Gachas de avena o porridge.
Gachas de avena o porridge.

Hagamos un poco de arqueología experimental al alcance de la mano. La comida que os propongo en este post es un alimento muy sencillo de preparar y que fue habitual en la protohistoria europea. En las islas británicas, llaman «porridge» a esta preparación, que es exactamente igual a las gachas de avena que se consumen en toda Europa en la Edad Media, y como veremos en periodos anteriores. En Asturias, la evidencia más antigua de gachas de avena aparece en el sarro de los dientes del hombre de la Sobia, en Teverga. El individuo del siglo I d.C. arrojado a la cueva, había consumido gachas de avena entre otros alimentos, como demostraron los análisis.

Es un alimento sencillo y contundente que aporta hidratos de carbono de consumo lento, lo que lo convierte en ideal para una persona que tenga que hacer un trabajo físico a lo largo del día. Además se puede adaptar al gusto actual de cada persona agregándole frutas y otros ingredientes.

Existen gran cantidad de recetas actualmente ya que, como digo, es un alimento que se prepara en varios países como un desayuno o merienda tradicional pero que también ha ganado mucha popularidad entre las personas que gustan de una alimentación sana. No me enrollo más y os cuento como se preparan unas gachas de avena o porridge:

INGREDIENTES (para dos personas)

8 cucharadas de copos de avena integral.
1/2 litro de leche
1 pizca de sal
Un edulcorante. Yo elegí miel ya que el azúcar de caña no llegó a Europa hasta la Edad moderna
Otros ingredientes. Lo acompañé con unas nueces y manzana, aunque esta variedad no existía en el periodo prerromano, y probablemente las que había eran demasiado ácidas para acompañar. Se podrían poner frutos rojos de temporada, como moras, arándanos, etc…

Preparando gachas de avena
Preparando gachas de avena

Preparación.
Se pone a calentar la leche (he visto recetas donde se emplea mitad de agua y mitad de leche, o sólo agua. Yo usé leche entera) hasta casi alcanzar el punto de ebullición. Entonces se baja el fuego al mínimo y se vierten los copos de avena y se agrega una pizca de sal.

Los molí un poco más para darle una textura similar a la de un triturado en un molino de piedra, pero no es necesario. La avena enseguida se empapa de la leche y se hincha. Es necesario revolver (durante varios minutos, unos 10 si la avena está bien triturada) sin quitar del fuego.

Transcurrido ese tiempo ya están listas para comer. Quedan con una textura similar al arroz con leche, dependiendo de lo fina que haya quedado la avena. Es conveniente dejarlas enfriar un poco para agregarles el resto de ingredientes, como las frutas y la miel, pero se consumen aún calientes. Sientan bien al estómago y calientan por dentro. Es una comida que me parece muy indicada para latitudes frías.

Se les pueden agregar ingredientes de temporada o frutos secos.
Se les pueden agregar ingredientes de temporada o frutos secos.

Me han dicho que si sobran gachas se pueden utilizar para preparar otros alimentos, pero es mejor prepararlas y comerlas en el momento.

En conclusión, 10 minutos para preparar un plato de la Edad del Hierro y probablemente anterior. Es un alimento sencillo que requiere de materias primas locales como leche (vaca u oveja), agua y avena.

La avena forma parte de la tríada agrícola en los castros de la edad del Hierro, junto con la escanda y el mijo o el panizo. El resto de ingredientes serían sencillos de conseguir para una persona que habitara en un entorno de ganado, bosques y cultivos, como creemos que es la Edad del Hierro astur.

Hasta aquí el experimento. Si probáis a hacerlas contadme qué tal.

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