La noticia publicada en prensa y medios digitales no puede ser más espectacular. Lo es por la magnitud de lo incautado a una banda de siete criminales que atentaban contra el patrimonio utilizando detectores de metales en yacimientos arqueológicos. Concretamente el diario Ileón «ha podido confirmar que los yacimientos expoliados por la banda fueron los de la antigua ciudad astur y romana de Lancia, en la provincia leonesa, y el de Mayorga, en Valladolid».
De esta última provincia provienen los fragmentos de una supuesta corona visigoda (dicen que del siglo VI) mientras que de León procede un tesorillo de 6.000 monedas de plata, 21 áureos de época romana. La información de la Policía Nacional menciona cerca de 1.000 objetos arqueológicos, en su mayoría monedas de diferentes épocas y materiales, así como fíbulas, puntas de lanza, anillos y piezas de cerámica.
Las monedas de plata son denarios y antoninianos, aunque en las imágenes se ven también bronces (alguno parece de Tiberio o de Augusto) y otras de época medieval y contemporánea. Imagino que lo incautado es un botín de varias rapiñas en distintos yacimientos. Los antoninianos se comenzaron a acuñar en el siglo III d.C. en plata y posteriormente se fueron devaluando pasando a acuñarse en bronce. Por tanto estas monedas indican un yacimiento de mediados del Imperio aproximadamente.
La investigación, desarrollada durante cerca de un año, permitió identificar a un grupo que utilizaba detectores de metales de alta tecnología para localizar y extraer piezas arqueológicas de yacimientos protegidos, principalmente en las provincias de León y Valladolid. Los objetos eran posteriormente limpiados, clasificados y vendidos en el mercado negro a través de canales privados, plataformas digitales y contactos directos con coleccionistas.

El operativo culminó el pasado 2 de diciembre, cuando los agentes practicaron nueve registros simultáneos en distintos domicilios de León. En ellos se incautaron no solo los bienes arqueológicos, sino también detectores de metales, herramientas de excavación, dispositivos electrónicos, documentación vinculada a la actividad delictiva, varios vehículos de alta gama y cerca de 50.000 euros en efectivo, presuntamente procedentes de la venta ilegal de las piezas.
Ojalá sepamos pronto más cosas sobre las monedas y el resto de objetos incautados, que han pasado a estudio y custodia por la Junta de Castilla y León y serán depositadas en el museo que considere oportuno.


