Unas notas sobre la conferencia «Lucus Asturum y el modelo de poblamiento de la Asturia cantábrica durante el Imperio romano» de Carmen Fdez. Ochoa

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Me gustaría reseñar la tercera de las conferencias del ciclo de Lucus Asturum que tuvo lugar en el RIDEA el mes pasado y que contó con la presencia de Carmen Fernández Ochoa, que probablemente es una de las personas que más tiempo ha dedicado al estudio de la Asturia transmontana en época romana.

La conferencia que podéis ver, junto con las otras dos, en el canal de Youtube de la institución trascendía un poco el tema central de las conferencias y abarcaba el poblamiento del territorio transmontano en este periodo, concretamente entre los siglos I y II d.C.

Es interesante porque, en mi opinión, permite ver cómo se transforma un territorio desde una organización socioeconómica tribal, a un esquema estatal. Evidentemente es un proceso paulatino y realizado a distinta escala entre unos lugares y otros pero, sin duda, permite comprobar cómo se va asentando un esquema territorial y viario (aspecto importantísimo) en el centro de esta Asturia al norte de la cordillera que pervivirá siglos, y me atrevo a decir que casi hasta la actualidad de alguna manera.

Fernández Ochoa, tras una primera parte dedicada brevemente al mundo castreño y a los campamentos de conquista y control del territorio tras las guerras contra Roma, se centró en un tema que me atrae en gran medida. La implantación en el territorio del sistema de civitates. Si la primera parte ya estaba conceptualizada en César y Augusto, la segunda parte, la de esa reorganización territorial corresponde a Tiberio, a los Flavios, etc… hasta Vespasiano.

Este sistema es el que aparece reflejado en las fuentes, como la Geografía de Ptolomeo, escrita en el siglo II d.C. y que menciona varias de estas unidades territoriales, pero sobre todo fiscales, en las que el Imperio divide el territorio conquistado. Es el resultado de un proceso de cambio en el que el peso del control territorial lo ejercían los castros, los poblados fortificados. Estos dejan de tener sentido con esta nueva organización espacial y fiscal del estado romano y languidecen en torno al siglo II d.C. excepto aquellos cuya relevancia dentro de este nuevo sistema les permite seguir siendo útiles.

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Me voy a centrar en un caso concreto, el del territorio que había pertenecido a los Luggones, en el centro-oriente de Asturias. Este espacio reúne una serie de características que lo diferencia del de los Pésicos, al occidente del Nalón. Es precisamente su carácter rural y ganadero, frente a la importancia de la minería en el sector que acabamos de citar. En el centro de Asturias y en el territorio hasta el Sella, el peso de la subsistencia no deja de ser la ganadería y la agricultura, como en el periodo precedente, sin embargo el cambio se percibe en la transformación del poblamiento que pasa de los poblados fortificados a los lugares abiertos.

Ptolomeo cita Paelontium, que tras diversos estudios aparece situado en una zona imprecisa en el concejo de Piloña, pero también Lucus Asturum, en el sector central. El primero parece un castro astur que desempeña funciones administrativas, mientras que el segundo parece un poblamiento de nuevo cuño fundado a partir del siglo I d.C. cuya naturaleza aún parece difusa.

Al final de la conferencia, Ángel Villa Valdés, apuntó un dato que me parece súper interesante, y es que la dispersión de Lucus asturum tiene más que ver con la dispersión de las excavaciones que con la dispersión del asentamiento, como parece sugerir Fernández Ochoa, quien, por otra parte, prudentemente no se aventuraba a establecer una tipología u otra al asentamiento, sino sólo a indicar las posibles hipótesis sobre su morfología. Sea como sea, Lucus parece el resultado de una congregación de distintos asentamientos en torno a una vía de comunicación o un nudo de ellas.

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En cuanto a la organización territorial y administrativa de los siglos I y II d.C. la doctora Fernández Ochoa sitúa su origen probable en el oppidum de Noega, verdadera urbe astur transmontana que ya tenía una importancia clave gracias al comercio siglos antes de la llegada de Roma al territorio, pero que constituiría uno de esos lugares de contacto con el mundo mediterráneo desde los que se dispersan ideas y mercancías a este territorio. En torno a la llanura central y a las vías de comunicación desde la Meseta que se dirigen a Flavionavia (La Mesa) y a Lucus Asturum / Noega (la Carisa) se va articulando un territorio en el que las villae tienen un peso fundamental, pero en la que aparecen otro tipo de asentamientos militares y civiles que ya se adaptan a la nueva situación y que suelen ser abiertos, en el caso de los segundos.

Fernández Ochoa apuntó un detalle, entre otros muchos, muy interesante. En estas civitas Roma sitúa a la nueva élite, pero esa nueva élite es el resultado de la fusión de la élite precedente con la élite llegada de fuera. Es decir, existe una jerarquía social previa en el mundo astur cuyo nivel superior es el que va a ejercer ese papel de intermediario entre la administración romana y el mundo indígena. Los últimos trabajos realizados en este sentido apuntan a una composición foránea de los posesores de las primeras villas que posteriormente se expandiría a otras élites, esta vez locales, que expresan su origo y al mismo tiempo dan muestras, a través de la epigrafía, de la romanización de sus miembros, a través de la expresión de sus nombres, dioses a los que dedican fórmulas votivas, etc…

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En definitiva, un mundo que tras la conquista se adapta a este nuevo sistema, pero en el que la romanización que defiende en la actualidad Fernández Ochoa, no hay lugar para grandes urbes al estilo clásico romano, pero que, empleando sus palabras, no son necesarias para llevar a cabo esa tarea de control militar y territorial así como fiscal.

Tengo la sensación de que este razonamiento tiene mucho más sentido que otras posturas que se defendían hace tiempo, y que son el resultado de los avances de la investigación tanto de yacimientos romanos como astures en este mismo espacio.

Por último, os recomiendo que veáis la conferencia ya que me parece un recorrido excepcional y completo por un periodo interesante, que es a la vez final y cambio de una sociedad, la astur, que cambia tras la conquista, inevitablemente y que da lugar a nuevas formas de control territorial y social que se prolongan hasta el final del Imperio.

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Me apasiona la historia de Asturias y los astures en todas sus facetas. Pateando museos y yacimientos. Excavando cuando puedo y divulgando como mejor sé.

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