La Covadonga de Ventura Rodríguez, 1789

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Actualizado: 30 julio, 2025

La icónica estampa del santuario de Nuestra Señora de Covadonga es un símbolo que representa en parte el ideal asturiano de los últimos 150 años, sin embargo, ni siempre fue así, ni esta era la única alternativa a su construcción. Estos días se ha presentado un extraordinario trabajo que se ha llevado a cabo para la reconstrucción virtual de una visión que discurriría por otra vía diferente a lo que la historia nos ha llevado a presenciar. Se trata del edificio proyectado por el arquitecto Ventura Rodríguez para el santuario. En este post abordaremos la propuesta y cuáles fueron las causas que llevaron a su fracaso.

Fachada propuesta por Ventura Rodrigez. Recreación 3D por Kike Llamas bajo el mecenazgo de Fundación María Cristina Masaveu Peterson.
Fachada propuesta por Ventura Rodrigez. Recreación 3D por Alberto Luque González bajo el mecenazgo de Fundación María Cristina Masaveu Peterson.

Todo comienza con el incendio del templo primitivo en 1777

Antes de ese año, existía una iglesia de madera denominada «templo del milagro». En la madrugada del 17 de octubre de 1777 ardió hasta los cimientos. Las razones pueden haber sido el descuido o la intencionalidad, nunca quedó claro, pero lo que sí parece haber contribuido a la destrucción total de aquel templo primigenio fue la cantidad de exvotos de cera y otros materiales que se acumulaban en él además de su estructura combustible.

Su primera factura se atribuía a Alfonso II pero extraña que no se hubiera empleado mayor esmero en una construcción tan simbólica y lo cierto es que la opinión actual es que se trataba de un pequeño santuario popular hecho con materiales perecederos. Su origen quizá fue ese templo de los tiempos de la monarquía asturiana. Aún así el templo despertaba la admiración de cuantos visitantes pasaban por él debido a la sensación como de que «flotaba» en el aire debido a su extraña posición sobre la pared escarpada de la fuente y cómo habían conseguido construirlo integrándose en la roca.

Grabado de 1792 en el que se ve cómo era el templo anterior al incendio de 1777.
Grabado de 1792 en el que se ve cómo era el templo anterior al incendio de 1777.

En realidad se trataba no de uno sino de dos templos con dos alturas. En la parte alta la sacristía y un altar, la capilla mayor iluminada con cuatro ventanales. La inferior hacía de cámara sepulcral del rey Pelayo y Alfonso I en la primera de las tres estancias de la que estaba compuesto. La segunda una capilla de la Virgen y el niño, y la tercera se usaba como habitación donde recoger enseres y otros trastos necesarios para el culto y el mantenimiento del templo.

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Un nuevo templo a la altura del significado de Covadonga

La reedificación del santuario se proyectó poco tiempo después de los desafortunados acontecimientos, aunque las dificultades para llevarlo a cabo eran evidentes. Como en todo gran proyecto se vieron involucradas distintas fuerzas sociales y culturales del momento. Por un lado la monarquía borbónica que veía necesaria la pronta restauración del sitio de Covadonga como fuente de legitimación social y religiosa, la Ilustración asturiana, que veía una oportunidad de aplicar los profundos cambios culturales y económicos que proyectaba para la región y por supuesto, la Iglesia, que tenía mucho que decir en cuanto a la forma que adoptaría el santuario definitivo.

Fachada del templo de Covadonga según el proyecto.
Fachada del templo de Covadonga según el proyecto.

La Asturias del siglo XVIII estaba dividida en dos bandos en este sentido. Por un lado estaba empapada de una devoción tradicionalista para la que las ideas ilustradas eran vistas entre el pueblo como una imposición foránea. La propia Iglesia las percibía como una intromisión laica en un feudo que siempre había estado bajo su control. Por otro lado la Ilustración y la Corona querían promover cambios en aquella «Siberia» española que había quedado rezagada varios siglos bajo el control señorial y eclesiástico.

La opinión de la Iglesia era que debería reconstruirse un templo similar al anterior, en la cueva, pero esta vez empleando materiales pétreos como jades y mármoles para evitar futuros incendios. Es el abad de la colegiata de Covadonga quien propone a Ventura Rodríguez como arquitecto que debe encargarse de llevar la obra adelante.

El 24 de noviembre de 1777 comienza la recogida de fondos para la reconstrucción del templo, en primer lugar a base de donaciones y limosnas en todo el territorio de la monarquía lo que incluía los territorios de ultramar. La propia familia real contribuyó con 50.000 reales que se sumaron a los otros 50.000 que se habían recogido a través de la generosidad popular. Sin embargo, la cifra quedaba muy lejos de la cantidad necesaria para afrontar el proyecto.

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El proyecto de Ventura Rodríguez

Desde los primeros días del arquitecto en Covadonga en mayo de 1778 hasta la entrega de los planos, transcurre un año y medio. El 1 de febrero de 1880 el proyecto ya tenía forma. Tenemos la suerte de que se hayan conservado los dibujos, depositados actualmente en el Archivo Histórico Nacional, y que hayan sido objeto de varios estudios. Por eso podemos ver que se trataba de un edificio completamente distinto al actual tanto en la forma como en el propio planteamiento y quizá incluso relevancia simbólica.

La primera gran diferencia era que el templo, de planta circular, se situaba frente a la cueva, ocultándola de la vista salvo por unos ventanales detrás del altar. Estaba proyectado que la imagen de la Virgen permaneciera en la cueva pero que no pudiera acceder a ella el público general. El agua iba a ser canalizada en dirección a una cascada artificial. El templo contaba con dos alturas, con una planta baja en la que se situaba el mausoleo del infante Pelayo. Tenía una pirámide en el centro y en esta planta estaba previsto situar las tumbas de los canónigos de Covadonga.

Mausoleo de Pelayo y espacio para las tumbas.
Mausoleo de Pelayo y espacio para las tumbas.

En la superior se ubicaba la capilla y el altar mayor, con un tabernáculo.

Planta principal del proyecto de Ventura Rodriguez para Covadonga.
Planta principal del proyecto de Ventura Rodriguez para Covadonga. Allí estaría el templo y el altar mayor.

Un proyecto que no pudo ser

Como ya mencioné al principio la construcción del santuario se vio envuelta en una pugna enraizada en la sociedad asturiana del momento. La Iglesia defendía un sector que ponía la tradición por delante de todo. Por ejemplo, el proyecto contemplaba que se separara el nuevo edificio de la ladera de la montaña, lo que implicaba sacar el templo de la cueva. En aquel momento se vio como una afrenta, aunque curiosamente, en el templo que se edificó finalmente, el cambio se lleva a cabo de igual manera.

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Sin embargo fue esgrimido por la Iglesia como argumento inamovible y encarnó la oposición de la misma a la intención de la monarquía borbónica, representada por su arquitecto, de modernizar el lugar. El conflicto estaba servido y la financiación fue uno de los elementos que serían decisivos en la culminación del proyecto. Diversos obstáculos interpuestos por las autoridades eclesiásticas, el apoyo para su causa de la aristocracia regional y realmente los costes astronómicos para la época condenaron al fracaso una idea de la que sólo se pudo llevar a cabo la plataforma, de la que aún hoy son visibles algunos elementos.

El resto de bocetos de Ventura Rodríguez están recogidos en trabajos como este realizado por Vidal de la Madrid Álvarez1 que os dejo en la bibliografía. Él es el arquitecto encargado de la asesoría académica para el proyecto de recreación virtual realizado por Alberto Luque González bajo el mecenazgo de Fundación María Cristina Masaveu Peterson y que se ha presentado estos días.

Recreación 3D del tabernáculo y altar mayor. Kike Llamas y FMCMP
Recreación 3D del tabernáculo y altar mayor. Alberto Luque González y FMCMP

Este innovador proyecto forma parte de la obra cultural de la Fundación y se puede ver en el Museo de Covadonga.

Bibliografía

  1. De la Madrid Álvarez, V. (2009). El arquitecto Ventura Rodríguez y Covadonga: la accidentada historia de un proyecto frustrado. Liño: Revista anual de historia del arte, (15), 199-220. ↩︎
Fon S.P.
Fon S.P.https://astures.es/proyecto/
Me apasiona la historia de Asturias y los astures en todas sus facetas. Pateando museos y yacimientos. Excavando cuando puedo y divulgando como mejor sé.

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