Roma. Originalmente usados por legionarios de alto rango y oficiales, con el tiempo fueron adoptados por otros soldados. Su diseño único los hacía fácilmente reconocibles, y en ocasiones se usaban en ceremonias o como ofrendas.
Fue encontrado en condiciones excepcionales, en una jornada en que el equipo de investigación contó con la ayuda del Grupo de Investigación de Laviana, con su hoja, funda (o vaina) y parte del mango aún preservados, lo cual es poco común, ya que el hierro suele deteriorarse rápidamente al estar enterrado. Aunque presenta corrosión y algunas fracturas en el mango, aún se pueden distinguir muchas de sus características principales. La hoja tiene una forma pistiliforme, típica de las dagas romanas de hoja corta y ancha.
La hoja, de hierro, presenta una punta y bordes diseñados para perforar y cortar con efectividad. Tiene una ligera curvatura, algo característico de los pugios de finales de la República y principios del Imperio. El mango, aunque dañado, conserva restos de un recubrimiento de cuero rojo, lo que sugiere que originalmente estaba decorado. Este tipo de ornamento era común en las armas de oficiales o de alto rango. También se hallaron remaches de plata en el mango, lo cual indica que probablemente pertenecía a un soldado de cierto estatus. Muestra similitudes con otros encontrados en campamentos romanos de Europa, aunque destaca por la calidad de sus materiales y el nivel de detalle en su construcción. Comparado con pugios de yacimientos en la región del Alto Ebro o en Vindolanda (Inglaterra), presenta paralelismos tanto en el diseño de la hoja como en el sistema de suspensión de la funda, lo que refuerza su vínculo con las técnicas y estilos del equipo militar romano de la época.
Y tenía una funda. La vaina estaba hecha de hierro con un revestimiento de madera en su interior, protegiendo la hoja. Su sistema de suspensión incluye tres remaches de plata que sujetaban un anillo de hierro, permitiendo al soldado colgar el pugio en su cinturón o armadura. Este diseño garantizaba un acceso rápido y seguro al arma.
El hallazgo de un pugio tan elaborado en un campamento de alta montaña como Ḷḷagüezos resalta la relevancia de este sitio como una base estratégica durante las campañas. Su presencia en un contexto de guerra activa, como las Guerras Cántabras, sugiere que las tropas romanas estaban bien preparadas para enfrentamientos de corta distancia y listas para defenderse en el terreno montañoso.
