La Ería de la Castañera, en Llanera es el enclave en el que campaña tras campaña se van conociendo pedacitos de la historia de la Asturia transmontana del siglo I d.C. en adelante. Lucus es, por muchas razones, un lugar que hay que estudiar, preservar y a ser posible musealizar, ya que nos cuenta un momento clave en la historia de Asturias, el paso de un mundo indígena a un mundo en el que se impacta de lleno la huella cultural del Imperio romano.
El Principado apuesta por la conservación y estudio de este asentamiento y por tanto inicia los trámites para declararlo Bien de Interés Cultural.
«El pleno también ha acordado iniciar los trámites de declaración como Bien de Interés Cultural del yacimiento arqueológico identificado como Lucus Asturum, en el concejo de Llanera. Localizado en la Ería de la Castañera, en Lugo de Llanera, se corresponde con diferentes restos encontrados en varias fincas, con cronologías y características comunes.» El topónimo Lucus Asturum es mencionado por primera vez como civitas en la Geographia de C. Ptolomeo, en el siglo II d.C., y no volvió a registrarse hasta su cita en el Anónimo de Rávena, ahora como Luco Astorum, ya en el siglo VII.
La fertilidad arqueológica de este área es conocida desde hace siglos. Ya se refieren testimonios en 1695 y desde entonces se han sucedido noticias de nuevos hallazgos, que se intensificaron a partir de las primeras intervenciones arqueológicas en 1926. La investigación se ha centrado prioritariamente en el entorno de la antigua iglesia parroquial de Santa María de Lugo de Llanera y su casa rectoral, donde se han llevado a cabo diversas campañas de excavación arqueológica en las décadas de 1980 y 1990. Además del descubrimiento de una importante necrópolis de época medieval (siglos X-XII), se determinó la presencia de una ocupación del espacio en época altomedieval romana. Se encontraron materiales tan destacados como un ara dedicada a los dioses lares.
En 2015 se retoma la investigación arqueológica en Lucus Asturum, por impulso del Ayuntamiento de Llanera y se mantiene hasta la actualidad con el apoyo de la Consejería de Cultura. En estos años se ha trabajado sobre un espacio termal de notables dimensiones, así como sobre una vivienda con estancias distribuidas en torno a un patio con pozo.
Se plantea un entorno de protección para el yacimiento arqueológico, con un perímetro de 1.980 metros, que encierra un área de 194.502,2 metros cuadrados en el que se incluyen 24 parcelas catastrales en las que bien se ha constatado la presencia de restos arqueológicos o bien se presume su existencia a partir de prospecciones geofísicas, aéreas, satelitales y pedestres, así como por noticias bibliográficas y de informantes.»
