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Hace unos meses publiqué un artículo en el que os contaba las dificultades que había tenido la asociación de vecinos El Curbiru, de Bañugues, Asturias, para conocer el paradero de los restos arqueológicos de varias campañas de excavación en el yacimiento de Treslailesia. Para no repetirme, os dejo un enlace al artículo que publiqué en su momento, pero en resumen os diré que desde 2015 a 2021 esta asociación intentó en varias ocasiones que tanto el Museo Arqueológico como la Consejería de Cultura le dijeran qué había pasado con el material del yacimiento.

La última noticia que tuvieron, a mediados del año pasado, fue que Museo Arqueológico de Asturias confirmaba que no constaba la entrega de esos materiales a la institución, que en definitiva es el último depositario de esos bienes.

Mi artículo sirvió para que se oyera a la asociación y sin desearlo por mi parte, se generó un revuelo que tiene más que ver con la supuesta guerra entre detectoristas y determinado sector de la arqueología asturiana, que con lo que reclamaba en él, que no era otra cosa que saber dónde estaban los restos que no aparecían.

Hace poco, hablando de este tema, alguien me decía que lo  más sencillo era preguntar al Museo. A ver, eso ya se hizo, y la respuesta a mediados de 2021 fue que no los habían entregado. También alguien me dijo, que hacía mucho de eso, que había que preguntar otra vez, pero es que los materiales se extrajeron en 2014 y en 2021 el museo seguía diciendo que no. El tiempo transcurrido es enorme para los plazos que se manejan en este tipo de cosas. Os hago spoiler, se ha vuelto a hacer y ahora el Museo confirma la entrega.

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Por el medio, tuve la confirmación de que parte de los restos óseos estuvieron hasta hace un par de meses en el laboratorio de antropología de la Universidad de Oviedo, de donde los recogió una persona de la Consejería hace semanas. Creo que era tan sencillo como preguntar, y además estaban bien custodiados, e incluso cumpliendo una función divulgadora. Ahora la Consejería los ha llevado al museo siguiendo su propio criterio. Tampoco me parece mal.

Bien, hoy me llega la confirmación de que el Museo Arqueológico dice que se han entregado los materiales, por fin sabemos algo. Esta vez no ha sido a requerimiento de la Asociación El Curbiru, sino del grupo Unidas Podemos, que ha presentado una petición a la Consejería (según dicen, en dos ocasiones porque en la primera no les han hecho caso), para saber dónde están los materiales.

El Museo Arqueológico, detalla que el 17 de junio de 2022 el arqueólogo procede a la entrega de 17 cajas conteniendo materiales arqueólogicos (restos óseos procedentes de las tumbas excavadas) recuperados en las campañas de excavación de los años 2014 y 2015 en la necrópolis de Traslaiglesia. Dice también que se ha comprobado la correspondencia entre materiales e inventario extendiéndose el acta de entrega.

No tengo por qué desconfiar de lo que dice el museo en un registro oficial, así que por mí queda zanjado este asunto. Materiales entregados y tema resuelto.

Desde que publiqué el artículo me han llovido tanto críticas como alabanzas, y la verdad es que creo que son inmerecidas las dos. Las primeras porque parece ser que el alcance de lo que escribí incomodó a muchas personas, tanto de la administración pública como del mundo arqueológico. Realmente sobre lo que escribí, con la documentación de los distintos expedientes en la mano y cotejando las fechas, fue sobre la mala praxis existente hasta no hace tanto, (como se ha confirmado), de no entregar los materiales cuando marca la ley de Patrimonio. En ningún momento creo haber hecho un ataque personal contra nadie.

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Respecto a las segundas, me han dicho que gracias a mi se ha puesto de manifiesto que existe esta mala praxis, lo que también es falso. Medios de comunicación del nivel de La Nueva España, o El Comercio, lo denunciaron antes que yo, e incluso viene recogida la necesidad de corregir este aspecto en el Plan Director de Castros de Asturias, es decir, que el tema ya está sobre la mesa desde hace décadas, yo no he descubierto nada nuevo. Por otro lado, quien estuvo al pie del cañón enviando requerimientos a la administración ha sido la Asociación El Curbiru, que por otra parte lo hace porque la ley da esa oportunidad a los ciudadanos, y ellos han ejercido legítimamente ese derecho. Yo los he ayudado a que se les oiga.

En definitiva. Me alegro de que el arqueólogo de Treslailesia haya entregado los materiales, y de que el Museo lo reconozca por escrito y cierre de una vez esta polémica. Espero que otros casos similares se resuelvan cuanto antes, y que pronto podamos dejar atrás esta etapa y afrontar un futuro en la investigación de nuestra Edad del Hierro y época romana con garantías y buenas prácticas.

Habréis notado que hice una leve referencia a la polémica entre detectoristas y un sector de la arqueología asturiana, en el que mi artículo se coló. En realidad ya lo comenté en redes sociales en su momento y lo vuelvo a decir aquí. Mi artículo no tiene nada que ver en esa guerra, de hecho si se menciona es porque Virgilio, de Detección Metálica, nombró mi página porque había leído sobre Treslailesia y habló de este asunto con el Curbiru, pero también menciona otros casos similares. De hecho, si me tengo que posicionar entre arqueología y detectorismo, creo que todos tenéis claro que mi sitio está en la primera. Ahora bien, creo que esto no se soluciona con un enfrentamiento, sino con el diálogo y la formación e información adecuada. Sinceramente espero no tener que escribir más artículos como éste. No me gusta la polémica.

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