Modelo LiDAR de El Col.leu en Riosa y fotografía aérea de Google Earth.
Modelo LiDAR de El Col.leu en Riosa y fotografía aérea de Google Earth.

Estamos ante uno de estos documentos que ponen de manifiesto la dificulta de interpretación que a veces conlleva la epigrafía. Se trata de una estela que fue encontrada en las estribaciones del Aramo, en la localidad de Col.leu / Collao en Riosa.

Descubrimiento de la estela y primera lectura.

En 1954 d. Joaquín Manzanares adquirió una estela que se encontraba reaprovechada en la vivienda de un vecino de la localidad llamado Felipe Álvarez Álvarez. La pieza se había ubicado como sillar de una esquina de la casa, (a un metro sobre el suelo), que se construyó en las cercanías de la pequeña elevación llamada «Pico Castiello»1. Relata Manzanares que la pieza había sido recogida entre varios materiales procedentes del supuesto castro que se ubicaba en esa colina, al menos hacía 70 años antes del momento en que la publica. La pieza no estaba en la esquina en su posición original sino que la había situado allí su propietario al ampliar la casa en los años cincuenta. Posteriormente pasó al Tabularium Artis Asturiensis, donde la pude ver hace unos meses.

La estela, cuyas proporciones parecen haber sido alteradas con posterioridad, quizá para adecuarla a su función como material constructivo, tiene unas medidas de 18 por 57 cm. La inscripción está compuesta por letras toscas de unos cinco centímetros de altura repartidas en tres líneas. La primera lectura efectuada por el cronista asturiano fue:

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MVRII PIICII
PARAMIICO BRII.I
CADA

Estela de Reo Pecio Parameco, según lectura de Joaquín Manzanares. Fuente. Europeana.
Estela de Reo Pecio Parameco, según lectura de Joaquín Manzanares. Fuente. Europeana.

También añade que en el reverso hay otra inscripción muy dañada en la que se pueden leer algunas letras como ANN, L muy dañada y dos letras más R y A. Donde aparece el símbolo II, Manzanares interpretó como una forma arcaica de representar la letra E. Todos estos factores le llevaron a interpretar que se trataba de un epígrafe funerario que podía leerse como: «A Mure Pece Parameco, hijo de Cadabre», y las letras del reverso como una referencia a la edad del difunto. Aunque le extrañaba la forma de la estela que no parecía un bloque vertical que se situara hincado en el suelo.

Fotos de la Estela. en Hispania Epigráfica y en Epigrafía de Asturias, de Francisco Diego Santos.
Fotos de la Estela. en Hispania Epigráfica y en Epigrafía de Asturias, de Francisco Diego Santos.

El debate que llevó a convertirla en una estela votiva

Tras esta primera publicación e interpretación de la pieza, se comenzaron a suceder lecturas que ofrecían una perspectiva diferente. Por ejemplo Albertos Firmat, decía que el nombre era extraño y no se había documentado hasta ese momento como nombre de persona, sin embargo sí que guardaba similitud con los de algunos teónimos (nombres de dioses) que se habían recogido en el occidente de la península.

Francisco Diego Santos2 propuso una lectura alternativa en consonancia con el paralelismo de dioses como REO PARAMECO en el ámbito galaico que nos indicaría que en vez de una estela funeraria estábamos ante una votiva. Por tanto proponía una lectura alternativa:

Mu(numentum) Re(ae) Pece (o Pici) / Parameco / Cadabre (o Cadabri) <p>(osuerunt)

La lectura sería. «los Cadabri erigieron (este monumento a Reo Pecio Parameco». Esta lectura encaja con el grupo de dioses que, con distintos epítetos aparecen en el territorio galaico como REVE. Se trata de una deidad mayor, que encajaría en el ámbito de la soberanía, si seguimos el esquema de Dumézil, y que sería un equivalente al Júpiter romano en importancia. Es muy difícil hacer este tipo de conjeturas porque los dioses que se han identificado en el territorio indoeuropeo peninsular destacan por una complejidad funcional que hace que no podamos encajarlos en un sólo grupo, pero nos sirve como primera aproximación a este fenómeno religioso concreto. Lo cierto es que se trataría de la representación más oriental del culto a esta deidad, que es exclusiva del entorno atlántico peninsular.

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La otra información que nos ofrece la estela es la presencia de los CADABRI o CADABRIGENSES. Un clan que por su situación geográfica debería estar entre los Luggones, pero que es difícil encajar en ellos ante este culto a un dios que puede ser considerado galaico o lusitano. Posiblemente estemos ante un grupo que quizá fue desplazado desde otro territorio y que deja constancia de su culto en un lugar que cuanto más se estudia más parece que se trata de un santuario como es El Collao.

Anverso de la estela en Epigrafía romana de Asturias.
Anverso de la estela en Epigrafía romana de Asturias.

El Picu Castiellu de Collao

Es un enclave arqueológico situado en las estribaciones occidentales del Aramo que plantea una intrigante dualidad en su interpretación. Tradicionalmente, los sitios elevados con características defensivas se han considerado como castros, es decir, asentamientos fortificados prerromanos. Sin embargo, el Picu Castiellu desafía esta categorización al mostrar indicios de haber sido un lugar ceremonial en lugar de un poblado fortificado habitual.

El Picu Castiellu se encuentra en un promontorio elevado con una planta casi circular de unos 40 x 40 metros. Está rodeado por fuertes pendientes, lo que le otorga una posición privilegiada desde el punto de vista estratégico. Solo por el flanco occidental presenta un acceso menos abrupto, donde probablemente se encontraban las defensas principales. Estas características sugieren en primera instancia un lugar fortificado, típico de los castros del noroeste. Sin embargo, los hallazgos realizados en el sitio han revelado una posible función alternativa. Aparte de la estela a Reve existen referencias a varias inscripciones de época romana que hoy están desaparecidas.

La evidencia arqueológica y epigráfica encontrada en el Picu Castiellu no descarta completamente la posibilidad de que el sitio pudiera haber tenido una función defensiva en algún momento de su historia. Sin embargo, el reducido tamaño habitable de este asentamiento sugiere que el enclave fue principalmente un lugar ceremonial. Este tipo de ambigüedad no es inusual en sitios arqueológicos antiguos, donde las funciones militares y religiosas a menudo se entremezclaban. Además, la interpretación de los castros como puramente fortificados ha sido cuestionada en las últimas décadas, a medida que más investigaciones han revelado la importancia simbólica y ritual de muchos de estos enclaves. El Picu Castiellu parece ser un buen ejemplo de esta complejidad. Su función original puede haber sido más flexible de lo que los modelos tradicionales de arqueología de castros han permitido hasta ahora.

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Bibliografía

  1. Adán Álvarez, G. (1999): «La secuencia histórica de Riosa: sus bienes arqueológicos.» En: Excavaciones arqueológicas en Asturias 1995-98. Oviedo: Servicio de Publicaciones del Principado de Asturias; pp. 327-330 ↩︎
  2. Diego Santos, F. (1985) Epigrafía Romana de Asturias. Oviedo. pp.58-59 y 79 ↩︎

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