En este post os propongo una visita a un yacimiento arqueológico que es muy interesante y fácil de realizar. Se trata de una de las puertas principales del campamento de la legio VII en la ciudad de León cuyos restos se pueden ver a pie de calle y en la cripta arqueológica situada en las inmediaciones de la catedral de la ciudad.
Es interesante comenzar diciendo que esta es una de las cuatro puertas con las que cuenta el campamento. Concretamente una de las principales, situada en el extremo oriental del cardo o vía principal, es decir, la calle más importante del campamento a cuya vera se situaban los principia o cuarteles generales del recinto militar.

Probablemente ya se edificó a finales del siglo I d.C. y en ella se pueden ver las modificaciones realizadas en el siglo III d.C. en el momento en que se levanta la muralla bajoimperial que hoy se puede ver en la ciudad.

La puerta, como digo, daba acceso a una de las partes más importantes del campamento y en sus inmediaciones se ubicaba un complejo termal y letrinas sobre las que siglos después se edificó la catedral de León.
El lugar es conocido como Puerta Obispo, hasta el siglo pasado sobre ella se erigía un paso entre la residencia obispal y la catedral. Es una zona muy interesante de la ciudad ya que se puede seguir la muralla en sus inmediaciones ofreciendo una vista de conjunto aproximada de cómo sería este lugar en época romana.

Estaría formada por dos torres que flanqueaban un acceso con dos puertas en arcos de medio punto. Dentro de la cripta hay una maqueta de cómo sería la puerta y gracias a ella se comprenden muy bien los restos que se pueden visitar aún en el subsuelo.

En el exterior apenas hay visibles unos muros pero si bajas las escaleras de la cripta la cosa cambia. El acceso se hace entre dos edificaciones distintas, la puerta y las letrinas. Las torres tendrían 12,8 metros de longitud y 5m de anchura. Los arcos tenían al menos 4m. de luz.

El espesor de los muros así como las dimensiones de la sala permiten hacerse una idea de la magnitud de esta construcción. Si la observas bien aún se pueden ver los restos de la actividad cotidiana de los legionarios encargados de custodiar las puertas, como los restos del fuego de las hogueras prendidas para calentarse, o un gran bloque de piedra que aún contiene los restos de madera y hierro de una de las puertas.

En la cripta también se pueden ver los restos de la letrina legionaria de la que os hablaré en otro post.

Algunos detalles interesantes. En el extremo de la sala se pueden ver algunas piedras que estaban situadas bajo los arcos de acceso y que conservan huellas de rodadura. También se puede ver un fragmento de un ara votiva dedicada a Mercurio procedente de esta zona del campamento. Probablemente fue reutilizada como material de construcción siglos después, quizá en el siglo III d.C. cuando se reaprovechan materiales antiguos (podéis ver varias estelas incrustadas en las paredes de la muralla) para erigir las defensas.