El asentamiento fortificado situado en un saliente costero de la costa occidental asturiana ha gozado desde su descubrimiento en los años sesenta del siglo pasado, de una atención especial. Cada intervención ha ido poniendo de manifiesto la importancia de este lugar que se revela como un puesto comercial conectado con lugares como el atlántico galaico o Aquitania, en el sur de la Galia.
El lugar, aparece en las documentación medieval de la Catedral de Oviedo como una donación del conde Fáfila Spasandiz a la Iglesia en 1006. Ya entonces se conocia la zona como castellum Calambre, muy parecido al actual «castro de calambre» con el que también se conoce por aqui.
Desde siempre se han reportado hallazgos materiales en superficie, como cerámicas, molinos circulares de piedra e incluso anclas de piedra en la playa de A Paloma. Se excavó en los años 1969 y 1970 por Labandera. En la primera ocasión apenas un espacio de 10×10 metros y en la segunda de 40×10 metros.

Por los resultados de las excavaciones sabemos que el arado había removido gran parte de la capa superior del terreno, ya que este lugar fue siempre de uso agrario. En ambas excavaciones se documentaron varias viviendas circulares de piedra, una de ellas permanecía visible hasta hace unos años pero actualmente no hay rastro de ella.
Es probable que la ruta naval que costeaba por el Cantábrico estuviera jalonada de lugares como este, y eso significa prosperidad para sus habitantes.
En esa línea es donde podemos hacer una lectura de las edificaciones que se están destapando con las excavaciones comenzadas ya en 2024. En la de este año, se ha «musealizado» la edificación C2, una de planta cuadrangular que, según destacan en la información publicada por la Consejería de Cultura, tiene unas dimensiones especiales, lo que la sitúan en contextos similares a otras documentadas en sitios tan emblemáticos como Coaña.

Ya había sido intervenida inicialmente en 1998 pero gracias a los trabajos de Alfonso Menéndez ahora se puede percibir las dimensiones reales de este edificio. En la foto está la C1, que fue excavada el año pasado y que ahora permanece expuesta permanentemente. Me parece un acierto que poco a poco los ayuntamientos del occidente de Asturias vayan tomando la decisión de mostrar a visitantes, pero sobre todo a locales, la riqueza patrimonial de estos concejos.
Junto con estos trabajos, «se han limpiado áreas excavadas en los años setenta, lo que ha permitido comprobar que conservan muros y niveles estratigráficos sin agotar. Este hecho abre la puerta a futuras investigaciones para ampliar el conocimiento sobre la evolución del poblado».



