caelionica
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Hace unos meses que llevo consultando prensa asturiana de principios del siglo XX en busca de información sobre cómo se trataban, a un nivel de difusión general, los descubrimientos arqueológicos del momento. Es super interesante ver las analogías y diferencias respecto a este tema en la prensa contemporánea y la de hace aproximadamente 100 años, os sorprendería averiguar que no han cambiado tanto las cosas.

En una de estas búsquedas en varios tomos que tengo en casa con números originales del periódico Región (son de 1923-1924, publicado en Oviedo), me encontré con una pequeña columna, que os dejo fotografiada aquí sobre la lápida de Cofiño, en Parres.

Os transcribo el texto de la noticia, publicada el 16 de septiembre de 1923 de la que no hay referencia al autor.

Una historia en torno a la lápida de Cofiño
Noticia del estudio de la lápida de Cofiño. Diario Región.

«En los últimos años del siglo pasado, un labriego, roturando unas tierras de su propiedad en el pueblo de Cofiño, concejo de Parres, partido judicial de Cangas de Onís, encontró una lápida de piedra con una borrosa e incompleta inscripción.

Tras varios inútiles intentos de interpretación se envió un calco al insigne anticuario señor Fernández Guerra, quien hizo una muy aceptable reconstrucción.

Trátase de una interesantísima lápida pagana, dedicada por un padre a todos los dioses Manes en memoria de su hija, muerta a la edad de quince años.

La incomprensible negativa del labriego que hizo el hallazgo, a indicar el sitio donde la lápida fué encontrada, imposibilitó por el momento nuevas investigaciones, que habrían dado un feliz resultado, pues en las inmediaciones del mismo pueblo y en las estribaciones del puerto del Sueve, se han encontrado en distintas ocasiones trozos de inscripciones romanas.

Una historia en torno a la lápida de Cofiño

En el pasado mes de agosto esta lápida fué estudiada por el eminente epigrafista R. P. Zacarías García Viñate, distinguido miembro de la compañía de Jesús quien ha señalado su antigüedad, entre los años 265 a 268 después de Jesucristo.

La señortia Emilia Cofiño, residente en el pueblo del mismo nombre, posee una hermosa reproducción admirablemente tallada en madera, y hecha conforme a la reconstrucción del señor Fernández Guerra, por su abuelo materno don Hermógenes Fernández, autor de los distintos trabajos de talla que orna la Cueva de Covadonga.

Una historia en torno a la lápida de Cofiño
Calco de la lápida de Cofiño publicado por el diario Región el 16 de Septiembre de 1923

De esta reproducción ha obtenido una copia a pluma el abogado y escritor ovetense don Joaquín Mier y Vigil-Escalera, que es la que publicamos, habiendo hecho también sobre el terreno, con lisonjero éxito, distintas investigaciones, para precisar el lugar donde fue hallada, detalle indispensable para ulteriores excavaciones.»

Es un buen relato de cómo aparece esta pieza arqueológica, que es parte del corpus actual de epigrafía de época romana en Asturias.

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Años después la lápida estaba ya incorporada al catálogo epigráfico asturiano de Francisco Diego Santos. Yo tengo en casa la edición de 1985 del Real Instituto de Estudios Asturianos. En él (p. 114) se la nombra como la Estela de Ammia Caelionica.

Diego Santos nos proporciona más información de la que tenía el diario ovetense en 1923. Cuenta que la publicación de Fernández Guerra de 1878 la lápida aparecía todavía completa. A él le remitió un calco Fermín Canella. El autor cree que en 1876 la pieza ya estaba rota, porque el calco que remitió Sebastián de Soto Cortés a Vigil-Escalera está incompleto y la parte superior ya aparece en otro calco distinto.

Una historia en torno a la lápida de Cofiño
Calco publicado por Canella

Sin embargo, y ahí está la discrepancia. En el periódico de 1923 dice que Vigil-Escalera había obtenido una copia de otra vía distinta como podéis leer en la noticia.

La lectura aceptada de la lápida es la siguiente.

Monumento consagrado a los dioses Manes. El padre S. Corcia, de los Orniacos, se lo dedicó a su hija, Amia Celionica, de la gentilitas de los Pentios, de 15 años, siendo cónsules nuestro señor Póstumo por cuarta vez y Victorino.

Diego Santos nos cuenta que la pieza aparece en la Asturias de Bellmunt y Canella de 1897, donde nos dice que se encontraban en la finca de Las Rozas de Villanueva, en Cangas de Onís, junto a otras dos lápidas de la misma localidad. Allí pasaron al olvido, según Diego Santos, aunque según la prensa regional, en agosto de 1923 Zacarías García Viñate la había podido estudiar.

Una historia en torno a la lápida de Cofiño
Fotografía de la lápida de Cofiño. Francisco Diego Santos. Epigrafía Romana de Asturias, 1985

En 1956 se «redescubre» junto a las otras dos en la misma finca, y posteriormente es adquirida por el Museo Provincial de San Vicente (posterior museo arqueológico de Asturias) donde se puede ver en la actualidad.

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En definitiva, sólo una curiosidad sobre cómo la historia de una pieza se va moldeando a lo largo de algo más de un siglo desde que fue descubierta.

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