Hace unas semanas apareció una noticia en la prensa en la que se daba la alerta sobre el deterioro y sustracción de los morteros romanos de El Figo. Se trata de piedras de unas dimensiones variables que presentan una superficie pulida y a veces en forma de cazoletas, etc… cuya finalidad debió ser la de machacar mineral de la explotación minera cercana, la de Salave.
En este lugar del occidente de Asturias se produce una intensa erosión marina que ha hecho retroceder la costa varias decenas de metros, hasta el punto de que antiguos castros, en península, como el de Santa Gadea en Tapia, hoy son islas (las Pantorgas).
Los morteros quedaron depositados en el pedreu a los pies del acantilado, relacionados sin duda alguna con la gran zanja minera de los Lagos de Silva-Salave.
Os dejo la información que publica el Principado sobre esta operación.
«Las labores de recuperación se realizaron el 29 de noviembre en la Ribeiría de El Figo, tras haber sido informado el Servicio de Patrimonio Cultural de la existencia de estas piezas por los geólogos Evaristo Álvarez Muñoz, Beatriz González Fernández y Eduardo Menéndez Casares. En la Ribeiría del Figo, localizada bajo una gran zanja-canal de la zona aurífera de Salave-Lagunas de Silva, y en la franja intermareal, los especialistas localizaron más de cincuenta morteros mineros labrados sobre bloques granitoides o de cuarzo, el conjunto más importante del noroeste de la península, dado que el resto de los hallazgos conocidos se reduce a ejemplares aislados.
La función de estas piezas se relaciona con el lavado y cribado de los metales pesados en las explotaciones mineras de época romana. Debido a su valor histórico y arqueológico, el Consejo del Patrimonio Cultural de Asturias acordó recuperar los ejemplares de mayor importancia, lo que ofrecía dos grandes dificultades: el elevado peso de la mayor parte de los morteros –alguno de los cuales supera holgadamente los 200 kilos– y la falta de acceso directo a la cala en la que se localiza el conjunto.
Para resolver estas complicaciones, se acordó llevar a cabo la operación por vía aérea, para lo cual se articuló un dispositivo en el que participaron un técnico arqueólogo del Servicio de Patrimonio Cultural, miembros de la Guardería del Medio Natural y un helicóptero de Bomberos de Asturias, lo que permitió rescatar 16 elementos.
Los expertos valoran este hallazgo debido a que se trata de artefactos mineros bien contextualizados arqueológicamente, ya que se ubican al pie de una gran zanja-canal de una explotación aurífera de época romana que desarrolló su actividad entre mediados del siglo I d.C. y mediados del siglo II d.C.»