Esta pequeña pieza de roca caliza fue encontrada en el interior de una cabaña del desaparecido castro de Llagú / Cellagú. Su decoración representa el típico sogueado tan común en el arte castreño del noroeste peninsular. Sin embargo no es, para nada, exclusivo de esta zona de la península ibérica ya que aparece con mucha frecuencia en contextos como Tartesos en el siglo VI a.C.
En el ámbito atlántico también es muy frecuente, tanto que aparece representado en estelas pétreas pero sobre todo en sítulas (calderos) de bronce y otros objetos similares. También aparece en el mundo celtibérico de la meseta representado en la metalurgia.
Estamos, por tanto, ante una representación común a los pueblos prerromanos de Iberia y que seguramente tiene su origen en la plástica de la Edad del Bronce. Una de tantas herencias de este momento cultural a las sociedades de la Edad del Hierro en la que encontramos a astures, galaicos, celtíberos o vacceos.
Está en la exposición permanente del Museo Arqueológico de Asturias.
