Pues es lo que han encontrado en las últimas excavaciones en el castro de Cereixa, en Lugo. Es un objeto que ya ha aparecido en castros astures y galaicos con anterioridad, al menos una quincena repartidos entre Galicia, Asturias y León.
Este horno en concreto aparece dentro de una estructura, una construcción que lo envolvería. Además, como se puede ver en la imagen difundida a los medios está muy fraccionado, pero conserva su posición original. En la corona de Corporales, en León, también ha aparecido uno de estos hornos en su contexto.
Los hornos cerámicos son objetos que perduraron durante un larguísimo periodo de tiempo, desde aproximadamente la mitad del milenio antes de Cristo hasta época altomedieval. Generalmente pertenecen a la Edad del Hierro y asociados a un contexto metalúrgico, pero no se descarta que tuvieran otra función.
Son pastas oscuras y bruñidas, con desengrasante de arena y mica, siguiendo un patrón muy común en la cerámica indígena del noroeste. La abundancia de desengrasantes permite que la pieza alcance temperaturas muy elevadas sin romper.
Este horno pertenecería al tipo Castromao, como el que se puede ver en el Museo Arqueológico de Ourense, descubierto en 1942.
