llena
llena

Son muy pocos los indicios que tenemos sobre la religión que practicaban los astures. A veces son sólo una frase en un texto antiguo, o un símbolo en una inscripción. Por tanto, para averiguar algo sobre el mundo simbólico astur es necesario escudriñar hasta la más pequeña huella, y saber que nunca vamos a tener certezas. Una de esas evidencias es un culto relacionado con la luna entre los pueblos prerromanos del norte de la península.

Al menos parece que la luna tuvo un papel crucial en las costumbres religiosas de los astures y otros de sus pueblos vecinos. Vamos a ver qué podemos entresacar de las fuentes y si podemos concretar el alcance de esa importancia en su religión.

Las fuentes

Lo que sabemos de este asunto proviene de fuentes escritas (también de las epigráficas). La primera parada que tenemos que hacer es en el texto de Estrabon que habla de las costumbres de los pueblos del norte, los «montañeses».

«… los celtíberos y los otros pueblos, que lindan con ellos por el Norte, tienen cierta divinidad innominada, a la que, en las noches de luna llena, las familias rinden culto danzando hasta el amanecer ante las puertas de sus casas..» (Str. Geo. 3,3,7-8)

Quedaros con esto: «noches de plenilunio», “danzas” y «un dios sin nombre». Tal parece que nos están contando un ritual 1. Volveremos sobre ello más adelante.

Otra fuente, esta del siglo II d.C. es Ptolomeo, quien afirma que los galaicos adoran a una montaña consagrada a Selene, (Ptol. Geo. 2, 5.3). Más tardío que las fuentes escritas es el testimonio que nos dejan las estelas funerarias.

La epigrafía2 nos deja muestras de la importancia de la luna en la religión de estos pueblos. En las estelas funerarias aparece representada en varias ocasiones una luna creciente, como en la desaparecida de Heres que os pongo abajo 3, cuyo carácter relacionado con ritos de paso al más allá está perfectamente documentado en casi todas las religiones europeas.

¿Existió un culto lunar entre los astures?
Estela desaparecida en San Jorge de Heres, Gozón. ERA

Se ha descrito bien el empleo de símbolos lunares en la epigrafía45 de todo el norte de Hispania. En muchas de las estelas dedicadas a los Dioses Manes, (encabezamiento habitual en las estelas funerarias), se acompañan con símbolos en la que la luna aparece representada de diversas formas. Por ejemplo medias lunas, o creciente, con los cuernos hacia arriba. En las estelas cántabras es súper interesante el trabajo de Peralta Labrador sobre las estelas de Barros6

Se ha considerado que representan una pervivencia del antiguo culto a ese dios o diosa de la muerte a la que se refiere Estrabon. Yo me pregunto si no estamos ante un caso de sincretismo, más allá de la representación de un símbolo residual del viejo culto indígena. Una representación en las estelas de dos mundos simultáneamente, uno indígena (sin lengua escrita y que probablemente no sabía leer la lengua del imperio) y uno romano, que tienen dos destinatarios distintos, para entendernos.

Te puede interesar   Rituales y fauna de la Edad del Hierro en la sima de la Cerrosa-Lagaña, Asturias

La luna y los ciclos de vida y muerte

Decía Blázquez7 que la luna en las estelas representa la morada de los muertos. Es el lugar al que van las “almas” (si es que podemos usar este concepto tan libremente aquí) tras la muerte.

Mircea Elíade había formulado esta idea mucho antes. Para el historiador de las religiones, la luna representaba la muerte porque realmente moría ante los ojos de la Humanidad durante tres días y volvía a resurgir para alcanzar la plenitud en la luna llena.

Imaginad las implicaciones que puede tener algo así para estas sociedades:
-Ideas de vida después de la muerte
Ciclos temporales (calendarios, agrícola, etc)
-Efectos sobre la vegetación, mareas, etc… claramente perceptibles para sociedades que viven en pleno contacto con la naturaleza…

¿Existió un culto lunar entre los astures?
Calendario Coligny reconstruido. Foto CC|Reconstrucción de la estatua de bronce. Museo de Lyon|||Reconstrucción de Seymoyr de Ricci en 1926|Estructura del mes de Samonios entero. http://chrsouchon.free.fr/colignye.htm

En sociedades como la de los celtas, los días comienzan de noche, con la oscuridad, lo mismo que las estaciones, y probablemente los meses, con la luna nueva. La Luna representa mejor que el sol el ciclo de la vida. La luna nace, crece, alcanza su plenitud, y luego decrece hasta desaparecer para volver a empezar de nuevo. Por tanto, no es ilógico pensar que represente ese lugar del más allá, al que se va tras la muerte (para volver).

Esta idea debía estar presente en muchos aspectos de la vida cotidiana de estos pueblos. Por ejemplo en los ciclos de los árboles sagrados como el roble, que ya os comenté como en la variedad más extendida entre los pueblos del norte (quercus robur) las hojas se caen acompañando al ciclo del año.

Hoy en día creemos haber escapado a los ciclos de la naturaleza ya que nos parece que no dependemos de ellos para nuestra subsistencia, pero siguen estando ahí, marcando las estaciones y los días, sin que los tengamos en cuenta. En una sociedad de hace 2500 años esto era impensable desde luego.

Dioses (y diosas) relacionados con la luna

El texto de Estrabon nos habla de un dios innominado que algunos autores, como Blázquez, interpretan que se trata de un nombre tabú que no se puede pronunciar.

La luna, asociada con la muerte está relacionada con los dioses del inframundo. César, en de Bello Gallico, nos cuenta cómo los galos dicen que todos descienden de un Dis Pater, un dios padre, del inframundo. A este gran Padre se le ha asociado con figuras que han llegado a nosotros en la mitología irlandesa, como Dagda, pero también está relacionado con otros dioses similares en el mundo griego y latino.
Algo similar es lo que han supuesto para el territorio de los astures, cántabros y galaicos para autores como Francisco Marco Simón.

Te puede interesar   La llegada del cristianismo al territorio astur

Sin embargo, diosas indígenas como Nabia entre lusitanos y galaicos, o Ataecina entre los celtíberos, tienen a la luna como elemento representativo. ¿Por qué no una diosa para esas noches de plenilunio?. En un contexto de fertilidad quizá tenga mucho más sentido. La propia Epona entre los celtas es representada con la luna además del consabido caballo (animal psicopompo donde lo haya) si nos vamos a los referentes celtas de este culto.

¿Existió un culto lunar entre los astures?
Algunos de los tocados dibujados por Christoph Weiditz en el norte de España en el siglo XVI



¿Por qué un dios? Seamos prudentes y aceptemos la veracidad del informante de Estrabon, que le habla de un culto a un dios (masculino). Existe una “regla” relativa a los géneros de los astros, que cambian dependiendo del tipo de sociedades que estemos estudiando. Las agrícolas tienen al sol por su dios principal, y a la luna como un dios secundario. Las cazadoras suelen hacer lo contrario, su dios principal es la luna, y es de género masculino, siendo el sol femenino (por ejemplo entre los germanos).

En este artículo que os recomiendo en la bibliografía de José Manuel Gómez-Tabanera8, sobre el tocado corniforme de las mujeres asturianas del siglo XVI, se trata este asunto. La Iglesia los consideró tocados fálicos y los prohibió.

Yo me pregunto, más allá del debate de género, si estamos ante una prueba del tipo de sociedad de los pueblos prerromanos. Ya os dije que había que escudriñar cada pequeño indicio.

Una danza ritual

El elemento que recoge Estrabon en su descripción es que se celebran danzas en el plenilunio. En un contexto guerrero, parece que un culto a Dis Pater gana la partida. En ese sentido se expresan Apiano y Valerio Máximo, cuando hablan de danzas previas al combate. Pero estas danzas del plenilunio tienen otro sabor distinto, en mi opinión.

¿Existió un culto lunar entre los astures?
Foto LNE. San Xuan Oviedo

Quizá debamos relacionarlas con esas otras, como la danza prima9, que sigue viva hoy en día, donde la mujer tiene especial protagonismo, y el carácter social, y simbólico alcanzan su máximo esplendor. Casi podemos considerarlas un ritual no cristiano que ha pervivido hasta hoy en forma de cánticos populares en torno al fuego en un día tan señalado como la noche de San Juan. Por cierto, antiguo momento de paso del calendario de la época oscura a la época luminosa del año.

No me quiero extender en los detalles de las danzas rituales en todas las culturas, pero os dejo en la bibliografía algunas referencias que podéis consultar.

Pervivencias

En este apartado deberíamos incluir varias fuentes pero de época muy tardía (siglo V en adelante) donde se menciona de pasada la observancia de fenómenos astrales entre el pueblo llano, que son criticados por los autores cristianos. Así por ejemplo en el II Concilio de Braga (572): Canon LXXII:

«El conservar las tradiciones de los gentiles, ni festejarlas, ni tampoco tomar en cuenta los elementos, el el curso de la luna, o de las estrella, o la vana falacia de los astros, para la reconstrucción de su casa, o para la siembra o plantación de árboles, o para la celebración del matrimonio».

El viejo ritual lunar que cuenta Estrabon parece haber pervivido milagrosamente en el noroeste hasta casi nuestros días. Así lo confirmaba Nicolás Tenorio ( al que cita posteriormente J. Caro Baroja) en su obra La Aldea Gallega, del que os dejo este conocido párrafo para terminar.

“Existe entre los aldeanos (del partido judicial de Viana do Bolo) una curiosísima costumbre cuyo abolengo tengo por bastante primitivo: tanto en verano como en invierno, pero más principalmente durante las noches de luna clara en la primera de las estaciones, y especialmente en los plenilunios, hombres y mujeres de las aldeas salen de las casas a la calle a disfrutar de la claridad del astro de la noche. Las familias se agrupan y hacen fiestas en honor de la luna, en las que danzan hombres y mujeres y cantan al son del pandero y de las conchas. Los cantares se dirigen a la luna, mezclándose en ellos episodios o quejas de amores, así como el baile de la clásica muñeira del país. Cada cantar termina con arrullos o aturuxos de los mozos, que gritan el jú-jú-jú, mirando hacia la luna cuando acaba la canción, y el baile dura, y dura la fiesta hasta que se acerca la luz del día” 10

Te puede interesar   Sacrificios humanos entre los astures... quizá no tanto

Notas al pie y bibliografía

  1. Sádaba, J. L. R. (2000). Lo sagrado en el proceso de municipalización del Occidente latino: Fuentes. Iberia. Revista de la Antigüedad3, 11-24.
  2. Santos Yanguas, N. (2013). Muerte y ultratumba en las inscripciones romanas de Asturias. Tiempo y sociedad.
  3. Santos, F. D., Viesca, M. M., & Somoano, C. D. (1967). Epigrafía romana de Asturias. Boletín del Instituto de Estudios Asturianos21(61), 5-15.
  4. Vicente, E. M. (1977). Lápida funeraria descubierta recientemente en León. Archivo Español de Arqueología50(135), 417.
  5. Vidal, J., & Manjarrés, J. M. (1987). Nuevas inscripciones romanas de la provincia de León. Memorias de historia antigua, (8), 191-200.
  6. Labrador, E. J. P. (1985). La segunda estela de Barros y un caso de posible pervivencia medieval de su simbología cántabra. Sautuola: Revista del Instituto de Prehistoria y Arqueología Sautuola, (4), 175-181.
  7. Blázquez, J. M. (1990). La religión de los pueblos de la Hispania prerromana. Zephyrvs43.
  8. García, J. M. G. T. (1978). Del tocado» corniforme» de las mujeres asturianas en el siglo XVI. El Basilisco: revista de materialismo filosófico, (5), 39-47.
  9. Menéndez Pidal, J. (1885). Poesía popular: colección de los viejos romances que se cantan por los asturianos en la danza prima, esfoyazas y filandones/recogidos directamente de boca del pueblo, anotados y precedidos de un prólogo por Juan Menéndez Pidal.
  10. Tenorio, N. (1913). La aldea gallega: Estudio de derecho consuetudinario y economía popular. Imp. de Manuel Alvarez.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí