Lo que te propongo aquí es un viaje por una cultura que nació hace más de 2500 años en el noroeste de la península ibérica. Te cuento lo último en investigación arqueológica, histórica, descubrimientos y estudios científicos, etc… de una manera amena y didáctica. En un lenguaje que todo el mundo puede entender. La historia no tiene por qué ser aburrida o complicada.
Después de varios años escribiendo sobre los astures como pueblo de la Edad del Hierro, e incluso en época alto medieval, me he tomado tiempo para reflexionar sobre qué es lo astur. La conclusión a la que llego es que, como concepto, es exponencialmente más interesante como objeto de estudio, pero a la vez es más complejo y en ocasiones frustrante. Es una denominación de origen territorial, pero a la vez un concepto que se transforma en algo étnico sin dejar de ser territorial en la tardo antigüedad para volver a convertirse de nuevo en denominador de un pueblo en la alta Edad Media y persistir desde entonces hasta la actualidad como un elemento adjetivo o identitario. Nada sencillo como se puede apreciar.
La metodología que empleo a la hora de afrontar su estudio es una revisión del concepto en distintas fases de la historia, esencialmente en el periodo prerromano, luego romano, tardoantiguo y medieval. Hay consenso en afirmar que es en este periodo, cuando la expansión del reino de los astures sobrepasa el territorio tradicional de la Asturia transmontana cuando se originan nuevos espacios que permiten la creación de un plural para el nombre territorial pasando de ser una Asturia singular a unas Asturias plurales. Es en este momento en el que comenzamos a hablar de asturianos, como habitantes de esas Asturias. Pero me pregunto qué papel juega lo astur tras ese proceso. ¿Sigue existiendo? Ya lo adelanté en el párrafo anterior: sí.
Se perpetúa hasta la actualidad como adjetivo descriptivo de lo relacionado con lo asturiano, después de haber perdido su carácter étnico y se adhiere, invariablemente, a lo más esencial de nuestra cultura. Es astur lo asturiano lo mismo que lo asturiano es astur aunque son cosas distintas. Ya os dije que era complejo.
En ese proceso es inevitable definir lo astur analizando lo que lo rodea. ¿Es un concepto periférico por naturaleza? La periferia es, la mayoría de veces, un concepto impuesto por aquellos que establecen un poder territorial desde la centralidad. Lo astur fue periférico para Roma, y para el reino visigodo de Toledo. Pero la periferia no tiene sentido en un territorio atlántico occidental, donde todos somos periféricos. No hay nada más externo al mundo central europeo que Irlanda, Bretaña o Portugal. Es la tierra de los finisterres, donde lo exterior es la norma, porque en el centro, simplemente, sólo hay agua. El territorio astur, desde una perspectiva interna fue territorio central, junto a Cantabria entre el Cantábrico oriental y el atlántico en el eje este-oeste. También a una escala mayor fue central entre el mundo mediterráneo y el atlántico. Lo que es evidente es que el territorio define lo astur y eso es una constante a lo largo de la historia.
Es en este contexto en el que lo astur adquiere su relevancia propia, sin dejar que el concepto centralista estatal o mediterráneo degrade su estatus, pero sin olvidar que esa posición, secularmente entre dos mundos, es la que le da su naturaleza propia. El ejemplo más significativo es el origen de los centros de poder que se desarrollan a lo largo de toda la historia del territorio. En época prerromana lo que luego sería la Asturia transmontana se encuentra entre los ámbitos culturales meseteños y atlánticos. De ahí surgen las primeras tribus que posteriormente serían integradas en lo astur por Roma. Es precisamente en la idea de frontera en la que surge la identidad astur y hay una constante a lo largo de la historia; cuanto más intenso es el poder central más débil es ese sentimiento de identidad. En el bajo Imperio, con la debilidad estatal, se configuran unas élites territoriales hispano-romanas, o astur-romanas que controlan el territorio y se fortifican, se arman porque no hay nadie más que vaya a defender el territorio. Esas élites perviven más allá del Imperio y anteponen sus intereses al de poderes foráneos como el de los visigodos. De hecho recuperan o revitalizan viejos etnónimos como el de ruccones, que recuerda a las viejas etnias prerromanas. Son estos potentados territoriales los que se enfrentan a la presencia musulmana en la Asturia transmontana y crean el reino de los astures. No se puede decir que lo astur haya desaparecido en ese periodo.
Por tanto, es necesario afrontar el estudio de lo astur desde diferentes perspectivas:
Territorial: es una perspectiva dinámica ya que en distintos periodos de la historia lo astur se circunscribe a extensiones territoriales distintas. Desde época romana hasta el final de la tardoantigüedad el territorio se estructura al norte y sur de la cordillera, aunque en los siglos previos a la invasión musulmana el norte ya se ha convertido en algo diferente. En época del reino de los astures se expande a todo el noroeste y norte peninsular hasta que las necesidades militares impulsan el traslado de la corte a León y lo astur se repliega sobre sí mismo al norte de la cordillera, hasta la actualidad. No olvidaremos las relaciones culturales con las regiones limítrofes tanto por tierra firme como por aquellas que lo son a través del Cantábrico.
Temporal: La historia necesita periodos y podemos decir que lo astur surge en la Edad del Hierro, es decir, en el Cantábrico en los últimos cinco siglos antes del cambio de era y de alguna manera pervive hasta la actualidad. Conceptualmente se configura en época romana donde adquiere ese carácter étnico que podemos rastrear a lo largo de la historia. Por tanto podemos definir periodos como la Edad del Hierro, el periodo romano, tardoantigüedad, Edad Media, Moderna y contemporánea.
Cultural: Lengua, cultura material, religión, etnografía, folklore… son aspectos transversales a lo astur como un todo. Desde el periodo prerromano hasta la actualidad. Se definen habitualmente como pervivencias y abre una nueva perspectiva sobre la antigüedad de estos fenómenos y su comprensión, que siempre va a estar sujeta a su contextualización temporal y territorial.