Cabo Vidio y el castro pésico que nadie vio… hasta hace poco

Imaginaos un castro a la vista de todo el mundo del que nadie sabía nada. Algo así pasó hace no tanto tiempo en Asturias con uno de los puntos más conocidos de nuestra costa, el Cabo Vidio. Lo descubrió Eduardo Pérez, de Arqueoastur, haciendo una prospección LiDAR en 2020 y todos nos quedamos un poco con cara de asombro pensando en cómo algo así pudo pasar inadvertido durante todos estos años.

El concejo de Cudillero tiene varios castros más, como el de San Juan, el de Cudillero, Curión de Aroncés, La Cavona o la Garita de Santa Marina, este también en la parroquia de Oviñana. Las razones del desconocimiento de este castro las apuntaba Edu en su página. Una carretera pequeña que lleva al cabo, con un paisaje impresionante y unas vistas increíbles. No te fijas en las defensas a no ser que vayas buscando eso específicamente. El entorno de Cabo Vidio es de los más visitados de Asturias. Yo estuve antes de que se descubriera este castro y aquel día había una veintena de personas por allí de paseo. Era un día cualquiera de sol en primavera. Antes del boom del LiDAR los asentamientos se buscaban por toponimia, principalmente, y aquí se había perdido. Tan sólo se conserva un «castrellón» en una de las calas cercanas al cabo, pero en la costa asturiana «castro» es también una roca en la mar.

Apenas queda nada del asentamiento, sólo el trazado de las defensas que, aunque con el modelo digital se ven perfectamente, a simple vista quedan difuminadas en todo este paisaje. Se trata de un promontorio alargado y estrecho que se adentra 500 metros en el Cantábrico. El sistema defensivo consta de un sistema que corta el cabo transversalmente con tres fosos y parapeto entre ellos. De ellos sólo dos aparecen todavía visibles en el paisaje y el otro ha sido completamente colmatado.

Al igual que Cabo Blanco, o la Campa Torres, estos cabos destacan por tener un control visual enorme de la costa y por tanto, de la ruta costera naval que transita, cabotando, por el Cantábrico. No es extraño que muchos de estos lugares se utilizaran en época reciente para establecer atalayas de vigilancia costera. Pero no debemos olvidar que también ejercieron un control territorial inmediato sobre su entorno, y que los campos de cultivo cercanos a ellos, que vemos en la actualidad, seguramente tuvieron ya uso en aquel periodo para alimentar a la población que se refugiaba detrás de estas defensas.

Este castro pésico está notificado para su inclusión en el IPCA desde 2020 y pendiente de estudio.