Museos arqueológicos de Gijón / Xixón, acaba de publicar el descubrimiento más reciente efectuado en el castro astur transmontano. Se trata de la intervención en el espacio entre el anterior foso y la muralla que ha dado como resultado la documentación de un foso de tres metros de ancho y 2,5 de profundidad.
El neuvo foso completa la información que se tenía sobre el sistema defensivo del castro, compuesto por una potente muralla de módulos y un foso que se mantiene a la vista. Es probable que un castro de estas características tenga una capacidad defensiva mucho más compleja de lo que muestran hasta ahora las evidencias.
Las defensas de los castros astures constituyen uno de los rasgos más distintivos de la arquitectura militar de este periodo. Su diseño combina soluciones adaptadas al terreno con técnicas constructivas que buscan maximizar la capacidad defensiva de comunidades relativamente pequeñas.
La Campa Torres presenta un poderoso sistema defensivo articulado en torno a una muralla de módulos y un foso excavado en la roca. La muralla de módulos, característica de varios asentamientos asturianos, se compone de compartimentos rectangulares yuxtapuestos, rellenos de piedra y tierra, que actúan como refuerzos internos. Este sistema otorga a la fortificación una notable solidez y facilita la absorción de empujes laterales, además de permitir una construcción relativamente rápida utilizando materiales locales.
Por delante de la muralla se extiende un amplio foso que refuerza la línea defensiva. Excavado en el sustrato rocoso, crea un frente abrupto que dificulta el avance enemigo y obliga a cualquier atacante a exponerse al fuego defensivo desde las coronaciones de la muralla. La combinación de ambos elementos —módulos murarios y foso— constituye una arquitectura defensiva muy eficaz, plenamente integrada en la topografía del emplazamiento.



