Piedra de toque procedente de las excavaciones de 2023 en la Campa Torres. Foto Red de Museos arqueológicos Gijón / Xixón
Piedra de toque procedente de las excavaciones de 2023 en la Campa Torres. Foto Red de Museos arqueológicos Gijón / Xixón

Hace unos días la red de Museos arqueológicos de Gijón / Xixón informaba del descubrimiento de una nueva «piedra de toque» en las excavaciones de la Campa Torres de este año. Es la pieza que ilustra este post como imagen destacada. Con esta ya son once las piezas documentadas en los castros del noroeste.

Pero ¿Qué es una piedra de toque? El trabajo de referencia en este ámbito es el de Ángel Villa Valdés que os dejo en este link 1 y que recoge toda la información que existe hasta el momento sobre estos interesantes objetos. Son piedras planas, de tono oscuro mate, «de grano fino y denso, con superficies pulidas y sin aristas».

Servían para conocer la calidad del oro y otros metales a través del rayado. Es decir, se raya la piedra con el objeto de oro y se compara con el rastro que deja otro objeto de oro de calidad ya conocida. Con este sencillo sistema, que se sigue usando hoy en día, se puede saber la pureza de los metales en orfebrería. Más aún, sirve para diferenciar cobre y oro, o detectar metales como estaño, plomo, etc…

En territorio astur conocíamos hasta hoy las piedras del castro de Llagú y de Picu Castiellu de Moriyón, siendo las de Mohías y San Chuís de ámbito galaico. El resto han sido halladas en Galicia en castros como San Cibrao de Las, Borneiro o Elviña.

Distribución de las piedras de toque en el ámbito castreño del noroeste peninsular. Villa Valdés, 2020
Distribución de las piedras de toque en el ámbito castreño del noroeste peninsular. Villa Valdés, 2020

La piedra de toque de Llagú:

Aparecida en superficie no se puede atribuir a un horizonte temporal concreto. Sus medidas son 4,2 cm de largo por 2,25 de ancho. Su espesor es de 1,2cm y pesa 19g. Como la mayoría de piezas, presenta un orificio en su parte superior para insertar un elemento suspensorio.

Piedra de toque de Llagú. Villa Valdéz, 2020
Piedra de toque de Llagú. Villa Valdés, 2020

La piedra de toque del Castiellu de Moriyón:

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En este caso la pieza aparece en una construcción adosada a la muralla, un taller metalúrgico, que estuvo en uso hasta prácticamente el cambio de era. Realizada en arenisca, conserva 2,6cm de longitud y 1,3 de anchura. Espesor de 0,8 cm. En esta vemos que la pieza está rota a la altura de la perforación para sujetarla.

Piedra de toque de Moriyón. Villa Valdés, 2020
Piedra de toque de Moriyón. Villa Valdés, 2020

La piedra de toque de la Campa Torres:

Descubierta, como digo en 2023, falta saber más detalles sobre su hallazgo, que sabremos en la publicación pertinente. Se trata de un fragmento que no conserva la parte de la perforación. En la imagen vemos que tiene unos 1,5 cm en su parte más ancha y apenas 1cm de espesor. Se ven muy bien las huellas producidas por el rayado sobre su superficie.

Villa Valdés considera, por los contextos arqueológicos en los que han aparecido, que estas piezas pertenecen a un momento tardío de la Edad del Hierro, muy próximo al cambio de era o al comiendo del siglo I d.C. ya que, de momento, no han aparecido en horizontes más antiguos.

Os recomiendo la lectura del trabajo sobre piedras de toque en el ámbito astur galaico.

Notas al pie y bibliografía

  1. Valdés, Á. V. (2020). Piedras de toque en castros de Galicia y Asturias. Anejos a Cuadernos de Prehistoria y Arqueología, (4), 191-200.

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