
Hoy traigo a la web dos de las piezas del Museo Arqueológico de Asturias que más me llama la atención y probablemente de las que menos información se tenga. Se trata de dos discos dorados decorados profusamente con motivos que están presentes en toda la iconografía de la Edad del Hierro en el noroeste, y que tienen tanto una finalidad como un origen completamente desconocido.
La lacónica referencia de las piezas en el inventario de materiales castreños del museo es MAA03298, y MA03299, discos, origen «sin precisar».

La colección áurea del Museo Arqueológico de Asturias ha sido objeto de una mayor investigación en los últimos años con interesantes estudios1, incidiendo en la arqueometría y en la contextualización2 de las piezas, uno de los grandísimos problemas para este tipo de objetos.

Para que os hagáis una idea de la dimensión del problema, en Asturias aún no hemos encontrado ningún torques in situ, lo que los descarta como prueba de cualquier adscripción cultural de los astures trasmontanos. Algo parecido pasa con los cismontanos, donde las piezas de los museos suelen tener un origen en compras realizadas a joyeros que a su vez los adquirieron de expoliadores y chalgueiros.
A cambio, al menos tenemos numerosas referencias en las fuentes de los hallazgos, que los sitúan seguro en territorio astur. El problema solo va a resolverse excavando.
Los discos
Se trata de dos pequeños objetos con forma de cuenco en los que la cara superior está profusamente decorada, frente a la inferior que aparece completamente lisa. Los motivos decorativos son de bandas de filigrana alternando con glóbulos soldados. En el centro aparece de nuevo el motivo globular.
Simplemente son espectaculares, contando con que apenas tienen 5 cm de diámetro, en ellos se insertan hilos en espiga, ondas sogueadas, bucles que rematan en un pequeño glóbulo dorado, etc. Los glóbulos miden entre 1 y 1,3 mm para que os hagáis una idea del tipo de trabajo.

A pesar de que la decoración sí que está presente en orfebrería castreña, los objetos en sí no tienen un paralelismo claro con otras piezas. Maya3, que estudió los discos a finales de los ochenta consideró que se trataba de parte de un adorno pectoral parecidos a los encontrados en Celtiberia.

En cuanto a su lugar de descubrimiento, sigue siendo una incógnita, ya que incluso no se tiene información de cómo entraron al museo.
Del análisis arqueométrico además se obtuvo otra interesante conclusión respecto a su composición, y es que realmente no son de oro, sino de plata dorada con una técnica que parece corresponder al dorado al fuego. Esta técnica parece haberse generalizado en el noroeste de la península Ibérica en la II Edad del Hierro. Es una técnica cuya procedencia ofrece tres posibles alternativas que aún deben ser demostradas. La primera que proviene del sur de la Península donde ya está documentado su uso entre los siglos III y I a.C. por paralelismos con algunas piezas de Viladonga o de las Islas Británicas, que emplean la misma técnica en el mismo periodo. Otra opción es que sean de época imperial en un rango de fechas posterior. Incluso se plantea si la llegada a las islas Británicas se produjo a través de la Península Ibérica. De cualquier forma hay pocos datos para sacar conclusiones en este sentido.
Como veis, estamos ante un pequeño misterio arqueológico que esperamos que se resuelva en el futuro aunque lo veo muy complicado.
Notas al pie y bibliografía
- García Vuelta, Ó., Montero Ruiz, I., & Villa Valdés, Á. (2020). Orfebrería castreña en el Museo Arqueológico de Asturias (Oviedo): aproximación a su caracterización arqueométrica y problemas de estudio.
- Valdés, Á. V. (2019). Contextos arqueológicos para la orfebrería protohistórica de Asturias. Boletín del Museo Arqueológico Nacional, (38), 27-44.
- Maya González, J. L. 1988: La cultura material de los castros asturianos. Estudios de la Antigüedad, 4-5, Univ. Autónoma de Barcelona. Bellaterra