
Este invierno me desplacé hasta este lugar con uno de los lectores más habituales de Astures, que me enseñó este magnífico sitio. Se trata de un cerro amesetado a orillas del río Aboño que tuvo cierta importancia como punto de comunicación en época medieval y probablemente antigua. Os hablo del castro de San Andrés de los Tacones.
Historiográficamente hablando ha tenido una vida breve ya que el castro fue descubierto en los años 90 con motivo de la elaboración de la carta arqueológica del concejo de Gijón. En 2013 recibió la calificación definitiva que tiene actualmente que es zona de riesgo arqueológico.

Se trata de un asentamiento que probablemente ha sido muy antropizado a lo largo de los últimos años. Conocido como el Cuetu o la Corona, no mantiene claras las estructuras defensivas, sin embargo es evidente que la ladera tiene un aterrazamiento hecho por el hombre1.
Las evidencias de fortificación son inexistentes. No hay derrumbes (aunque sí acumulación de piedras en la parte superior) no hay estructuras, ni fosos. Sin embargo su posición destacada en el entorno, su disponibilidad de agua, terrenos de cultivo, etc… hacen sospechar su habitabilidad en tiempos antiguos.

La tradición recoge la existencia de una fortificación (torre) en este lugar, y se informó del hallazgo de una moneda romana en el recinto. Ni la torre ni la moneda se conservan.
En la visita que hicimos al yacimiento vimos que actualmente está tomado por la maleza. El lugar aparece muy antropizado durante el siglo XX, aunque suelen quedar restos de fosos, etc… en estos lugares. Sin embargo parece que hubo tareas extractivas de piedra en la zona (quizá para construir la autopista) y por eso no es extraño que no haya restos visibles de construcciones.

La importancia de este asentamiento radica en su posición en las proximidades de la lengua de agua de mar que se adentraba por el valle de Aboño y que lo comunicaba con la costa. Está incluido en el inventario arqueológico de Asturias desde 2013
Se habla de San Andrés de los tacones y hay muchísima gente que no sabe de donde viene » de los tacones»
Hace muchos años el río Aboño llegaba hasta San Andrés y era navegable. En SanAndrés había una especie de muelle que consistía en grandes estacas clavadas en el fango y llamaban estacones. Con el tiempo, San Andrés lo llamaron San Andrés de los «estacones» y con los años fue degenerando en «tacones» y de ahí San Andrés de los tacones.
Puede sonar a broma; pero ésta es la historia del por qué de «los tacones»
Algo de ello hablamos en el artículo. Gracias por escribir